Enfermedades reumáticas en el niño y adolescente: ¿En qué punto estamos en nuestro país?

 

Enfermedades reumáticas en el niño y adolescente: ¿En qué punto estamos en nuestro país?

S. Murias Loza

S. Murias Loza
Hospital Universitario Central de Asturias. Oviedo, Asturias

 

Enfermedades reumáticas en el niño y adolescente: ¿En qué punto estamos en nuestro país?

Las enfermedades reumáticas son un grupo diverso de entidades que se caracterizan por manifestar inflamación crónica, frecuentemente de causa desconocida, y que afectan a estructuras del sistema musculoesquelético, los vasos sanguíneos, la piel y otros órganos. La reumatología pediátrica es el área de capacitación específica dedicada a estas enfermedades cuando afectan a niños y adolescentes, encargándose del abordaje diagnóstico-terapéutico de un amplio número de enfermedades: trastornos del sistema musculoesquelético como la artritis idiopática juvenil (AIJ); enfermedades autoinmunes sistémicas como el lupus eritematoso sistémico, la dermatomiositis juvenil o la esclerodermia; vasculitis; enfermedades autoinflamatorias como el síndrome PFAPA o los síndromes hereditarios de fiebre periódica; cuadros de dolor amplificado como la fibromialgia, o la osteoporosis secundaria, entre otras.

La reumatología pediátrica se desarrolló en gran medida a partir del estudio de la artritis inflamatoria crónica, síntoma común a muchas de las mencionadas enfermedades. La fiebre reumática constituyó una de las principales entidades objeto de estudio ya en el siglo XIX, suscitando el interés por la patología reumática del niño y adolescente. Así, las características de las vasculitis leucocitoclásticas se describieron por Schönlein y Henoch en la primera mitad del siglo XIX; la dermatomiositis juvenil, por Unverricht en 1887, y el lupus eritematoso sistémico aparece comunicado en niños desde al menos 1904. En 1897, George Frederic Still describió un grupo de 22 niños con artritis aguda y crónica, observando las diversas formas clínicas de debut y diferenciándolos de la artritis crónica del adulto. Algunos de estos pacientes presentaban lo que durante muchos años se denominó enfermedad de Still y hoy se conoce como AIJ de inicio sistémico. El mayor conocimiento del espectro de enfermedades reumáticas infantiles condujo, en los años 40 del pasado siglo, a considerar la reumatología pediátrica como una disciplina médica relacionada con la reumatología de adultos, aunque diferenciada de la misma.

No obstante, fue en la década de 1970 cuando la especialidad prosperó, estimulada por el crecimiento de la inmunología, las nuevas tecnologías y el advenimiento de nuevos tratamientos. En 1971 la Asociación Americana de Reumatismo estableció un Subcomité de Criterios para la artritis reumatoide juvenil (hoy AIJ) y en 1975, un grupo de especialistas estadounidenses crearon un Grupo de Estudio Colaborativo de Reumatología Pediátrica para fomentar estudios pediátricos. En 1996 se fundó en Europa la organización Pediatric Rheumatology International Trials Organization (PRINTO), dedicada a la investigación en Reumatología pediátrica, y en 1997 se reconoció oficialmente la sociedad europea Pediatric Rheumatology European Society (PReS).

En cuanto a España, en el año 1991 se crea en Palma de Mallorca el Grupo de Trabajo en Reumatología Pediátrica, y en 1996 este Grupo se formalizó como Sección de Reumatología Pediátrica dentro del seno de la AEP. En el año 1998 se firma el acta fundacional como Sociedad Española de Reumatología Pediátrica (SERPE). Un año antes, en 1997, ya se había realizado el I Congreso Nacional de Reumatología Pediátrica en Valencia, con carácter bienal hasta 2021 en que pasa a ser anual. En el año 2010 SERPE organizó el 17º Congreso de la Sociedad Europea de Reumatología Pediátrica (17th Pediatric Rheumatology European Society Congress, PReS) en Valencia, junto con el 8º Congreso Nacional de SERPE. Este congreso fue un gran éxito, tanto por el número de asistentes llegados de todo el mundo, como por el alto nivel científico de las ponencias y comunicaciones presentadas, marcando la mayoría de edad de esta especialidad en nuestro país.

La AIJ ha sido históricamente considerada la enfermedad crónica reumática más frecuente en la infancia. Aunque las cifras varían discretamente según autores y origen de la población estudiada, la incidencia y prevalencia se sitúan en torno al 1/1.000 y 1/10.000 niños, respectivamente, siendo la enfermedad predominante en las agendas de las consultas de los reumatólogos pediátricos sobre otras condiciones crónicas. Pero, como médicos, todos hemos oído decir que “sólo se diagnostica lo que se conoce”. Esta máxima es, como apuntan Antón et al en un reciente editorial (1), especialmente acertada cuando hablamos de enfermedades reumáticas de los niños, a priori infrecuentes. No obstante, los avances en biología molecular, genética e inmunología que han tenido lugar de forma imparable a lo largo de la última década han conducido a un mayor conocimiento etiopatogénico de antiguas enfermedades y la descripción de otras muchas nuevas, por un lado; y por otro, el propio desarrollo de la especialidad ha demostrado que algunas entidades a las que se dedica no se pueden considerar tan infrecuentes (un buen ejemplo es el síndrome PFAPA). Así, el campo de competencia de la reumatología pediátrica se ha visto sustancialmente ampliado, poniendo de manifiesto la necesidad de incrementar el conocimiento sobre el mismo. Sin embargo, en nuestro país, existe la percepción de que se precisa una mejoría de la formación en reumatología pediátrica en todos los niveles (grado y posgrado)(2). Resulta fundamental que los programas formativos incluyan conocimientos sobre este grupo de enfermedades, y, “regresando a las bases”, también sobre exploración del aparato musculoesquelético. Al igual que es necesario que un pediatra tenga soltura en la auscultación cardiopulmonar o en la detección de los signos meníngeos, debe saber realizar una exploración musculoesquelética del niño. Pero, de nuevo, los datos muestran cómo muchas veces no se incluye dicha exploración en el examen físico (3), o reflejan la falta de confianza de los propios profesionales al hacer una exploración articular (4). Centrándonos en la formación, el American Board of Pediatrics convocó en 1992 el primer examen de acreditación en reumatología pediátrica, y en 1994 se aprobó la formación especializada en el Reino Unido. Desde entonces, numerosos países la han reconocido como especialidad, y la Unión Europea de Médicos Especialistas (UEMS) y su sección pediátrica (Academia Europea de Pediatría), reconocen la subespecialidad y su programa formativo a nivel europeo. En 2016 se aprobó la última versión del European Training Requirements in Paediatric Rheumatology Syllabus.

Respecto a las opciones terapéuticas, los avances han sido enormes. La irrupción de los agentes biológicos, en torno al año 2000, supuso un antes y un después en el manejo de las enfermedades reumáticas pediátricas. Desde entonces el desarrollo de nuevas moléculas ha continuado velozmente, a menudo gracias a los avances biotecnológicos que permiten estudiar las dianas moleculares implicadas en la fisiopatología de cada enfermedad y descubrir su causa genética cuando ésta existe. En la actualidad, el objetivo realista a alcanzar en la mayor parte de estas patologías es la remisión de la enfermedad, considerando una cuestión del pasado el desarrollo de secuelas o discapacidad física grave. Hoy en día, la inmensa mayoría de los pacientes llevan una vida normal y participan en actividades deportivas y de ocio al igual que otros niños de su edad. En este aspecto ha sido fundamental la implementación de ensayos clínicos diseñados específicamente para el paciente pediátrico, y no solamente enfocados a AIJ. Asimismo, el seguimiento de los pacientes en centros especializados ha permitido la creación de redes colaborativas, registros y estudios multicéntricos nacionales e internacionales, impulsados por las ya mencionadas PRINTO, PReS o SERPE.

Como en tantas especialidades pediátricas, la cronicidad de las enfermedades reumáticas del niño y adolescente ha conllevado la necesidad de desarrollar convenientes estrategias de transición y transferencia a las unidades de reumatología de adultos. El creciente interés en este aspecto de la asistencia ha cristalizado en la puesta en marcha de propuestas de consenso para llevar a cabo este importante y complejo proceso -el cambio de especialista responsable- de forma óptima(5). Es indudable la pertinencia de contemplar al niño y adolescente con una perspectiva global y cambiante, considerando las particularidades fisiológicas, clínicas y sociales que influyen determinantemente en cada etapa de su vida.

Por último, cabe señalar el papel cada vez más protagonista de las asociaciones de pacientes y sus familias. SERPE comenzó en 2015 a llevar a cabo una “Jornada anual de familias de niños y adolescentes con enfermedades reumáticas” que se celebra simultáneamente en varias ciudades del territorio nacional, en colaboración con las asociaciones locales de pacientes y los especialistas que atienden a estos niños. El buen resultado percibido por todos los participantes ya en esa primera convocatoria propició su consolidación en similar formato cada año; y se afianzó, además, a partir del año 2020 en que se sumó a la celebración en múltiples países, coincidiendo con el WORD day (World Young Rheumatic Diseases Day) el 18 de marzo. Se debe subrayar, por otro lado, cómo muchas de estas asociaciones contribuyen de forma altruista con la investigación en Reumatología Pediátrica, ofreciendo becas que permiten avanzar en el conocimiento de estas enfermedades.

Se puede concluir por tanto que, aunque hay más luces, indudablemente existen aún sombras en el campo de la reumatología pediátrica, casi todas expuestas en este editorial. La mayoría de ellas son derivadas de la necesidad aún no suficientemente cubierta tanto de formación de los profesionales sanitarios, como de garantía de asistencia a estos pacientes en unidades especializadas. También se prevén importantes retos que implican la investigación de nuevos fármacos y nuevas técnicas diagnósticas, todo ello decisivo en la búsqueda del tratamiento más preciso (más eficaz y con menos efectos secundarios) para cada paciente. Es esencial el apoyo por parte de los diferentes estamentos responsables a nivel sanitario y político, para garantizar que cualquier niño o adolescente con sospecha de enfermedad autoinmune o autoinflamatoria pueda acceder a un especialista cualificado(6). Queda, en definitiva, camino que recorrer y trabajo que realizar, tareas que han de ser contempladas con la responsabilidad, el optimismo y la confianza que ofrece saber que las bases de la reumatología pediátrica están sólidamente asentadas como especialidad.

 

Bibliografía

  1. Antón J, Camacho Lovillo M, Nuñez Cuadros E. Reumatología Pediátrica, de dónde venimos y a dónde vamos [Paediatric Rheumatology: Where we are coming from and where we are going]. An Pediatr (Engl Ed). 2020 Mar;92(3):121-123.
  2. Udaondo Gascón C, Murias Loza S, Alcobendas Rueda R, Remesal Camba A, de Inocencio Arocena J. Should training in paediatric rheumatology be improved? Results of a national survey. An Pediatr (Engl Ed). 2020 Mar;92(3):165-166.
  3. de Inocencio Arocena J. Reumatología pediátrica: la importancia de la anamnesis y la exploración [Paediatric rheumatology: The importance of anamnesis and physical examination]. An Pediatr (Barc). 2016 Mar;84(3):131-2. Spanish.
  4. Pavo MR, de Inocencio J. Pediatrician beliefs about juvenile idiopathic arthritis may result in referral delays:
    A Spanish national survey. J Pediatr. 2019;209:236-9.e2.
  5. Calvo I, Antón J, Bustabad S, Camacho M, de Inocencio J, Gamir ML, et al. Consensus of the Spanish Society of Pediatric Rheumatology for transition management from pediatric to adult care in rheumatic patients with childhood onset. Rheumatol Int. 2015;35:1615-24.
  6. Spencer CH. Why should pediatric rheumatology be recognized as a separate subspecialty: An open letter to medical councils and government agencies. Pediatr Rheumatol Online J. 2007;5:21.

 


 

Adolescere. Revista de formación continuada de la SEMA cumple 10 años

 

Mª Inés Hidalgo Vicario

Mª Inés Hidalgo Vicario
Pediatra. Doctora en Medicina. Acreditada en Medicina de la adolescencia. Expresidente de la SEMA. Coordinadora del grupo de formación y acreditación de la SEMA. Directora de Adolescere.

 

Adolescere. Revista de formación continuada de la SEMA cumple 10 años

“La educación es el arma más poderosa que
puedes usar para cambiar el mundo”
(Nelson Mandela)

 

 

En febrero de este año, se han cumplido 10 años de la fundación de Adolescere, revista de formación continuada (FC) de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA), siendo también su órgano de expresión.

Es sabido que la FC y la investigación en busca de la mejor evidencia científica son esenciales para mantener al día los conocimientos de los profesionales y de esta forma contribuir al desarrollo de la salud de los pacientes.

El objetivo principal de Adolescere es que los profesionales interesados en la medicina de la adolescencia puedan formarse, actualizar conocimientos y adquirir herramientas para atender esta edad, así como integrar en la práctica clínica los avances médicos para el perfeccionamiento profesional y de esta forma lograr una mejor atención de los jóvenes y de su salud integral, teniendo en cuenta los aspectos biológicos, psicológicos, emocionales y sociales.

Se publican temas de actualización, guías/protocolos de actuación, casos clínicos, respuestas a adolescentes y a sus padres, así como opiniones de los jóvenes. Está también abierta a artículos originales, que tras ser revisados por el comité editorial de la revista, pueden ser publicados.

Se editan tres números al año, siendo uno de ellos el del congreso o curso de la sociedad, participan autores de reconocido prestigio especialistas en los diferentes temas. Tiene una excelente acogida tanto a nivel nacional como internacional. Se distribuye a más de 6.000 pediatras en España. Se puede visitar de forma libre en: www.adolescere.es y en www.adolescenciasema.org.

El equipo directivo está compuesto por la directora, la Dra. Mª Inés Hidalgo Vicario y los subdirectores, los Dres. Luis Rodríguez Molinero y Mª Teresa Muñoz Calvo.

Deseo recordar que, en sus orígenes, en diciembre del año 1994 se inició el Boletín de la sección de Medicina del adolescente de la AEP,coordinado por el Dr. Josep Cornellá y Canals. Su objetivo era acercar al socio las novedades que se fueran produciendo en ese campo, con una periodicidad en función de las noticias. Se incluían cursos, cursillos, congresos, reuniones, libros y revistas. El Dr. Cornellá iniciaba, en aquel entonces,
la andadura con la frase con la que Maurice Debesse prologaba su libro sobre la Adolescencia: “Adelante pues, y que la diosa Hebe nos sea propicia”. El Dr. Cornellá, realizó un gran trabajo y mantuvo el boletín hasta diciembre 2005.

En enero de 1998 se incluye la cabecera de Adolescere en el boletín; se buscó el título de la raíz clásica de la palabra “adolescente” (del verbo latino “adolesco, adolescere”, cuya traducción sería algo así como “crecer, a pesar de todo”). Se conmemoraba de esta forma el décimo aniversario de la SEMA; se incluían en el boletín la historia de la sociedad realizada por su fundador, el Dr. Blas Taracena del Piñal, y diversas salutaciones y felicitaciones: del presidente de la Asociación Española de Pediatría, el Profesor Manuel Moya, del presidente de la Internacional Associatión for Adolescent Health Dr. Roger Tonkin, del presidente de la Society for Adolescent Medicine Arthur B Elster y otros maestros y amigos de la Sociedad como el Dr Tomas J. Silver (Washington) o Robert Wm. Blum (Mimneapolis, MN).

La formación continuada, como hemos comentado, es esencial dado el continuo avance de la Medicina en sus diferentes ámbitos. Cambios en la morbimortalidad, con la aparición de patologías derivadas de estilos de vida occidental, como los cambios en el modelo de la familia, la incorporación de la mujer al mundo del trabajo, la globalización, las nuevas tecnologías o de la inmigración. Nuevas enfermedades con formas variadas de manifestarse, avances en el campo de la nutrición, del sueño, de la psiquiatría, progresos acerca de las inmunizaciones, enorme desarrollo de la genética molecular, nuevas técnicas de diagnóstico por la imagen, numerosas actuaciones preventivas con la consiguiente mejora de la supervivencia de los pacientes, etc. Todos estos asuntos y muchos más -sin olvidar los conflictos éticos y jurídicos que pueden existir en la práctica cotidiana- son de obligada puesta al día para los profesionales sanitarios.

El primer número de la revista Adolescere salió a la luz en febrero de 2013 de forma online. En aquella primera editorial, el Dr. Rodríguez Molinero se lamentaba “Los pediatras dedicados a la adolescencia arrastramos una frustración crónica, que la edad de asistencia oficial termina a los 14 años, justamente cuando más asistencia necesitan los adolescentes.”

En los últimos tiempos la medicina de la adolescencia, en nuestro país, ha ido consiguiendo diversos objetivos: el aumento de la edad de atención oficial por parte del pediatra hospitalario hasta los 18 años y entre los 14-16 años en el ámbito de la Atención Primaria, según criterios de diversas comunidades autónomas. Pero todavía la atención a esta edad es deficitaria pues faltan servicios adecuados, que le ofrezcan un cuidado holístico de su salud, escasean profesionales bien preparados y formados en el campo de la adolescencia, así como que se reconozca oficialmente esta subespecialidad y, finalmente es preciso unificar la edad de atención en los diferentes niveles asistenciales y su obligada coordinación.

Al inicio de Adolescere se publicaba, en cada número, una mezcla de distintas cuestiones de interés, tratando de equilibrar aspectos orgánicos y psicológicos/sociales; progresivamente se fueron incorporando nuevas secciones como: el adolescente y las vacunas, el profesional ante el paciente, novedades médicas, noticias y crítica de libros. Desde 2017 se comienza a publicar también la revista de forma impresa y a realizar temas monográficos/ números dedicados a diversas especialidades como: endocrinología (2), neurología, neumología, ginecología, nefrología, psiquiatría (2), gastroenterología, traumatología y ortopedia, dermatología, aspectos bioéticos y legales y problemas psicosociales. El presente número se dedica a las enfermedades infecciosas. En 2021 debido a la pandemia del COVID-19 se hizo imposible su distribución en papel, manteniendo, en la actualidad, su publicación online.

Desde el inicio, la revista tiene soporte publicitario y ha contado con el apoyo económico de varias casas comerciales. GSK ha apoyado en la difusión impresa desde 2017-2021, continuando su apoyo en la actualidad. Desde esta editorial deseo expresarles a todos nuestro más sincero agradecimiento.

Durante estos diez años se ha trabajado con rigurosidad científica, compromiso, esfuerzo e ilusión y Adolescere se ha consolidado y es un referente en el campo de la formación en medicina de la adolescencia en España y en Hispanoamérica. Son muchos los compañeros que así nos lo han manifestado a nivel nacional e internacional y se ha producido un aumento muy importante de las consultas a la web www.adolescere.es.

La edición de Adolescere requiere de una dedicación considerable por parte del equipo editorial y estamos muy animados para que siga mejorando la calidad de la revista, prosiguiendo su adaptación a los requisitos más exigentes de los diferentes índices.

En mayo de 2021 se estableció una nueva plataforma exclusiva para la revista Adolescere www.adolescere.es con un diseño creativo y moderno, en la que se integraron los contenidos de todas las publicaciones desde el primer número del año 2013, accesibles desde el menú PUBLICACIONES.

Estos contenidos están adaptados a todos los dispositivos, permitiendo su consulta online, así como su descarga en formato PDF. Al final de los temas se tiene la opción de realizar una autoevaluación, contestando a las preguntas tipo test con resultado inmediato y con la opción de repetir el cuestionario las veces que se considere necesario. La consulta online además de ser una manera muy cómoda de leer la revista, permite que los contenidos aparezcan en los resultados de búsqueda de todos los buscadores y esto nos ayuda a aumentar la visibilidad, difusión e impacto de la revista.

Desde la plataforma se puede acceder también al menú SECCIONES donde aparecen los accesos directos a los diferentes apartados que están ordenados cronológicamente desde la última publicación a la más antigua. Con cada nueva publicación se actualizan todos los contenidos.

También disponemos de un potente buscador que ofrece resultados a la información que se busca de una forma rápida y precisa.

Todo ello está contribuyendo a una más amplia difusión otorgando una mayor disponibilidad y facilidades para todos los usuarios.

La SEMA, desde su fundación en 1987, viene realizando la formación de los profesionales sanitarios en el campo de la adolescencia, con sus cursos y congresos nacionales anuales. Además de la revista Adolescere, ha realizado el tratado de Medicina de la Adolescencia. Atención integral habiendo publicado recientemente su tercera edición, en 2021, con una excelente acogida. Igualmente ha colaborado con la Asociación Española de Pediatría en la edición del libro Blanco de la Pediatría y sus áreas específicas donde se recogen todas las actividades que se vienen desarrollando en nuestro país, reconocidas de forma oficial y también a nivel internacional. Toda la información referente a la Sociedad se encuentra en www.adolescenciasema.org.

Desde estas líneas, quiero agradecer a todos los autores su colaboración y buen hacer en Adolescere y animar a todos los socios, simpatizantes y demás lectores a participar en el futuro de la revista.


 
 
 

PRÓXIMO XXVII CONGRESO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MEDICINA DE LA ADOLESCENCIA (SEMA)


 

PRÓXIMO XXVII CONGRESO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MEDICINA DE LA ADOLESCENCIA (SEMA)

Nacho-Guemes

I. Güemes Heras
Pediatra. Neonatólogo. Pediatra. Jefe de Servicio de la UCIN/P del Hospital Católico Universitario La Salud. Valencia.

 

Hola amigos, compañeros, asociados.

Hola a todos.

Soy Nacho Güemes, presidente del XXVII Congreso de la SEMA, donde espero, en breve, poder llegar a cruzar unas palabras con todos los que leéis esta magnífica revista que es Adolescere.

En unos meses vamos a tener, otra vez, la oportunidad de vernos y de actualizar nuestros conocimientos sobre medicina del adolescente, en el encuentro bianual que la SEMA nos regala.

Esta vez la ciudad elegida será la capital del Turia, Valencia.

Para su vigésimo séptimo congreso, la SEMA propone ahondar de forma práctica y completa temas tan diversos e interesantes como; la detección y abordaje de la transexualidad, la actuación en el adolescente con fiebre, el uso práctico de psicofármacos, actitud en urgencias y actualización ortopédica del adolescente, TCA, sueño, alimentación, vacunación, dermatología… un extenso abanico de conocimiento, en el clásico formato de talleres, seminarios y symposium al que nuestra asociación nos tiene tan bien acostumbrados.

Un programa meditado, que ha desarrollado con el corazón el Comité organizador en colaboración con la JD de la SEMA, dirigido a profesionales en psicología, enfermería, medicina de familia y por supuesto, pediatras.

Como novedad para este congreso, nuestra sociedad va a hacer una apuesta por acercar el conocimiento médico a la sociedad. Para ello se desarrollarán una serie de mesas presenciales elaboradas por y para los adolescentes, con expertos que resolverán sus dudas y en las que también podrán participar, a través de streaming, en directo, institutos y centros de formación profesional de toda la comunidad hispanohablante. Se impartirán ocho horas de talleres prácticos gratuitos para adolescentes y padres, en los que se abordarán temas tan importantes como la diferencia entre uso, abuso y adicción, el aprendizaje en las relaciones interpersonales, la mejora de la autoestima, la educación, alimentación, el cuidado personal… Un práctico y próximo evento paralelo que finalizará el sábado con un concierto popular de grupos locales.

Por último, la conferencia de clausura la impartirá un mediático psicólogo y coach social que nos resaltará la suerte que tenemos por trabajar con esta franja de edad a la que estamos dedicando nuestro tiempo y nuestra atención.

Todo el programa se desarrollará en el Jardín Botánico de la ciudad. El más antiguo de España. Los días 1 y 2 de marzo del próximo 2024. Un enclave digno de visitar, encerrado entre el casco antiguo y el jardín urbano más largo de Europa, el cauce del río Turia. Valencia os espera con toda la vasta oferta gastronómico-lúdico-cultural que regala a todos los que la visitan; innumerables arroces, all i pebre, barrio árabe y judío, Catedral y Basílica de la Virgen de los Desamparados, San Nicolás, Oceanográfic, Jardín del Turia… Podréis saborear los primeros compases de la fiesta grande valenciana, las Fallas, con mascletá y Castillo de Fuegos artificiales ese fin de semana. Y también, para los que podáis prolongar un día vuestra estancia prepararemos actividades lúdico-culturales, que os sorprenderán y donde podréis conocer algunos secretos de mi bella ciudad.

Os espero a todos.

Un fuerte abrazo.

Valencia y la SEMA os esperan.

 

 
 


VIII CURSO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MEDICINA DE LA ADOLESCENCIA (SEMA)


 

VIII CURSO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE MEDICINA DE LA ADOLESCENCIA (SEMA)

Mª Inés Hidalgo Vicario

Mª Inés Hidalgo Vicario
Pediatra. Doctora en Medicina. Acreditada en Medicina de la adolescencia. Expresidente de la SEMA. Coordinadora del grupo de formación y acreditación de la SEMA. Directora de Adolescere.

 

El pasado 21 de abril de 2023, se celebró en Madrid, en el Espacio Maldonado, el VIII Curso de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA).

La SEMA es una sociedad científica y profesional fundada en 1987 y además de otras actividades, organiza periódicamente su Congreso/Curso anual. Desde 2009 los años pares, realiza su Congreso nacional en diferentes lugares de la geografía española y los impares, como el actual, un Curso de Formación más práctico en Madrid.

La SEMA tiene como meta, conseguir la atención de la salud integral de los adolescentes, abordando los aspectos de su salud holística en los diferentes niveles de atención. Este periodo de la vida, hasta la actualidad, no recibe suficiente atención por parte de los profesionales sanitarios, ni es reconocida su trascendencia para el futuro de la sociedad.

En marzo de 2020, la pandemia por el COVID-19, condicionó que el XXV Congreso nacional, que se iba a celebrar presencialmente en Pamplona el 13 y 14 de marzo 2020, se pospusiera a últimos de mayo del 2021 online. Debido a ello, en octubre 2020 se realizó de forma telemática el VII Curso de la SEMA. “Adolescencia y COVID-19. Lo que el pediatra debe saber”. El 7-8 de octubre 2022 se celebró el XXVI Congreso en Gerona.

Los cursos se han celebrado en el Hospital Universitario la Paz de Madrid desde 2009-2019. En 2022 la Junta Directiva de la SEMA decidió independizar los cursos y en 2023 se inicia su celebración en el Espacio Maldonado de Madrid. Debido a la nueva situación y para valorar la aceptación general, se decidió realizar el curso en un solo día con un nuevo formato más reducido sin talleres ni comunicaciones.

Los objetivos del Curso han sido: en primer lugar, ser un punto de encuentro de pediatras y otros profesionales de diferentes disciplinas, para conocer, compartir y abordar los problemas y necesidades de salud de los jóvenes.
En segundo lugar, que los profesionales adquieran conocimientos y habilidades para poder abordarlos con eficacia, confianza y acierto, y también sensibilizar y despertar el interés de los profesionales sanitarios, la administración y la sociedad en general por esta etapa de la vida.

Asistieron más de 180 profesionales sanitarios, incluyendo una alta participación de médicos residentes. La evaluación del Curso por los asistentes ha sido muy positiva y se obtuvo la Acreditación de la Comisión Nacional de Formación Continuada del Sistema Nacional de Salud.

El programa del Curso se estructuró de la siguiente manera:

Cuatro Sesiones de Actualización con temas centrales de interés y presentación de casos clínicos prácticos a las mismas:

  • Sesión I, Moderador Dr. Zafra, donde se abordó El adolescente cansado. Ponencia: El adolescente cansado. Manejo en la consulta (Dr. Clemente). Caso clínico: Adolescente con astenia/cansado y dolor abdominal (Dr. de Noriega). Caso clínico: Adolescente con debilidad e intolerancia al esfuerzo (Dra. Martín).
  • Sesión II, Moderador Dra. Muñoz, donde se expuso la Obesidad en el adolescente. Ponencia: Abordaje de la obesidad en el adolescente ¿qué hay de nuevo? (Dr. Pérez). Caso clínico: Obesidad con complicaciones metabólicas (Dra. Gavela). Caso clínico: Obesidad y talla baja (Dra. Güemes).
  • Sesión III, Moderador Dra. Hidalgo. Se revisó la Vacunación en el adolescente. Ponencia: Vacunación en el adolescente ¿Hacia un calendario de máximos? (Dra. Rivero). Casos clínicos: Conflictos en la práctica clínica (Dr. Piñeiro).
  • Sesión IV, Moderador Dr. Notario. Conductas de riesgo en la adolescencia. Introducción (Dr. Notario). Caso clínico: Adolescente con riesgo sexual (Dr. Villena). Caso clínico: Adolescente con trastorno del neurodesarrollo (Dra. Fernández).
  • Conferencia de clausura: Entender al adolescente. ¿Qué pasa realmente en su cabeza? Ponente D. Bueno.

Todas las sesiones mantuvieron el horario previsto, fueron seguidas con gran interés y participación de los asistentes y cabe destacar la alta calidad científica de los ponentes. La mayoría de las presentaciones se publican en este número de Adolescere Vol XI (2) 2023. Igualmente se encuentran disponibles en www.adolescere.es y a través de la página web de la Sociedad www.adolescenciasema.org.

Desde estas líneas, deseo en mi nombre y el de toda la Junta Directiva de la Sociedad, agradecer la excelente acogida de este VIII Curso. Nuestro agradecimiento a los ponentes, participantes, laboratorios farmacéuticos y a todos los que de alguna forma han contribuido a su éxito. Todo ello nos anima a seguir trabajando ya que, como hemos constatado, la medicina de la adolescencia interesa cada vez más a los profesionales sanitarios.

El próximo congreso nacional de la SEMA se realizará en Valencia los días 1 y 2 de marzo de 2024 y en la siguiente editorial de este número, su presidente, el Dr. Güemes expone la programación y las novedades que nos tienen reservadas, por ello os emplazamos a todos los amigos y compañeros a que nos acompañéis y participéis en todas las actividades programadas.

 

 

 
 


¿Qué les preocupa a los adolescentes hoy?

¿Qué les preocupa a los adolescentes hoy?

Dra.Leonor Liquete

L. Liquete Arauzo
Pediatra. GAS Gerencia de Asistencia Sanitaria de Palencia.

 

“Me preguntan ¿todo ok? Saben que está todo mal.
Les respondo todo bien, porque sé que les da igual”. Andrómeda.
“Perdón por ser un desastre, pero gracias por quererme”. Bad Bunny
“Nunca te des por vencido, las grandes cosas llevan tiempo”. Anuel AA.

 

Empiezo este editorial diciendo que “no entender a los adolescentes” ya no se considera una opción válida, desde el punto de vista profesional, para ningún médico que tenga que atender a adolescentes en Estados Unidos (EE.UU.).

¿Qué es lo primero que pensaríais?

Quizás, que la especialidad de Medicina de la Adolescencia está plenamente instaurada en EE.UU.

Pero no, la realidad es que algo va mal entre los adolescentes en la sociedad norteamericana…

Sí, algo va mal. Desde el 2007, las tasas de suicidio juvenil no han parado de aumentar en EE.UU. No obstante, lo más alarmante no es un aumento global, sino un cambio en el prototipo. Este incremento de suicidios se ha dado sobre todo en chicas, en edades más jóvenes (entre los 10 y 14 años) y con el uso de métodos de alta letalidad (asfixia, ahorcamiento…). En respuesta, la Academia Americana de Pediatría (AAP), la Academia Americana de Psiquiatría Infantil-Adolescente (AACAP) y la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), en octubre del 2022, recomendaron el despistaje de problemas conductuales, sociales y emocionales, de forma periódica, en todos los adolescentes. Paralelamente, la U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF) exhorta la capacitación de todos los médicos de familia y pediatras para hacer una correcta valoración integral del adolescente, independientemente del motivo de consulta. Además, la USPSTF alienta el despistaje periódico de depresión mayor en todos los pacientes entre 12 y 18 años, y, de ansiedad en aquellos entre 8 y 18 años (ambos con grado de evidencia B)(1-2).

¿Por qué la Academia Americana de Pediatría (AAP) ha hecho esta recomendación?

Porque, aunque el 50% de los adolescentes acuden a consulta médica al menos una vez al año, rara vez consultan por un problema emocional, aunque lo estén padeciendo. Y lo padecen, porque los datos de suicidio juvenil son apabullantes (solamente en 2018, 596 niños entre 10 a 14 años se suicidaron en EE.UU.)(3). Así, cualquier consulta que realiza un adolescente puede ser una oportunidad para el diagnóstico precoz de una enfermedad mental.

¿Y en Europa?, ¿Serán las Sociedades Médicas Europeas las siguientes en recomendarlo?

Sin duda, la AAP es un referente para el resto de las sociedades pediátricas. De hecho, a nivel de EUROPREV ya se está estudiando el impacto real que tendría en poblaciones adolescentes europeas estrategias como las recomendadas en EE.UU. Inclusive, en 2020 la Prev Infant recomendó encarecidamente la formación de los pediatras en abordaje integral del adolescente.

Además, la realidad en España es que, durante el 2021 y el 2022, las consultas o peticiones de ayuda por ideas autolíticas en adolescentes se han incrementado de forma exponencial, y, que la tasa de suicidios en menores de 14 años, de forma inédita en España, ha crecido(4). Y cómo señaló EUROSTAT, el suicidio juvenil es un poderoso indicador de que existen problemas sin resolver en una sociedad.

¿Qué piensan sobre esto los pediatras españoles?

Pues el debate está servido.

Anclados en una pediatría en la que lo valioso es únicamente la provisión de servicios hospitalarios- de talante reactivo y de actuación episódica- encontramos a muchos pediatras. Su credo es que la adolescencia es una etapa sana y que ellos no están para eso.

¿Sana?

La adolescencia es la etapa en la cual el joven ha de adquirir todas aquellas habilidades sociales, conductuales y de autocontrol que se consideran necesarias para convertirse en un adulto útil e integrado en la sociedad. Y lo ha de hacer en un contexto de enorme vulnerabilidad, desde múltiples puntos de vista como el biológico, el psicológico, el social, etc.

Para resumir, que en los adolescentes lo raro es que no “les pase nada” o que no necesiten nada.

  • En una posición intermedia están muchos pediatras de Atención Primaria y Especializada, que argumentan un “quiero y no puedo”. Sus razones son que carecen de herramientas, de formación y de tiempo suficiente para hacer una buena valoración y screening de patologías mentales en adolescentes.

Con respecto a esto, sólo resaltaría que cada nueva atribución que se recibe en cualquier servicio debe ir unida a la asignación de unos recursos que permitan una ejecución eficiente, ya que el resto sería demagogia.

  • En último lugar, nos encontramos aquellos profesionales que sentimos la necesidad de acompañar al adolescente, en esta etapa de metamorfosis. Y no lo hacemos a cambio de nada, no creáis, lo hacemos porque es muy satisfactorio y, sobre todo, porque pocas cosas tienen tanto impacto en salud como hacer prevención y promoción de la salud en la adolescencia(5).

¿Y por donde empezamos?

Habrá quienes necesiten esperar a que la AEP lo publique para empezar a considerarlo. Para el resto, un buen comienzo es mirar a los adolescentes con otros ojos.

Un buen comienzo es mirarlos con otros ojos…

Para verlos con otros ojos hay dos caminos: la primera es conocer sus gustos, sus necesidades, sus miedos (para lo que os invito a leeros este número de Adolescere). Y la segunda, es igual que la primera, pero incluyendo la visión de aquellas personas que trabajan a diario con ellos, como sus profesores, entrenadores, médicos de adolescentes… y escuchar la música que oyen.

¿Y qué piensan aquellos que trabajan a diario con adolescentes? Pues que son unos capullos… y una gran oportunidad

¿Capullos? Sí, son unos seres en metamorfosis activa, y si no se tuerce la cosa serán unas hermosas mariposas cuando terminen su desarrollo. Y no, la metáfora no es mía, y no recuerdo a quién se la oí decir por primera vez, pero dado que la mayoría de mi familia son profesores de Educación secundaria y Bachillerato, cualquiera podría haber sido. Y, es que, de sus
experiencias como profesores surgía una imagen diferente, y mucho más humana de los adolescentes. Ellos, sus profesores, los definían como seres llenos de valores, de sueños, de ganas de cambiar todo, y, al mismo tiempo, especímenes “en proceso de encontrase a sí mismos” a base de ejercitar el método del ensayo-prueba-error (voy a probar si no estudio y apruebo el examen; si hago el gracioso en clase y me quitan el mote de empollón o de pringado…).

“Locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes”. Albert Einstein

Y son una gran oportunidad…

Las conductas de los adolescentes pueden explicarse por los procesos biológicos y neuronales de transformación que sufren, junto con las experiencias vitales que están viviendo y, por la interpretación que hacen de ellas.

Y sí, el adolescente necesita experimentar y tiene un cerebro inmaduro… Pero si todo se redujera a eso… ¿por qué los adolescentes no prueban de todo?, es decir ¿porque hay variabilidad en el tipo de experiencia o en la intensidad de la experimentación entre los adolescentes?

Habrá diferentes opiniones… La mía es que los adolescentes, a pesar de ser inmaduros, son seres humanos y los humanos cuando hacemos una cosa (o dejamos de hacerla) es porque esperamos obtener algo a cambio. Ese algo puede ser obtener admiración, ser aceptados en un grupo…

“Los pájaros nacidos en jaula creen que volar es una enfermedad”. Alejandro Jodorowsky

Por eso, conocer cual es el contexto en el que vive el adolescente es imprescindible y os aseguro que este apasionante número de la revista, que tiene como título “Problemas psicosociales en la adolescencia”, no os dejará indiferentes.

Y, quizás, escuchar lo que escuchan…

La música de los adolescentes refleja muchas de sus inquietudes, anhelos y dudas…; ¿Y qué escuchan? He recogido algunas frases de esos trap que oyen al inicio del editorial… ¿sorprendidos?

Para concluir, diré que me sentiría satisfecha si con este editorial consigo que veáis a los adolescentes con otros ojos, como lo que son: “soñadores confusos”, “pintores de la sociedad del futuro”. Una sociedad futura que se presenta llena de grandes desafíos y que necesitará de su entusiasmo, frescura e implicación para encontrar soluciones. Adelante, ellos lo merecen.

 

Bibliografía

  1. American Academy of Pediatrics, American Foundation for Suicide Prevention, National Institute of Mental Health. Suicide [Internet]. New York: AAP; 2022]. Actualizado 29 de agosto de 2022. [Consultado el 12 de diciembre de 2022]. Disponible en: https://www.aap.org/en/patient-care/blueprint-for-youth-suicide-prevention/.
  2. Agency for Healthcare Research and Quality. Screening for Depression, Anxiety, and Suicide Risk in Children and Adolescents: An Evidence Review for the U.S. Preventive Services Task Force. Evidence Synthesis [Internet]. New York: AHRQ; 2022. Actualizado 11 de octubre de 2022. [Consultado el 8 de diciembre de 2022]. Disponible en: Recommendation: Depression and Suicide Risk in Children and Adolescents: Screening | United States Preventive Services Taskforce (uspreventiveservicestaskforce.org).
  3. Agencia EFE-EE.UU. La tasa de suicidio en EEUU es la más alta desde la Segunda Guerra Mundial. Infobae.
  4. Ministerio de Justicia, Departamento de Toxicología y Ciencias Forenses. Memoria 2021. Madrid: Gobierno de España; 2021. Disponible en: Servicio de Información Toxicológica. Memoria 2021 (mjusticia.gob.es).
  5. Skeen,S et al. Adolescent Mental Health Program Components and Behavior Risk Reduction: A Meta-analysis; Pediatrics. 2019; 144 (2):1-13.

 

 

 

 

Salud mental de los adolescentes en la «era COVID»



 

Salud mental de los adolescentes en la “era COVID”

Dr.Félix Notario Herrero

Félix Notario Herrero
Pediatra. Presidente de la SEMA. Clínica Nuestra Sra. de Rosario. Albacete.

 

Los pasados días 7 y 8 de Octubre de 2022, se celebró en Girona, treinta años después de la anterior edición en esta ciudad, el XXVI Congreso de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA).

El programa del Congreso, que se desarrolla con detalle en este número de ADOLESCERE, acaparó la atención, por su actualidad y abordaje en los temas a un buen número de pediatras y otros profesionales de muy variadas disciplinas interesados en la salud de nuestros adolescentes.

Hoy quiero dedicar estas líneas desde el editorial a la salud mental de los adolescentes. En los últimos años y, en especial, desde el inicio de la pandemia por COVID-19 en el 2020, la llamada “era COVID”, la salud mental en la adolescencia ha ido deteriorándose, con la aparición de síntomas depresivos, ansiosos, trastornos del comportamiento alimentario, autolesiones y conductas suicidas, precedidos en la etapa pre-adolescente con sintomatología vinculada a la ansiedad, miedos desproporcionados y síntomas obsesivos y depresivos. Este ha sido el verdadero impacto de la pandemia en la población infanto-juvenil que de alguna manera ha condicionado el equilibrio emocional en la etapa de la adolescencia, esa fase de cambio y renovación, de crecimiento para el cerebro, que hace abandonar comportamientos infantiles para adquirir conductas propias de la edad adulta.

ONGs como “Save the Children”, han alertado del impacto de esta pandemia, que ha triplicado el número de trastornos mentales de nuestros adolescentes; también aquellos con necesidades especiales sufrieron empeoramiento de sus síntomas debido a las restricciones impuestas por la situación de pandemia. Según encuestas del CIS, más de la mitad de los padres han percibido en sus hijos cambios en la manera de ser, “cambios de humor”, cambios en los patrones de sueño, etc.

En el año 2020, se suicidaron en España 14 niños menores de 15 años, el doble que el año anterior, y entre el grupo de jóvenes de 15 a 29 años, el suicidio es ya la segunda causa de mortalidad, solo superada por los tumores malignos. Antes de la pandemia, se estimaba que el 30% de los menores habían presentado ideación suicida en algún momento, el 10% había realizado alguna tentativa y un 2% de forma seria, requiriendo atención médica. Además los cálculos de autolesiones se encontraba en el 18%. Los estudios recientes indican aumento en estos indicadores, tras el inicio pandémico. La fundación ANAR nos recuerda la atención de un 145% más en llamadas de menores con ideas o intentos suicidas y un 180% más de autolesiones, con respecto a años anteriores.

El confinamiento domiciliario que han sufrido los adolescentes debido al cierre de colegios e institutos ha desencadenado trastornos de salud mental. La interrupción de sus rutinas, la imposibilidad de descargar la energía física, la cancelación de exámenes y las numerosas restricciones sociales y de ocio, con un abuso de tecnologías han causado y todavía están causando consecuencias psicológicas importantes.

Algunos adolescentes y jóvenes han sufrido la infección por SARS-COV-2 e incluso han vivido la experiencia mortal de familiares próximos, familias en situación frágil o de incertidumbre laboral, hacinamiento o culpabilización de contagios, pero sobre todo la incapacidad de la proyección de futuro. La hiperinformación sobre COVID-19, sin su consecuente explicación por parte de sus padres se ha relacionado con la sintomatología de ansiedad y depresión.

De parte de todo ello pretendía hablar y así ha sido nuestro XXVI Congreso y yo, especialmente, quiero destacar la MESA REDONDA I, que tuve ocasión de moderar, bajo el titulo :“Repercusión de la pandemia en la población adolescente. Mesa interdisciplinar”. La MESA estaba integrada por una profesora y pedagoga, orientadora de ESO (Luisa Vera), una psiquiatra especialista en Psiquiatría Infantojuvenil (Dra. Cristina Lombardía), una enfermera de un ABS (Área básica de salud) y partícipe de un programa Salud y Escuela (Belén Pérez), y por último, una Educadora Social (Montserrat Illa).

La experiencia fue gratamente estimulante y un ejemplo de lo que es el trabajo en común y la valoración multidisciplinar de la vida del adolescente antes, durante y después de la fase más “crítica” de la pandemia.

La pandemia entró en la vida de nuestros adolescentes, estudiantes, y les trajo de la mano numerosos cambios, que les han llevado a diversas situaciones, una nueva mirada, nuevos sentimientos, como nos han enseñado nuestras ponentes “gironinas”, han puesto voz a estos adolescentes para que nos transmitan lo que han vivido personalmente en estos tiempos de pandemia, desde el principio, con un mundo nuevo y desconocido a su alrededor hasta la situación actual, más conocida y controlada, gracias a la labor de los docentes, entre otros.

La repercusión en su salud mental ha supuesto un impacto negativo en el bienestar del adolescente, nos recordaba “nuestra” psiquiatra, mencionando el estudio Osgood 2021, que aproximadamente el 70% nos informan de algún malestar psicológico, sentimientos de soledad, irritabilidad o inquietud. Se han sentido en resumen: “tristes, deprimidos o infelices”.

Hemos recordado que los centros educativos tienen un papel muy importante en la prevención de la salud, ya que son espacios de aprendizaje y desarrollo, donde los adolescentes pasan muchas horas y donde todo les impacta; por tanto, los programas que fusionen “salud y escuela” son especialmente interesantes después de la pandemia.

Una atención especial para aquellos adolescentes que crecen en familias que viven una situación social, económica y emocional vulnerable.

Todo ello reúne nuestro pensar desde la SEMA y ha sido el hilo conductor de nuestro Congreso.

Tanto es así que la SEMA participa con un gran interés en el GRUPO DE TRABAJO MULTIDISCIPLINAR SOBRE SALUD MENTAL EN LA INFANCIA Y ADOLESCENCIA, junto a la Sociedad de Psiquiatría Infantil (SPI), la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas (SEUP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). Su posicionamiento se pone de manifiesto en una publicación que aparecerá en breve en ANALES DE PEDIATRÍA, y en la que destacamos las áreas de mejora, siguiendo estrategias multinivel de forma continuada como las recomendadas por la OMS y otras instancias de ámbito europeo, que implican acciones con varias dianas. La medida más coste efectiva en salud mental como tantas otras veces es invertir en prevención.

Solo me queda desde estas líneas animaros a vivir la adolescencia con plenitud junto a ellos, como nos recuerda David Bueno: Estímulo, Ejemplo y Apoyo, tres palabras mágicas.

Felicitar a la Dra. Graciela Perkal, presidenta del Comité Organizador, por tan magnífico XXVI Congreso, recordar al Dr. Josep Cornellá, pionero en la medicina de la Adolescencia, que nos dejó prematuramente, y que de alguna manera estuvo con nosotros en Girona.

Por último felicitar y agradecer, desde esta tribuna, a la Dra. Maria Inés Hidalgo, directora de ADOLESCERE por nuestra magnífica revista de formación continuada y en pocos meses se celebrará el décimo aniversario de su fundación.

 

 
 


¿Hay cuestiones éticas y legales específicas en la adolescencia?


 

¿Hay cuestiones éticas y legales específicas en la adolescencia?

C. Martínez González

C. Martínez González
CS Villablanca. Madrid.

 

En los últimos años, a la vez que la Pediatría se ha ido enriqueciendo con la Bioética, los pediatras sentimos la necesidad de salir del lógico desconocimiento legal y reclamamos más formación en ambas disciplinas, incluso tener a mano a un experto en bioética y a un abogado. Para orientar los problemas éticos disponemos de Comités de Ética, actividades formativas e interconsultas informales con compañeros bioeticistas cercanos. Los recursos legales son poco accesibles y los juristas tienen un lenguaje específico poco inteligible para nosotros, a pesar de lo cual han pasado a ser invitados habituales en los ámbitos tradicionalmente médicos.

¿Es tan necesario para los pediatras saber Bioética y tener conocimientos legales para atender adolescentes? ¿Acaso existen problemas específicos de ambos tipos en esta etapa de la vida?

Parece que sí, con matices. La adolescencia es un período crítico lleno de cambios biológicos, cognitivos, emocionales y sociales(1) que tiene problemas éticos específicos al ser un periodo de transición a la vida adulta con libertades limitadas para el ejercicio de la autonomía. Los problemas legales surgen como consecuencia del incumplimiento de derechos y leyes de protección de la infancia y la adolescencia, pero también debido a la judicialización de la Medicina. Ahora se elevan a los ámbitos de la justicia asuntos que antes se resolvían (o quedaban ocultos) en la relación médico-paciente tradicional, y esta tendencia creciente, por un lado añade seguridad a esta relación y por otro incrementa la complejidad y resta confianza a la relación clínica.

Sin duda, estos derechos y leyes de protección han mejorado nuestro mundo convirtiendo situaciones habituales hace años, incluso con sentido en su momento, en impensables, faltos de toda ética o claramente delitos hoy. Hasta hace poco, en nuestro contexto, los adolescentes carecían de toda capacidad de decisión y de opinión, el castigo físico era un método de disciplina aceptado, no era infrecuente que las adolescentes se vieran forzadas a casarse en contra de su voluntad, obligadas a dar a su hijo en adopción, a cederlo a parientes ricos para su educación, a trabajar en el servicio doméstico separándose de su familia. Tampoco era una rareza que muchos jóvenes, incluso niños, empezaran a trabajar precozmente sin acceder a una educación básica, fueran internados en seminarios por necesidad familiar o embarcados hacia otras latitudes en busca de prosperidad sufriendo un trágico y precoz desarraigo. Lo habitual era ocultar los problemas de índole sexual y los adolescentes con diversidad en identidad de género u orientación sexual eran sistemáticamente patologizados y rechazados por su familia y por la sociedad.

Partiendo de los conceptos a los que hace referencia el título, es pertinente recordar que la ética y la ley son los dos sistemas normativos del deber en la sociedad. La ética reflexiona sobre cómo construir el carácter para elegir lo mejor; orienta sobre lo que debo hacer en función de los valores elegidos. La ley, sin embargo, no orienta, obliga señalando lo que tengo que hacer de forma coactiva; si no se cumple hay sanción. La obligación ética no siempre coincide con la legal, incluso puede ser más exigente a nivel personal.

También es oportuno recordar que la adolescencia, como concepto, es una construcción cultural que tiene grandes diferencias según las costumbres de cada sociedad. Costumbre es la traducción del ethos griego, y son estas, las costumbres, las que condicionan en cada momento histórico lo que cada sociedad considera bueno o malo, en definitiva, los conflictos éticos. El aborto, la libertad sexual, las drogas o la transexualidad, entre otros, no se planteaban en anteriores generaciones aunque existieran al margen de las leyes y del debate social.

A nivel personal la adolescencia es un proceso psíquico con límites temporales imprecisos, que tiene entre sus objetivos salir de la dependencia, lograr una identidad y adquirir la madurez. Durante este proceso se realiza un tránsito progresivo de la moral infantil (asumir las normas obediente y acríticamente) a la moral adulta: conocer las normas, elaborar criterios y tomar decisiones propias no solo en función de lo aprendido, sino también de lo elegido. Pero esto no se produce universalmente. Los estudios de Kohlberg (1927-1987) y posteriores indican que todas las personas no adquieren la madurez.

Por el contrario, la autonomía en sentido jurídico es una concesión automática, el regalo de la ley a todo el que cumple 18 años, de forma que a partir de esta edad, con o sin madurez, todas las personas no incapacitadas legalmente pueden tomar cualquier decisión. En consecuencia, en la sociedad coexisten adultos inmaduros (adultescentes que no han llegado ni llegarán probablemente a la madurez) con adolescentes que ya son maduros, pudiéndose dar la situación paradójica de que un adulto inmaduro (progenitor, profesional…) juzgue la madurez de un adolescente.

La mayoría de los problemas éticos y legales en la adolescencia surgen cuando colisiona el grado de madurez adquirido y la autonomía que progresivamente reconoce la ley. Para ocuparnos de ellos, desde nuestra mentalidad positivista, los profesionales sanitarios buscamos protocolos y criterios objetivos que midan la madurez, aplaudimos la existencia de leyes que fijan edades concretas para decidir. Sin embargo, ni el reloj biológico está sincronizado con la madurez ni la vida humana cabe en un protocolo. Nuestro fin es ayudar al menor, los instrumentos solo son medios para ello y la incertidumbre es inherente a nuestra profesión. Es lógico buscar seguridades que eviten aproximaciones arbitrarias o totalmente subjetivas, como las normas y las leyes. Pero una excesiva interferencia del Estado que no dejara nada sin protocolizar ni legislar, tendría el riesgo de limitar la libertad, suplir la autoridad moral de padres y profesionales, generar una percepción de incompetencia en las familias e incluso eludir responsabilidades y, por último, el riesgo nada despreciable de imponer un determinado concepto del bien en la educación, en los valores y en los modos de convivencia de las familias.

La sexualidad es un área especialmente conflictiva y con límites imprecisos entre lo ético y lo legal. Esto se puede apreciar con un análisis del criterio de edad mínima legal para consentir relaciones sexuales en países como el nuestro, en donde existen leyes que protegen del abuso de poder, el engaño o la violencia en cualquier relación sexual y a cualquier edad. Con la ley en la mano un progenitor podría denunciar al novio de 19 años de su hija de 15, porque no le guste él o la precocidad de su relación, y los pediatras denunciar adolescentes de culturas que con frecuencia inician muy pronto su actividad sexual, teóricamente fuera de la ley. Tener un límite legal de edad es tranquilizador, y es comprensible esa reacción de un progenitor, pero no son hechos necesariamente delictivos. Mucho más sospechoso de abuso sería la relación de un adolescente de 17 años con un adulto de 50 años, aunque no esté contemplado en la ley. Y muy distinto es el contexto de países sin leyes que protejan a los niños y a los adolescentes, en donde los límites legales claros y explícitos son necesarios para evitar el turismo sexual o la prostitución infantil.

La Bioética ejerce una función de puente no solo entre la ciencia y los valores humanos, como visionó Van Rensselaer Potter.
A través del diálogo
(2) y la deliberación también tiene una función mediadora entre padres e hijos que puede contener la tendencia a judicializar los conflictos y manejar de forma más normalizada el “síndrome normal de la adolescencia”, como denominan algunos autores a esas actitudes extremas, contradicciones conductuales, cambios de humor, actuaciones compulsivas, identidades pasajeras y transgresoras etc., que son las señas de identidad del adolescente normal durante el proceso de búsqueda de identidad y descubrimiento de la sexualidad.

El objetivo común de juristas y pediatras es el interés superior del menor. Este se determina prudencialmente, caso a caso, porque cada adolescente es único y requiere una respuesta individualizada que es más difícil de ofrecer desde el marco legal que desde el ético. Atender o no a Juan, que viene solo a consulta porque ambos padres trabajan y acaban de salir del paro. Hasta dónde mantener la confidencialidad que pide Vanessa, que ha iniciado relaciones sexuales precozmente. Cómo manejar el uso esporádico de porros de Izan, hasta ahora un chico modelo. Acompañar a Tomás y a su familia, cuando desvela el conflicto con su género. Qué hacer con Pilar, que quiere vacunarse en contra de sus padres antivacunas. O cómo afrontar los conflictos entre el deber de secreto profesional y el derecho a la confidencialidad del paciente adolescente; porque la relación clínica está basada en la confianza, también en la adolescencia. “No hay Medicina sin confidencialidad, no hay confidencia sin confianza y no hay confianza sin secreto” dice un tradicional aforismo médico.

Aproximarse de forma adecuada a los problemas adolescentes no es sencillo, requiere una visión poliédrica(3). De nada sirve que las leyes reconozcan derechos y capacidad progresiva a los menores de edad legal, si este reconocimiento no va acompañado de una libertad proporcional. Ni sirve la deliberación que propone la Bioética, si lo primero que hacemos ante un conflicto es recurrir a la ley.

Finalmente, cabe decir que una sociedad que promueve la eterna juventud, prolonga la adolescencia más allá de los 18 años, edad en la que se es ciudadano de pleno derecho, y tiende a maximizar derechos y minimizar responsabilidades, no fomenta precisamente la madurez. Sin duda, la ética y la ley son imprescindibles para afrontar los problemas en la adolescencia. No obstante, es necesario formar la conciencia ética a todos los niveles, porque una sociedad más madura necesitaría en menor medida resolver los conflictos sanitarios, familiares y educativos con abogados, jueces, fiscales o tribunales.

 

Bibliografía

  1. Alderman EM, Breuner CC. Committee on adolescence. Unique needs of the adolescent. Pediatrics [Internet]. 2019 [citado el 16 de marzo de 2022]; 144(6): e20193150. Disponible en: https://publications.aap.org/pediatrics/article/144/6/e20193150/37985/Unique-Needs-of-the-Adolescent.
  2. Martínez González C, Ortega González C. Entrevista con el adolescente. Problemas de la comunicación. Rev Esp Endocrinol Pediatr 2016; 7: 23-6.
  3. Couceiro, A. (coord.) (2019). El menor maduro. Cinco aproximaciones a un perfil poliédrico. Madrid: Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, Fad. DOI: 10.5281/zenodo.3530525.

 

 

 

La piel durante la adolescencia


 

La piel durante la adolescencia

Mª Inés Hidalgo Vicario

Mª Inés Hidalgo Vicario
Pediatra. Doctora en Medicina. Acreditada en Medicina de la Adolescencia.Directora de Adolescere. Madrid.

 

«Ante un problema dermatológico, se debe tener siempre en cuenta el estado anímico ya que los problemas que afectan a la imagen corporal del adolescente pueden condicionar problemas conductuales, y de socialización e incluso llevarles a una depresión o intentos autolíticos.»

La piel es el órgano que establece un límite entre el medio interno y el ambiente externo del organismo y que lo relaciona con el exterior resultando indispensable para la vida. Es el lugar de expresión de manifestaciones viscerales, el de intercambio entre los dos medios, el de procesos metabólicos particulares y la primera barrera ante la agresión externa. Forma un complicado sistema elástico y sensitivo que experimenta importantes variaciones ante varias circunstancias como la edad, la raza, el clima, el sexo, el estado de salud, etc. Anatómicamente está compuesta de tres estratos bien diferenciados: epidermis o capa externa con queratinocitos, células basales, melanocitos, células de Langerhans y Merkel; la dermis o capa media con vasos, nervios, fibroblastos, folículos, glándulas sudoríparas, sebáceas y la hipodermis o capa de grasa subcutánea y células que ayudan a regenerar.

En definitiva, el estrato córneo de la epidermis protege actuando como barrera permeable. Los queratinocitos sintetizan queratina para proteger el organismo de forma directa (barrera) e indirecta (secreción de sustancias como citoquinas que avisan al sistema inmune de que algo va mal, propiciando reacciones locales). Los melanocitos sintetizan melanina para defender al organismo de las irradiaciones. Las células de Langerhans son mediadoras de la inmunidad. Las células de Merckel con función sensorial. La piel tiene también una función endocrina (vitamina D) y exocrina con las glándulas sebáceas y sudoríparas que con sus respectivas secreciones intervienen en la protección y la termorregulación. Además de todo ello, está la función estética, dado que la piel constituye una parte muy importante de la imagen de la persona y esto es esencial para el adolescente.

La adolescencia es una etapa de importantes cambios físicos, psicológicos, emocionales y sociales; se inicia con la pubertad (aspecto puramente orgánico), terminando alrededor de la segunda década de la vida, cuando se completa el crecimiento y desarrollo físico, así como la maduración psicosocial. Durante la adolescencia se producen cambios hormonales con la secreción de andrógenos, estrógenos y glucocorticoides, que van a actuar sobre los diferentes estratos de la piel.

La piel del adolescente se caracteriza por un aumento de la actividad de las glándulas sebáceas con cambios evidentes en todo el folículo pilosebáceo. La producción de sebo es continua y responde básica, pero no exclusivamente, a los estímulos androgénicos. También hay cambios intensos en el crecimiento y distribución de pelo lo que contribuye a cambiar el aspecto externo del joven. Otras glándulas que se activan, justo antes de la pubertad, son las glándulas sudoríparas apocrinas localizadas en axilas, areolas mamarias, región ano-genital, periumbilical, y a veces en cara y cuero cabelludo. Se asume que su desarrollo está asociado a los cambios hormonales y también influyen estímulos emocionales.

Hay una serie de características psicológicas propias de esta etapa. Los cambios en su aspecto físico van a influir en su equilibrio psíquico debido a la pérdida de la apreciación global del cuerpo y su focalización en determinados aspectos del mismo, comparándose continuamente con otros y preocupándose por los distintos cambios: acné, pelo, peso, la talla, etc. También influye el temor a una posible deformación del cuerpo
(por ejemplo, excesivo o escaso pecho en las chicas o ginecomastia en el varón). Por la inmadurez, tienen dificultad para postergar y planificar. Se suma a ello la labilidad e inestabilidad emocional, de ahí el sentimiento de omnipotencia, invulnerabilidad y experimentación por lo que se implican con facilidad en conductas de riesgo. Con el desarrollo de la corteza cerebral van pasando del pensamiento concreto de los primeros años de la adolescencia, al pensamiento abstracto con proyección de futuro (propio de la adolescencia media y tardía) en torno a diversos aspectos como el amor, el éxito y la salud que, para ellos, en general, es muy importante. Es típico la idealización, la rebeldía y la búsqueda de la verdad, del sistema de valores, normas… alejándose de los padres. Necesitan un reconocimiento propio y diferenciado, su personalidad se desarrolla condicionada por su ideal (o modelo), su realidad (limitaciones) y su grupo de amigos con influencia creciente frente a la decreciente de la familia. Por ello surgen determinados estilos de vestir, de comportarse, o trasgresión de las normas para reafirmar su autonomía e identidad.

La adolescencia, por todo lo comentado, no es un buen momento para presentar enfermedades y problemas dermatológicos, que aunque en muchas ocasiones no sean importantes, sí son visibles y, a veces, pueden llegar a ser muy problemáticos: el aumento de la secreción sebácea con acné, la sudación y el mal olor corporal, el aumento de vello en determinadas zonas, el inicio de una alopecia androgénica hasta en el 15% de los adolescentes, la hiperhidrosis o la hidrosadenitis, las infecciones de transmisión sexual, las verrugas, micosis, etc. Todas ellas van a ser abordadas en este número.

Es importante que los profesionales sanitarios conozcan los cambios y problemas que se producen durante la adolescencia para dar una respuesta adecuada a las necesidades y consultas sobre la intervención en la piel que nos plantean tanto los adolescentes como sus padres. Se deberá tener siempre en cuenta el estado anímico del paciente ya que determinados problemas que afectan a su imagen corporal pueden producirles problemas de conducta, de socialización, y conducirles a una depresión o intentos autolíticos.

La actitud de los jóvenes para el cuidado de la piel es variable. Unos se interesan excesivamente por el cuidado de su imagen, se inician en la utilización de cosméticos de todo tipo que, la mayoría de las veces, no son los adecuados para su piel. En ocasiones la búsqueda de un bronceado de la piel (signo de belleza), puede hacer que abandonen la foto protección, e inicien un peligroso consumo de luz ultravioleta artificial. Otros jóvenes, por su rebeldía, presentan una actitud transgresora dejando a un lado los hábitos higiénicos básicos incluyendo la foto protección. En casos extremos, para adaptarse a la enfermedad cutánea, pueden presentar comportamientos anormales con pérdida de la autoestima, y alteración de la relación familiar y social, e incluso de la comunicación con el médico. A veces, influye en ello, la escasa sensibilidad del profesional hacia los problemas del joven. Si hasta ahora la comunicación había sido con los padres, a partir de esta etapa es cosa de tres: adolescente, médico y padres.

Durante esta etapa es fundamental la prevención del cáncer de piel ya que la mayor parte de la radiación solar acumulada a lo largo de la vida se recibe antes de los 18 años de edad. Las quemaduras solares en la infancia y en la adolescencia van a multiplicar por 20 el riesgo de tener un melanoma en la edad adulta. El uso regular antes de los 30 años de las cabinas de bronceado conseguirá que el riesgo de tener un melanoma se incremente en nuestros adolescentes en un 75%. Todo esto conlleva que las campañas de prevención del melanoma y de otros cánceres de piel, tengan en la actualidad como objetivo a los adolescentes. También, en este periodo, nos encontramos con complicaciones cutáneas tras realizar decoración corporal (perforaciones o piercings y tatuajes) que es necesario prevenir. Las complicaciones más vistas con los tatuajes permanentes son: fotosensibilidad, reacción a cuerpo extraño, hipersensibilidad e infecciones. Por otro lado, hasta un 43% de los piercings tienen complicaciones, la mayoría de causa infecciosa.

Los profesionales sanitarios deben tener como objetivo la prevención de los problemas dermatológicos, educando a los adolescentes y sus padres, tanto en los controles periódicos de salud como de forma oportunista para garantizar el cuidado y desarrollo normal de la piel, sin que aparezcan secuelas. Igualmente se tendrá siempre en cuenta la posible afectación psicológica del adolescente ante problemas que afectan a su imagen corporal.

 

Bibliografía

  1. J García Dorado, P Alonso Fraile. Anatomía y Fisiología de la Piel. Pediatr Integral 2021; XXIV(3)156.e1-156-e13.

 

Queridos amigos


Queridos amigos

 
Félix Notario Herrero
 

F. Notario Herrero
Pediatra. Unidad de Pediatría y Adolescencia. Clínica Ntra. Sra. del Rosario. Grupo HLA. Albacete. Presidente de la SEMA.

 

 

 

Queridos amigos:

Permitidme que me presente. Desde esta primavera, allá por finales de Mayo, coincidiendo con el XXV congreso de la SEMA en Pamplona, celebrado telemáticamente y presidido con gran brillantez por el Dr. Raimon Pelach, al que quiero felicitar una vez más por su desarrollo, soy el nuevo presidente de la SEMA. Nada de ello hubiera sido posible, sin contar con vuestra confianza y la de la anterior Junta Directiva, presidida por la Dra. Hidalgo.

A ella quiero dedicarle de entrada una mención especial, leyendo su editorial en el anterior número de ADOLESCERE, titulado “La SEMA en tiempos del COVID -19. Despedida de la Presidencia”, quiero hacerle llegar mi felicitación, mi reconocimiento y mi admiración por el imponente trabajo realizado al frente de la SEMA en estos últimos años, recogiendo su mensaje de resiliencia y esperanza en estos tiempos que corren, como ella misma se despedía en su editorial.

Mis andanzas con la SEMA se remontan a 2004, en nuestro congreso en tierras de Sevilla, nos comprometimos a organizar al año siguiente, 2005, el XVI congreso en un lugar de la Mancha llamado Albacete, donde sigo trabajando. Mi dedicación a la adolescencia en estos años me ha permitido codearme con los grandes de esta familia llamada SEMA, qué decir del Dr. Josep Cornellá, al que dedicaremos especialmente nuestro próximo XXVI congreso en Marzo en Girona, su tierra, que decir de la Dra. Pilar Brañas, del Dr. Germán Castellano, y en estos últimos años de la Dra. Inés Hidalgo, ellos como extraordinarios presidentes han marcado nuestro camino, pero no quiero dejarme en el tintero a grandes impulsores de la medicina de la adolescencia, el Dr. Casas, el Dr. Valdés, el Dr. Redondo, la Dra. Muñoz, el Dr. Rodríguez Molinero, la Dra. Salmerón, la Dra. Eddy, el Dr. García–Tornel… y tantos otros, que con su ejemplo y sabiduría nos han imprimido ese “carácter SEMA”.

Creedme, los que formamos parte de esta gran familia, o sea, vosotros, somos especiales, los médicos que nos dedicamos a la adolescencia somos algo diferentes, nuestro entusiasmo y dedicación, nos hacen un tanto adolescentes de la medicina, nos tenemos y somos un poco “invencibles”.

El pasado editorial la Dra. Inés Hidalgo refería con suficiente detalle los logros de la SEMA en los últimos años y su presencia a día de hoy en nuestra sociedad y en las Sociedades Científicas alrededor del mundo. Nuestra sintonía con la AEP, como no podría ser de otra manera es total y nos quedan temas de candente actualidad como la elaboración de la acreditación en el área de capacitación específica de la medicina de la adolescencia (ACE), ya que el Gobierno prevé aprobar este año los reales decretos de Especialidades y ACE y nos tendrá ocupados los próximos meses.

Nuestra web, recién inaugurada, más moderna y con más posibilidades, la plataforma especial para ADOLESCERE, con disposición de los temas en HTML, que incidirá en una mejor difusión e impacto de nuestra gran revista, están como sabéis a vuestra disposición en base a una mejor información y formación continuada.

Antes de terminar quiero agradecer el apoyo y el entusiasmo demostrado desde el minuto uno, en esta nueva andadura, de la Junta Directiva, gracias a la Dra. Ceñal, a la Dra. Gavela, a la Dra. Liquete, a la Dra. Muñoz, a la Dra. Perkal, al Dr. Zafra, a la Dra. Pérez Pascual, directora de nuestra web, y a la Dra. Hidalgo, que afortunadamente se queda a nuestro lado, como asesora de la Junta Directiva, todo un lujo.

Animaros a participar en nuestro próximo XXVI Congreso en Girona, los días 11 y 12 de Marzo de 2022, en esta ocasión, si no ocurre nada imprevisible, en formato presencial, y que presidirá la Dra. Graciela Perkal, que está realizando un excelente trabajo organizativo y nos presenta un programa muy estimulante. Tenemos ya ganas de abrazaros en directo.

Como siempre invitaros a participar en nuestro proyecto, a los que aún no sois socios de la SEMA, os estamos esperando, a los que ya lo sois, esperamos vuestra implicación, vuestras propuestas, vuestras inquietudes y os animamos a participar en distintos grupos de trabajo. En este momento estamos actualizando un directorio de todos los que nos dedicamos a la adolescencia tanto en consultas generales de atención al adolescente, policlínicos, centros hospitalarios con unidades multi ó interdisciplinares, del sector público o privado. La verdad es que afortunadamente somos muchos y desearíamos tener una relación más estrecha, que desde ya os ofrece la SEMA.

Queda mucho trabajo por hacer, quienes nos han precedido han dejado el listón muy alto, pero esperamos que con vuestra colaboración, llevemos a “nuestra” SEMA, donde merece, por la salud integral de nuestros adolescentes.

Muchas Gracias.

 

 
 


Alargamientos óseos


Alargamientos óseos

 
Juan Cabello Blanco
 

Juan Cabello Blanco
Sección Traumatología Infantil. Hospital Universitario La Paz. Madrid.

 

 

 

Existe registro desde finales del siglo XIX de la voluntad de alargar miembros, pero no fue hasta 1905 cuando Codivilla empezó con escaso éxito los alargamientos óseos. Faltaba un procedimiento generalizable con un riesgo aceptable. Fue a finales de los 50 cuando en una región remota de Rusia un médico llamado Ilizarov inventó un método basado en anillos metálicos y barras roscadas conectadas como un “mecano” para ir separando progresivamente los huesos. El método no es fácil, ni exento de complicaciones, pero ha sido el gold standard para el alargamiento óseo hasta hace apenas unos años. Precisamente por ser un método difícil técnicamente, y difícil de llevar por el paciente, se tendía a hacer en los casos estrictamente necesarios. Pero a medida que mejora la ingeniería de los dispositivos, se facilita la recuperación y disminuyen las complicaciones, nos planteamos expandir las indicaciones del alargamiento óseo.

Hay acuerdo entre especialistas en traumatología infantil de tratar discrepancias de dos centímetros. Es un número mágico, sin evidencia científica clara, pero la idea es tratar a aquellos pacientes en los que la discrepancia les afecte a la estática de su espalda o cadera. Cuando alargamos un miembro por una discrepancia congénita o adquirida, hablamos precisamente de eso, de igualar la longitud de ambas piernas mediante el alargamiento de la corta. En otras ocasiones se realizan alargamientos de ambas extremidades a la vez, logrando un incremento de la talla. A estos procedimientos se les conoce como alargamientos cosméticos(1). La reposición de la anatomía normal que se ve alterada por un proceso congénito forma parte de nuestra cartera de servicios de la sanidad pública y, de este modo, si una persona de talla baja con una causa médica demostrada lo solicita, podemos realizar alargamiento de ambos fémures o tibias o ambos. La entidad en la que hay más experiencia es en el alargamiento óseo de personas con acondroplasia, pudiendo lograr incrementos de talla de 20-25 cm. Hay que dejar claro que no es una necesidad y por lo tanto será una respuesta a la solicitud del paciente, no un tratamiento que se realice a todos los pacientes.

Con el advenimiento de las nuevas tecnologías se han diseñado implantes “todo dentro” que nos permiten alargar huesos sin aparatosos hierros por fuera. Mejoran el dolor, las infecciones y la tolerancia global al proceso de alargamiento. Por ello cada vez es más frecuente que nos reclamen tratamientos de alargamiento cosmético. Hay familias que aceptan tratamientos con hormona de crecimiento para ganar unos centímetros. Otras aceptan pasar un procedimiento quirúrgico y una recuperación para ganar 4-8 cm. Puede sorprender, pero los cánones de armonía corporal son variables y anecdóticamente recibimos pacientes de talla superior a 1,80 solicitando alargamiento óseo.

No sabemos responder con claridad hasta cuanto y desde qué altura empezar a ofrecer un alargamiento óseo. Supongamos un paciente de 1,45 que he alargado hasta 1,53. Tengo previsto una segunda fase para lograr el 1,60. ¿Y después? ¿Y si pide llegar al 1,65?
Los endocrinos infantiles tal vez tengan más experiencia en estos dilemas con la experiencia acumulada de tratamientos con hormona de crecimiento. ¿Vendrán las familias a buscarnos tras un tratamiento con hormona de crecimiento que no consiguió el aumento deseado? La talla baja, aunque en sí no es una enfermedad mientras que no haya una causa subyacente, puede causar limitación funcional y alteración psicológica. Hay estudios que relacionan talla baja con menor autoestima, menos éxito profesional, “bullying” o dificultad de encontrar pareja
(1). Parece ser que para los hombres es más preocupante la talla baja y así, son los varones los que solicitan el alargamiento óseo cosmético con más frecuencia. Uno de los requisitos que ponemos a los pacientes antes de someterse a un alargamiento cosmético es pasar una revisión psicológica para descartar dismorfofobia, deseos no realistas u otras alteraciones mentales que puedan influir en la decisión de alargarse o en el cumplimiento terapéutico (recuperación prolongada de en torno a un año).

Además de la valoración psicológica, los cirujanos debemos exponer los riesgos a los que se somete el paciente al realizar un alargamiento y acordar con el paciente qué aumento necesita. Una cirugía de alargamiento tiene problemas, obstáculos y complicaciones(2) que nos conllevarán “baches”, “retoques” o incluso el fracaso del objetivo propuesto.

En ausencia de legislación, corresponde a las Sociedades Científicas liderar la creación de unas guías que ayuden a los pacientes a decidir mejor y les aseguren unos estándares de atención. Ya no podemos prohibir los alargamientos cosméticos, solo regularlos(3).

 

Bibliografía

  1. Marwan Y, Cohen D, Alotaibi M, Addar A, Bernstein M, Hamdy R. Cosmetic stature lengthening. Bone Jt Res. 2020;9(7):341–50.
  2. Paley D. Problems, obstacles, and complications of limb lengthening by the Ilizarov technique. Clinical orthopaedics and related research. 1990. p. 81–104.
  3. Patel M. Cosmetic limb lengthening surgery: The elephant in the Room. Harm minimization not prohibition.
    J Limb Lengthening Reconstr. 2017 Jan 1;3:73.