La SEMA en tiempos del COVID-19. Despedida de la Presidencia


La SEMA en tiempos del COVID-19. Despedida de la Presidencia

 
Mª Inés Hidalgo Vicario
 

Mª Inés Hidalgo Vicario
Pediatra. Doctora en Medicina. Acreditada en Medicina de la Adolescencia. Presidente de la SEMA. Directora de Adolescere. Madrid.

 

El año 2020, año del COVID-19, ha condicionado una grave crisis sanitaria, social y económica a nivel mundial y ha puesto a prueba nuestro juramento hipocrático. Tras la incertidumbre, estrés y desafío inicial, la pandemia ha sacado lo mejor de nosotros mismos, nos ha hecho más sensibles, más resilientes y hemos aprendido a enfrentarnos y adaptarnos a esta enfermedad, así como a realizar una nueva Pediatría.

Nunca imaginé que viviría una situación de pandemia. A lo largo de mi carrera profesional he vivido varias alertas sanitarias: iniciando el MIR de pediatría el aceite de colza, posteriormente la inmunodeficiencia humana, el meningococo, el SARS-CoV-1, la gripe H1N1, la gripe aviar… Y en el año 2020 el COVID-19 que ha zarandeado y volcado nuestra forma de vida a nivel mundial y puesto a prueba nuestras instituciones sanitarias.

Los sanitarios nos estamos enfrentando con una presión sin precedentes tanto física, psicológica, emocional y profesional que nos marcará para siempre. Con miedo al contagio, a contagiar a nuestras familias o al paciente; sobrecarga de trabajo teniendo que gestionar patologías agudas, urgencias, enfermos con patologías de base y los diferentes problemas de salud de los pacientes.

La Atención Primaria, que es la puerta de entrada al sistema sanitario, ha sido una de las áreas más golpeadas. Ha tenido que enfrentarse al inicio de la pandemia sin protección adecuada, con falta de medios, equipos y personal, de ahí el elevado porcentaje de profesionales sanitarios contagiados y algunos fallecidos. En enero 2021 empiezan a llegar las vacunas, pero de una forma demasiado lenta y, a primeros de mayo, se continúa con oscilaciones en las cifras de contagiados, ingresados y asistencia en las UCIs. Se siguen viviendo situaciones muy complicadas y dramáticas según las diferentes CCAA.

Los profesionales han sabido enfrentarse, todos juntos, a la adversidad y esta pandemia nos ha demostrado que podemos adaptarnos y que también hay otras formas de hacer una buena pediatría, más ágil, innovadora y también eficiente. En este sentido se ha potenciado la telemedicina con una mejor coordinación entre Atención Primaria y hospitalaria manteniendo, por supuesto, la asistencia presencial.

La pandemia, su evolución y la necesidad de formación de los profesionales, ha impulsado la Formación Continuada telemática de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA) con diversas actividades que resumo a continuación:

Tras vernos obligados a posponer, a 10 días de su inicio, el XXV Congreso de Pamplona desde marzo 2020 a septiembre 2020 y posteriormente a mayo 2021, la SEMA realizó los días 7 y 8 de octubre su VII Curso de Salud Integral de forma online titulado: Adolescencia y COVID-19. Lo que el pediatra debe saber. Se inscribieron casi 400 profesionales sanitarios, de España, Europa y Sudamérica, con una alta participación de médicos residentes. La evaluación del curso fue muy positiva. Se publicó en la revista Adolescere, y contó con la Acreditación de la Comisión Nacional de Formación Continuada del Sistema Nacional de Salud. Las presentaciones estuvieron disponibles en la plataforma durante tres meses y en enero 2021 la SEMA abrió un canal en YouTube para colgar dichas ponencias y otras informaciones de interés. Desde 2009, la SEMA, los años impares realiza un Curso más práctico en Madrid, dando formación a casi 300 profesionales en cada evento y los años pares realiza su Congreso en diferentes lugares de nuestro país.

En marzo 2020 se organiza en la web un apartado especial de información sobre COVID-19 para actualizar la información científica publicada sobre el coronavirus.

El 21 de abril 2020 se publicó en la web SEMA una carta de reconocimiento a nuestros compañeros fallecidos por el COVID-19. “A los que hemos perdido en esta pandemia COVID-19 y no vamos a olvidar”.

A principios de mayo 2020 se publica, en primicia en la web, una editorial de Adolescere titulada “Las vacunaciones caen durante la pandemia” por el Dr. Moraga Llop, que tuvo un gran impacto y fue referente para otras publicaciones posteriores.

También en mayo, la SEMA presenta el dosier Soy Adolescente. Necesidades de salud. Es una guía que recoge las claves para realizar la entrevista al adolescente. Comprende dos partes: a) Para el profesional. Se expone mediante acrónimos fáciles de recordar: qué cosas se deben preguntar en dicha entrevista (FAVORECER la salud) y cómo se debe realizar esta (ESTÉTICOS), además de recoger el estado vacunal del joven. b) Para entregar al adolescente tras la entrevista. Recoge consejos sobre su salud, además de sitios web, apps, códigos QR, para ampliar información y teléfonos o guías donde solicitar ayuda, si se necesita, pero que no sustituyen al consejo médico bien fundamentado. El dosier ha contado con el apoyo de los laboratorios GSK. Se iba a presentar y entregar a los asistentes del pospuesto Congreso de la SEMA en Pamplona, pero dada la situación de pandemia, se inició su difusión a través de la web y los medios digitales. Está disponible en: https://www.adolescenciasema.org/soy-adolescente-necesidades-de-salud/.

En la misma fecha, la SEMA publicó “Recomendaciones para los adolescentes y también para los padres de adolescentes, en la situación actual de alarma COVID-19” que está disponible en la web.

En junio, la SEMA, consciente de la situación de pandemia y el incremento de los problemas psicológicos en la población, incluye online y de descarga libre a disposición de todos los profesionales sanitarios el CURSO DE FORMACIÓN CONTINUADA EN PSIQUIATRÍA DEL NIÑO Y ADOLESCENTE PARA PEDIATRAS, que se había realizado el año anterior, donde participaron 1.500 profesionales y tuvo una acreditación de 13,3 créditos de FC. La SEMA habilita una plataforma especial para ello. A 30 de enero de 2021 el número de profesionales que habían hecho el curso ascendían a 67.000 y a 15 de mayo casi 130.000. El curso está disponible para su realización en: https://www.cursopsiquiatriasema.com/.

En colaboración con la AEP, se realiza una Infografía. Guía para padres de adolescentes. Son consejos para sobrellevar lo mejor posible el confinamiento. También la SEMA ha colaborado con la AEP en el proyecto PROMESA- Salud de la adolescencia-.

En septiembre de 2020 se publica la 3º edición del libro: Medicina de la Adolescencia. Atención Integral, editado por los doctores MI Hidalgo Vicario, L Rodríguez Molinero y MT Muñoz Calvo. Son 157 temas, 17 anexos y unos 300 autores, tanto españoles como de otros países de Europa, América central, América del sur y EE.UU. con una gran aceptación. En la actualidad, no existe en nuestro país ningún otro libro de características semejantes, dedicado a esta disciplina, con un sentido integrador y comprehensivo.

En octubre de 2020 la SEMA abre una cuenta en Instagram. Su objetivo es poder llegar directamente a los adolescentes con mensajes relacionados con su salud integral. A primeros de mayo 2021 cuenta con 460 seguidores.

Durante el año 2020 la revista Adolescere de FC publica, además del VII Curso de la SEMA, dos números dedicados a la Psiquiatría; uno de ellos a la “Psiquiatría general” y otro a “las adicciones sin sustancia”. En 2021 los números de la revista están dedicados a la “Gastroenterología”, “el XXV Congreso de la SEMA” y a “Ortopedia y Traumatología”.

En abril 2021, la Dra. Hidalgo en representación de la SEMA, inicia los trámites con la Universidad de la Rioja para realizar un MASTER en Medicina de la Adolescencia online.

En mayo de este año se inaugura la nueva Web de la SEMA, más moderna y con más posibilidades, así como una plataforma especial para Adolescere con disposición de los temas en HTML para mejorar la difusión e impacto de la revista.

Durante todo este periodo de pandemia, la Sociedad, ha seguido colaborando con la AEP en diversas actividades como: la elaboración de la Acreditación en el área de capacitación específica de Medicina de la Adolescencia (ACE) y en diversos documentos sobre los diferentes aspectos de la pandemia por coronavirus (cuidados de los jóvenes, la vuelta a clase de la población infantojuvenil…), en colaboración con otras sociedades científicas y el Ministerio de Sanidad. Igualmente, la SEMA ha participado en la consulta pública sobre el Proyecto del Real Decreto por el que se regula la formación transversal en las especialidades en ciencias de la salud, las áreas de capacitación específicas y el procedimiento de creación de títulos de especialista en ciencias de la salud. También ha colaborado con otras Sociedades nacionales (SEPEAP) e internacionales como ALAPE, CODAJIC, IAAH, SAHM y la Sociedad Italiana en Catanzaro.

Del 26 al 28 de mayo, se realizará vía online el XXV Congreso de la SEMA donde se prevé una asistencia de más de 250 profesionales tanto de nuestro país como del extranjero, incluyendo una alta participación de médicos residentes. Se presentarán más de 30 comunicaciones y se entregarán 2 premios, a las mejores comunicaciones, dotados económicamente. El congreso cuenta con la Acreditación de la Comisión Nacional de Formación Continuada del SNS. Desde estas líneas, deseo dar las gracias a los organizadores, ponentes, participantes, laboratorios farmacéuticos y a todos los que de alguna forma están contribuyendo a que sea un éxito. Las ponencias presentadas en el congreso se publican en este número de Adolescere Vol. IX (2) 2021.

Está claro que la formación telemática ha llegado para quedarse y que a partir de ahora será simultáneo el aprendizaje presencial y online; ambos son complementarios ya que favorecen el intercambio de conocimientos y una más amplia difusión tanto a nivel nacional como internacional.

En este XXV Congreso me despido de mi etapa como presidente de la SEMA, tras ocho años + uno de pandemia. En la SEMA he ocupado diversos cargos: primero en 1994, como socia activa desde mi vuelta de EE.UU. donde estuve un año formándome en Medicina de la Adolescencia en el Children´s Hospital de la Universidad de Stanford. Desde 1998, como secretaria de la Sociedad durante 8 años, posteriormente como vocal, y accedí a la presidencia en 2012 en el Congreso de Santiago.

Deseo demostrar mi reconocimiento hacia quienes antes que yo, – desde que el Dr. Blas Taracena del Piñal fundase en 1987 nuestra sociedad-, habéis ocupado esta presidencia. Sin todos y cada uno, no hubiésemos podido ser lo que somos, Dres.: Pilar Brañas, Josep Cornellá y Germán Castellano, algunos lamentablemente ya nos han dejado.

Mi más sincero agradecimiento a los que me han acompañado estos años por su apoyo incondicional a todas las iniciativas y propuestas. En la actualidad la SEMA cuenta con 315 socios y ha incrementado de forma importante su patrimonio lo que ha permitido realizar las diferentes actividades comentadas.

Aunque este período de presidencia haya terminado para mí, no por ello dejaré de interesarme e ilusionarme, ni de apoyar a las nuevas generaciones, en las que se asienta nuestro presente y nuestro futuro; estad seguros de que siempre contaréis con mi disponibilidad. Deseo los mayores éxitos al nuevo Presidente y la nueva Junta Directiva, para que continúen con esta ilusionante tarea al servicio del adolescente.

Finalizo con un mensaje de resiliencia y esperanza, con la firme confianza en las vacunas para que todos juntos y lo más pronto posible, dejemos atrás esta terrible pandemia. Mientras tanto, ¡a seguir cuidándose!

Muchas gracias y ¡hasta luego!

 

 
 

Alimentación en la adolescencia. Mitos y realidades


Alimentación en la adolescencia. Mitos y realidades

 
Mª Inés Hidalgo Vicario
 

Mª Inés Hidalgo Vicario
Pediatra. Doctora en Medicina. Acreditada en Medicina de la Adolescencia. Presidente de la SEMA. Madrid.

 

“La ciencia humana consiste más en destruir errores que en descubrir verdades”
(SÓCRATES) 470 – 399 a. C.

La alimentación, como sabemos, es necesaria para que nuestro organismo incorpore sustancias al objeto de formar y mantener los tejidos y obtener la energía necesaria para el desarrollo de las funciones vitales. Forma parte de la nutrición que comprende al aporte de las sustancias nutritivas necesarias (alimentación); su transformación y la excreción de lo que no es aprovechable o es perjudicial para nuestro organismo.

A lo largo de la historia la alimentación del ser humano ha estado influida por creencias religiosas, aspectos económicos, costumbres, modas… y en los últimos años han influido de forma muy importante las nuevas tecnologías de la información y comunicación. Los mitos y falsas creencias van creciendo continuamente y pueden influir negativamente en la salud de la población, constituyendo un importante reto para el profesional que trata de dar a sus pacientes recomendaciones basadas en la evidencia científica, adaptadas a la situación de cada paciente.

En la actualidad vivimos en la sociedad de la información donde los medios de comunicación actúan de transmisores inmediatos de mensajes, recomendaciones y opiniones; constituyendo para una gran parte de la población la única fuente de conocimiento. La sociedad de consumo se caracteriza por una enorme oferta en productos y servicios a unos consumidores sin capacidad de realizar una elección racional entre ellos. Se originan modas y tendencias con recomendaciones positivas de determinados productos, que en la mayoría de las ocasiones no están sustentadas por el rigor científico, conduciendo al consumidor a tomar decisiones equivocadas.

La adolescencia es una etapa de gran riesgo nutricional, ya que además del aumento de las necesidades energéticas (por el importante crecimiento y desarrollo físico y psicosocial), se produce el abandono de los hábitos de la infancia, la búsqueda de nuevos modelos, se adquieren determinadas adicciones nocivas y pueden darse muchas situaciones arriesgadas (excesiva actividad física, uso de drogas, embarazo, enfermedades crónicas). En todo ello influye de forma importante el grupo de pares, las redes sociales, internet, la publicidad, etc.

Los problemas nutricionales más frecuentes en esta edad son las alteraciones en el patrón de la ingesta, del cumplimiento de las recomendaciones, los trastornos del comportamiento alimentario, el sobrepeso y la obesidad.

Según la Academia Americana de Pediatría, los hábitos dietéticos inadecuados de los adolescentes, son: la tendencia a saltarse comidas, principalmente el desayuno y el almuerzo; hacer mayor número de comidas fuera de casa; tomar snacks (tentempiés), especialmente de tipo dulce; consumir comidas rápidas (ricas en grasa saturada, con exceso de proteínas y sal, ricas en carbohidratos refinados, con escasa fibra y pobres en vitaminas y minerales) y hacer dietas erráticas, caprichosas o de moda.

Los adolescentes, suelen iniciar una dieta vegetariana por imitación de su pareja, razones filosóficas, éticas (sacrificio de animales), religiosas, ecológicas o de salud (dietas bajas en grasas y colesterol). La Academia Americana de Nutrición y Dietética considera que estas dietas, bien planificadas, son adecuadas para todas las etapas del ciclo vital. Los problemas que puede originar una dieta vegetariana estricta son: el menor contenido calórico y de proteínas de alto valor biológico, así como el déficit de vitaminas B12, B6, D, calcio, hierro y zinc. El profesional debe estar alerta ya que hasta un 45-50% de las pacientes con Anorexia Nerviosa refieren haber seguido algún tipo de dieta vegetariana.

En la dieta macrobiótica, se van eliminando los alimentos. Los primeros son los de origen animal, después las frutas y verduras y al final solo se consume agua y arroz integral. Es incompatible con un crecimiento adecuado. Los problemas más importantes son anemia ferropénica, disminución del crecimiento, retraso de la maduración ósea, de la pubertad y amenorrea.

Las dietas mágicas o de moda, basadas en una reducción importante de las calorías durante unos días, consiguen un descenso pasajero pero reversible del peso.

En una reciente encuesta en nuestro país ENALIA (Encuesta Nacional de Alimentación a la población Infantil y Adolescente) realizada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria, se observó que la calidad de la dieta es mejorable con un perfil calórico y lipídico desequilibrado (baja ingesta de hidratos de carbono, alta ingesta de lípidos y ácidos grasos saturados) con una ingesta de micronutrientes aceptable excepto de vitamina D y E, folatos, calcio, magnesio y yodo, con excesiva ingesta de sodio a partir de los 9 años.

Además de los hábitos dietéticos inadecuados ya comentados, en la adolescencia es preciso tener en cuenta la presencia de muchos mitos y falsas creencias. Algunos son fácilmente rebatibles con solo aplicar el sentido común o la lógica científica. A continuación, se comentan los más frecuentes:

  • El pan engorda”. Como es sabido, el pan es un alimento del grupo de los cereales, rico en carbohidratos complejos, que es el nutriente que más necesitamos. No engorda un determinado alimento en concreto, sino ingerir a lo largo del día más energía de lo que gastamos. Lo que hace aumentar sus calorías, es generalmente con lo que lo acompañamos (cremas, embutidos, quesos, patés, mantequilla…).
  • Beber agua durante la comida engorda. El agua no aporta calorías, ni antes, durante o después de comer. Es necesaria para vivir ya que hidrata, transporta ciertos nutrientes y es el medio donde se realizan las reacciones químicas de nuestro metabolismo diario.
  • “Las patatas engordan”. La patata no se la puede considerar alimento hipercalórico pues solo aporta 85 kcal./100g. Es la grasa con la que normalmente las acompañamos lo que las hacen energéticas. Las patatas fritas, los purés con mantequilla, las diferentes salsas (alioli, mayonesa, brava…).
  • “Hay alimentos buenos y malos. Los alimentos se componen de muchos nutrientes mezclados por lo que no hay un alimento bueno o malo, depende de su composición. Lo que si hay son hábitos alimentarios incorrectos. Sí puede haber alimentos que sienten mal a algunas personas o que estén contraindicados por alguna enfermedad. Se debe promover una alimentación rica, variada y equilibrada.
  • “La leche engorda”, “la leche es solo para los niños” y “la leche puede producir cáncer”. Los lácteos son alimentos básicos en la alimentación a todas las edades ya que son fuente de proteínas de alto valor nutricional, calcio y vitamina D. Favorece la adquisición de la masa ósea, previene la osteoporosis y promueve una flora intestinal bacteriana probiótica. En el contexto de una dieta normal no tiene por qué contribuir a la obesidad. La leche semi tiene 45% menos grasa, y la light, 65% menos. El calcio de la leche es altamente biodisponible, en comparación con el de algunas verduras como espinaca o berro, que tienen un alto contenido de oxalatos, lo que disminuye la disponibilidad. La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer tiene una clasificación de sustancias sospechosas de carcinogénesis y la leche no está entre ellos.
  • “Es malo comer entre comidas. Es preciso comer cada 3 a 4 horas para no llegar a la siguiente comida con mucha hambre. Se aconseja dividir el total de calorías del día en las 4 comidas: desayuno, comida, merienda o cena con alguna colación a media mañana para evitar las fluctuaciones de la glucemia.
  • Los productos integrales adelgazan. Los cereales integrales tienen un mayor contenido de fibra y minerales que los refinados, pero su energía es la misma. La fibra produce saciedad y por ello ayuda en el control del peso. Regula el tránsito intestinal y evita los picos glucémicos. Es recomendable el consumo de productos integrales, pero no de grandes cantidades.
  • “Los productos light son más sanos y ayudan a adelgazar”. El producto light aporta menos calorías que el de referencia, pero sigue teniendo calorías. Lógicamente si se abusa de estos productos se puede desequilibrar la ingesta y hacernos engordar.
    Está muy extendida la idea de que lo natural es lo bueno y lo artificial criticable y no recomendable. Esto es incorrecto. Todos los alimentos son naturales, aunque lógicamente casi todo lo que comemos ha sido modificado por la tecnología alimentaria, que ha contribuido a conseguir productos de mejor calidad y mayor estabilidad. Las setas venenosas no son buenas porque crezcan en plena naturaleza.
  • Sudar favorece la pérdida de peso”. Lo que necesitamos perder son kilos de grasa y el sudor es agua. Los remedios para sudar (plásticos, fajas, saunas…) solo sirven para perder agua, que se recupera rápidamente en cuanto se beben líquidos.
  • Los suplementos de vitaminas y minerales son necesarios para cubrir las necesidades nutricionales”. Ambos son micronutrientes (nuestro cuerpo los necesita en menor cantidad que los azúcares, las grasas o las proteínas). Si realizamos una alimentación variada y equilibrada se cubren los requerimientos diarios. Existe la falsa creencia de que hay que tomarlos para reforzar las defensas en determinadas épocas del año. Si no existen deficiencias, administrarlos puede tener consecuencias negativas para la salud. Solo se deben tomar bajo prescripción médica.
  • Tomar la fruta de postre engorda”. La fruta es un alimento rico en fibra, vitaminas y con efecto antioxidante; se recomienda, en el control de peso, consumirla antes de la comida por su poder saciante. Aporta las mismas calorías antes, durante o después de comer.
  • “Las verduras y frutas frescas siempre son mejores que los congelados”. Esto no es cierto. Las verduras y frutas congeladas son cosechadas y procesadas en el mismo día, preservando la mayoría de los nutrientes.
  • “El zumo de naranja pierde las vitaminas si no se bebe rápido”. Aunque es cierto que las vitaminas se pierden con el paso del tiempo, no se trata de un proceso tan rápido. Si se conserva el zumo tapado en refrigeración, las vitaminas se mantienen durante unas 12 h.
  • Las grasas vegetales son más sanas que las grasas animales”, “La margarina engorda menos que la mantequilla”, “Es mejor tomar margarina que mantequilla, porque está hecha con aceites vegetales, que previenen la enfermedad cardiovascular”. Nuestro organismo necesita de las grasas, ya que cumplen muchas funciones en el organismo: transporte de las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), formación de hormonas, proveen de ácidos grasos esenciales (que el organismo no las puede fabricar), mantienen las membranas celulares y ayudan en la transmisión nerviosa, entre otras. Algunos tipos de grasas promueven la salud (monoinsaturadas y poliinsaturadas como el Omega 3), mientras que otras aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular y ciertos tipos de cáncer (trans). Para convertir un aceite vegetal (líquido a temperatura ambiente) en una grasa para untar, los fabricantes lo someten a un proceso de hidrogenación. Esas grasas artificialmente solidificadas son las grasas trans, que se han asociado con efectos colaterales, entre ellos aumentan el Colesterol-LDL y disminuyen el HDL, lo que conlleva un mayor riesgo de problemas cardiacos, accidente cerebrovascular, diabetes tipo 2 y cáncer. La clave es reemplazar las grasas malas por las buenas.
  • “Ciertos alimentos ayudan a quemar las grasas”. Como por ejemplo, el pomelo en ayunas. Ningún alimento puede quemar grasa. Además, la mejor manera de perder peso es reduciendo la cantidad total de calorías y siendo físicamente más activo.
  • “Los frutos secos engordan”. Estos tienen efecto saciante por lo que pueden ayudar a controlar el peso. Si se consumen en grandes cantidades y como suplementos de la alimentación, se ganará peso.
  • Reducir los hidratos de carbono favorece el descenso de peso”. Esto a corto plazo produce falta de energía, cansancio y menor resistencia (los glúcidos son una de las principales fuentes de energía y vitaminas del complejo B que actúan en el sistema nervioso). Además, la falta de carbohidratos puede llevar a la formación de cuerpos cetónicos y aumentar el riesgo de cálculos renales y de gota.
  • “Mezclar hidratos de carbono y proteínas engorda”. Este es el fundamento de las llamadas dietas disociadas sin base científica (avalan que el organismo necesita consumir por separado las proteínas y los glúcidos ya que no los puede digerir juntos). Hoy se sabe que las enzimas actúan de igual forma, con independencia de que el consumo de alimentos de diferentes tipos sea o no conjunto. Por otro lado, los alimentos son mezclas heterogéneas de nutrientes, con mayor o menor riqueza en alguno de ellos y, por tanto, aunque se quisiera, no podrían disociarse sus nutrientes.
  • La dieta sin gluten adelgaza y es más sana”. En los últimos tiempos algunas celebridades (deportistas, actores) defienden esta afirmación, coincidiendo con que hay alimentos con gluten que son hipercalóricos. Un 30% de adolescentes europeos entre 11-18 años padecen trastornos digestivos funcionales (dolor, flatulencia, pesadez) y con relativa frecuencia se quitan el gluten de la dieta; a veces pudiendo mejorar la sintomatología al disminuir el aporte de fructanos que llevan los cereales del trigo. En general, una dieta sin gluten no es adecuada para las personas que no son intolerantes a esta proteína. Aunque la retirada del gluten de la dieta no lleva un riesgo nutricional, muchos de estos productos sustitutivos pierden sabor y para conseguir mayor palatabilidad se utilizan azúcares y grasas trans. Otros aspectos a tener en cuenta son la falta de fibra y la posible deficiencia de hierro y calcio.
  • “Para aumentar el músculo hay que tomar más proteínas”. Esta es una preocupación en los adolescentes. El consumir una cantidad de proteínas superior a las recomendaciones, no mejora el rendimiento muscular. Los atletas adolescentes no necesitan suplementos proteicos para mejorar su masa muscular ni su rendimiento, siempre que sigan una dieta equilibrada y suficiente para sus necesidades.
  • “Para el dolor abdominal es bueno utilizar una dieta baja en FODMAPs o en histamina”. El acrónimo FODMAP hace referencia a oligosacáridos (fructologosacáridos, galactoligosacáridos), disacáridos (lactosa), monosacáridos (fructosa) y polioles (manitol, sorbitol, xilitol, maltitol) fermentables. La dieta baja en FODMAPs es una dieta con bajo contenido de hidratos de carbono de cadena corta, que se suele indicar para personas con síntomas digestivos inespecíficos como el síndrome de intestino irritable, aunque todavía no hay evidencia científica suficiente. En la base de estos síntomas puede estar el consumo de alimentos ultra procesados, muchos con cereales refinados (ricos en FODMAPs) y es aconsejable realizar una alimentación con productos naturales evitando los ultraprocesados.
    En ocasiones existen exacerbaciones repetidas de dolor abdominal junto con otra clínica asociada (gases, diarrea, urticaria, rinorrea, prurito, mialgias, migraña…). Habrá que descartar una intolerancia a la histamina con o sin déficit de la deamino-oxidasa (enzima que degrada la histamina) que está disponible en muchos alimentos.
  • La cerveza sin alcohol no tiene calorías”. Esta contiene una cantidad mínima de alcohol y entre 40 y 80 kcal, por cerveza. Tienen alto contenido en fósforo, sodio y potasio, por lo que las personas diabéticas, con hipertensión arterial o con insuficiencia renal deben tener precaución con su consumo.

Como se ve, la mayoría de los mitos giran en torno a la preocupación por adelgazar que no solo sucede en las personas obesas, sino que las delgadas buscan continuamente como conseguir “el cuerpo perfecto”. Se venden millones de libros, aparecen continuamente a través de internet e “influencers” las dietas milagro, mágicas, revisadas, seudocientíficas… que prometen una pérdida rápida de peso, sin apenas esfuerzo y con resultados inmediatos e impactantes. Se hacen populares por las “celebrities” que las anuncian y porque producen pérdida de peso las primeras semanas, pero después se recupera el peso e incluso más de lo que se había perdido (el llamado efecto yo-yo). Estas dietas ofrecen un aporte energético bajo, se olvidan del aporte de los nutrientes y de sus consecuencias negativas y además no corrigen unos hábitos alimentarios inadecuados.

En general, cuando se inicia una dieta mágica, nuestro organismo reacciona rápido y como mecanismo de defensa disminuye el metabolismo para intentar gastar menos y contrarrestar esa deficiencia energética (se pierde agua y glucógeno manteniéndose el depósito graso que es lo importante para perder peso y mejorar la imagen). Cuando volvemos a la dieta habitual, el organismo pone en marcha mecanismos fisiológicos para compensar la restricción sufrida, se come más y se recupera más peso del perdido con más facilidad. Para evitar ese efecto yo-yo la pérdida de peso debe ser lenta y progresiva.

Hay una serie de aspectos que pueden ayudar a descubrir las dietas mágicas: prometen resultados fáciles y rápidos; recomiendan alimentos con efectos “quema grasa” y en combinaciones especiales; promueven la limitación severa de un grupo entero de alimentos, como los hidratos de carbono o los lácteos e indican la suplementación con grandes dosis de vitaminas y minerales. Se enfocan en la apariencia más que en los beneficios para la salud. Hacen las mismas recomendaciones para todos; clasifican los alimentos en buenos y malos; usan imágenes de antes y después, así como testimonios de sus seguidores e incluso de profesionales de la salud. La evidencia científica ha demostrado que

Durante la adolescencia, es necesario un aporte nutricional equilibrado de acuerdo a su desarrollo puberal y actividad física (con disminución de la ingesta de grasas a < del 35% de las calorías, aumento de carbohidratos complejos a > del 55%, e ingesta moderada de proteínas de un 15%) basado en el conocimiento científico y educando a la población evitando los mitos y falsas creencias. Es preciso realizar también ejercicio para obtener un adecuado estado de salud, un óptimo crecimiento y desarrollo físico y psicosocial.

Los principios generales de la dieta son: abundancia en verduras, frutas y cereales preferentemente integrales, pobre en sal y azúcares simples, con suficiente aporte de lácteos y moderado consumo de productos de origen animal (pirámide de alimentación saludable).

Los hábitos alimentarios y los patrones de ingesta empiezan a establecerse a partir de los dos años de vida y se consolidan en la primera década, persistiendo en gran parte en la edad adulta. Los pediatras deben acompañar al adolescente conociendo sus problemas y necesidades de salud, motivarles explicando los beneficios de una alimentación equilibrada, fomentar la autoestima y el pensamiento crítico, colaborar con la familia, la escuela y los medios de comunicación para educar, sembrando las bases de la alimentación y hábitos nutricionales adecuados, para prevenir problemas de salud tanto en el presente como en el futuro.

 

Bibliografía

  1. Hidalgo MI, Güemes M. Nutrición del preescolar, escolar y adolescente. Pediatr Integral 2011; XV (4):351-368.
  2. Lopez Sobaler AM. Perfil nutricional de la dieta de la población infantil y adolescente en España. Estudio ENALIA. Departamento de Nutrición. Facultad de Farmacia. UCM X Convención NAOS, 2016. [En línea]. Consultado en diciembre 2020. Disponible en: https://www.aesan.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/nutricion/Convencion_2016/3_Ana_Lopez_Sobaler.pdf
  3. Moreno Villares JM, Galiano Segovia MJ. Nutrición en el adolescente: aclarando mitos. Adolescere 2019; VII (2):14-21.
  4. Varea Calderón V, Moreno Aznar L. Nutrición en la adolescencia. En Libro Blanco de la Nutrición Infantil en España. Cátedra Ordesa. Granada, 2015. Págs. 123-130.

 

 
 

Adicciones sin sustancia (química) en adolescentes. Historia de las adicciones


Adicciones sin sustancia (química) en adolescentes. Historia de las adicciones

 
Luis Rodríguez Molinero
 

Luis Rodríguez Molinero
Doctor en Medicina. Pediatra acreditado en Medicina de la Adolescencia por la AEP. Consulta en Medicina de la Adolescencia. Hospital Campo Grande. Valladolid.

 

“Toda la actividad psíquica esta orientada a evitar el displacer y procurar el placer”.
Freud


La palabra placer deriva del latín “placere” que significa gustar o agradar. “El placer puede ser definido como una sensación o sentimiento positivo, agradable o eufórico, que en su forma natural se manifiesta cuando un individuo consciente satisface plenamente alguna necesidad: bebida en el caso de la sed, comida en el caso del hambre, descanso (sueño) para la fatiga, sexo para la libido, diversión (entretenimiento) para el aburrimiento, y conocimientos (científicos o no científicos) o cultura (diferentes tipos de arte) para la curiosidad y la necesidad de desarrollar capacidades”. Esta definición nos indica que existen muchas formas y maneras de placer.

Neurobiología del placer

Los humanos estamos diseñados para gozar y disfrutar. Nuestro cerebro tiene áreas reservadas a tal efecto. Incluso llega a producir sustancias (endorfinas, encefalinas y dinorfinas) llamadas opioides endógenos porque producen efectos analgésicos, calmantes y placenteros.

Tenemos tendencia a repetir todo aquello que nos gusta, por sentido común, pero también porque la naturaleza biológica nos lo facilita. En la repetición de una conducta placentera está la base de la adicción.

A lo largo de nuestra historia ha habido épocas de exaltación del placer (epicúreos…) y otras de represión de éste. Han abundado más las segundas que las primeras, al menos en el contexto cultural llamado occidental. La interpretación de la existencia como “paso” a otra vida trascendente ha influido en esta represión del placer. Se consideraba moralmente malo sentir placer, y por el contrario, el sacrificio, la mortificación y el rechazo de aquello capaz de producir disfrute eran un mérito. Paradójicamente, tanto el control de los impulsos, como las adicciones (por ejemplo, la adicción al juego y las apuestas) pueden ser conductas placenteras.

Sistema de recompensa (SR)

El SR es el mecanismo por el cual el cerebro actúa para conseguir algo placentero. Desear, tener proyectos, actuar y conseguir cosas forma parte de la salud y del bienestar. El sistema de recompensa es la base biológica de estos mecanismos. A pesar de que existe una determinación genética, se sabe que los estímulos ambientales son muy potentes, y capaces de revertir la tendencia natural. Son reacciones automáticas de nuestro cerebro. Ya Don Santiago Ramón y Cajal adelantaba que “el hombre es artífice de su propio cerebro” y David Eagleman abunda: “Todas las experiencias en su vida, desde conversaciones individuales hasta su cultura más amplia, dan forma a los detalles microscópicos de su cerebro. Neuralmente hablando, quién eres depende de dónde has estado, lo que piensas y lo que haces». El cerebro facilita que emprendamos conductas adecuadas que nos proporcionen satisfacción, placer y felicidad.

El sistema de recompensa del cerebro media en cualquier proceso donde experimentemos motivación (deseos). Si bien es cierto que forma parte de las conductas adictivas, conforma una función clave para proporcionarnos también placer y bienestar. Nuestro cerebro también busca recibir un“like” de lo que nos acontece.

La anatomía funcional del SR consta de las siguientes partes:

  1. Área tegmental ventral. Situada en mesencéfalo y conectada con el núcleo accumbens, se ha puesto en relación con emociones como el amor, las adicciones, el aprendizaje y las conductas sexuales.
  2. Núcleo accumbens, grupo de neuronas que están involucradas en el placer, la adicción, el miedo, la motivación…
  3. La corteza cerebral, la zona más nueva evolutivamente, base de las funciones ejecutivas y procesos cognitivos que nos animan a planificar, crear, entender, disfrutar de actividades espirituales (la poesía, la belleza, la música…)

En el adolescente, y debido a las conexiones con receptores hormonales gonadales, lo que se produce es un desequilibrio entre áreas del conocimiento (prefrontal) y áreas de las emociones y motivaciones (mesolímbico). En el cerebro del adolescente, la estimulación del circuito límbico por conductas (como comer, beber, prácticas sexuales, consumo de drogas o ciertas prácticas sociales…), es capaz de producir cambios permanentes, que no se producirían en el cerebro del adulto(1).

La tendencia a repetir aquello que nos gusta (vamos a utilizar las palabras adicción, compulsión o bajo control de impulsos como sinónimos, aunque tengan diferencias conceptuales) se encuentra en los circuitos de recompensa. Pero no todos los que buscan el placer se hacen adictos. “No es adicto quien quiere, sino quien puede”, habría que recordar. Son las personalidades adictivas las más proclives a las adicciones. Ahora se sabe que en las conductas adictivas están alteradas algunas conexiones del circuito mesolímbico. Ésto justifica que algunas conductas perjudiciales para la salud sean permitidas por el cerebro al estar alteradas las conexiones mesolímbicas, lo que hace que desaparezca el control prefrontal de la conducta.

Personalidad adictiva

En cuanto a la investigación de la relación entre personalidad y consumo de drogas en adolescentes, se han encontrado evidencias de la relación entre dicho consumo y ciertos rasgos de la personalidad (timidez, agresividad, personalidad depresiva, un alto grado de búsqueda de novedades, baja tolerancia a la frustración; pobre control de las emociones e introversión social…)(2).

En su libro The Addictive Personality, Craig Nakken afirma que la personalidad adictiva es la predisposición de algunas personas a desarrollar algún tipo de adicción, que puede ir cambiando a lo largo del tiempo y de las vivencias. Los rasgos que se describen con más frecuencia en la personalidad de adolescentes adictos son: falta de habilidades para afrontar las frustraciones diarias, pobre red social que facilite el desarrollo personal, tendencia a actuar de forma compulsiva y escasez de proyectos a largo plazo, que les hace vivir recompensas inmediatas con mucha impulsividad. El conocimiento de estos rasgos es la mejor ayuda para una buena prevención(3).

¿Qué es la adicción?

La American Society of Addiction Medicine (ASAM) y la American Academy of Pain Medicine (AAPM), definen la adicción como “una enfermedad primaria, crónica y neurobiológica con factores genéticos, psicosociales y ambientales que influyen en sus manifestaciones. Se caracteriza por conductas que incluyen uno o más de los problemas en el control en el uso de drogas, el uso compulsivo, uso continuado a pesar del daño y craving(4).

¿A qué se llama adicción sin sustancia química (ASS)?

Muchas sustancias y experiencias humanas son capaces de producir estímulos y cambios neurológicos que nuestro cerebro reconoce como sistema de recompensa. A partir de este hecho, aparece la tendencia a buscar y repetir esta experiencia (adicción). El aspecto nuclear de la adicción conductual no es el tipo de conducta implicada, sino la forma de relación que el sujeto establece con ella. En realidad, cualquier actividad normal que resulte placentera para un individuo puede convertirse en una conducta adictiva (Echeburúa). Lo esencial del trastorno es que el enfermo pierde el control sobre la actividad elegida y continúa con ella a pesar de las consecuencias adversas de todo tipo que ella produce.

En síntesis, algunas conductas normales -incluso saludables- se pueden convertir en anormales según la frecuencia, intensidad o tiempo y dinero invertidos. Vale decir que una adicción sin droga es toda aquella conducta repetitiva que produce placer y alivio tensional, sobre todo en sus primeras etapas, y que lleva a una pérdida de control de la misma, perturbando severamente la vida cotidiana, a nivel familiar, laboral o social, a medida que transcurre el tiempo(4).

Las ASS han aparecido en las sociedades industriales y de consumo potenciadas, pero no exclusivas, por el aumento del tiempo libre, de forma que aún no hay experiencia clínica para crear categorías o dimensiones patológicas. El DSM 5 en la sección III entiende que las ASS serán un campo que habrá que valorar en sucesivas revisiones.

Situaciones capaces de producir ASS: el trabajo, compras, juego, consumos compulsivos (cirugías corporales, tatuajes…), abuso de nuevas tecnologías, redes sociales, bronceados, deporte, coleccionismo, video juegos en línea…Hay muchas actividades cotidianas que repetimos y no constituyen ASS(4). Son rutinas que nos facilitan la vida.

Las consecuencias de las adicciones, sea a sustancias químicas o sin ellas, son similares. Dependen del tipo de familia, de los niveles culturales y socioeconómicos y de las dinámicas internas. Las que se describen con más frecuencia en adolescentes son la disminución del rendimiento académico, cambios en la comunicación, irritabilidad, culpa, discusiones a veces violentas, vergüenza, sobreprotección por parte de los padres, cambio de roles familiares… y aunque parezca un contrasentido, en alguna ocasión se consigue el fortalecimiento de la cohesión familiar como mecanismo protector.

Donde más y mejor se han estudiado la ASS es en el juego patológico, como se recoge en el DSM-5: focalización mental y física hacia los juegos electrónicos; uso de esta actividad como transmisor de emociones; “huida hacia adelante”: robar o mentir para conseguir medios que permitan seguir jugando(1).

¿Las adicciones se contagian o aprenden?

No es raro encontrar familias donde uno juega compulsivamente, otro se pasa el día con el teléfono móvil, otro no sale de su habitación, conectado con sus amigos por Internet, el padre es un fumador y otros tratan de comprar todo lo que encuentran. Estas familias ayudan poco, al estar instalado cada uno en su “adicción”. Cada miembro afronta sus emociones desde su ASS y usa ésta como forma de calmarse. No es la conducta en sí, es su forma de usarla. Juegan, compran, usan el móvil, etc. como una forma de gestionar sus emociones. Y en estos casos, más que heredar, han aprendido a ser adictos. Cada uno entiende la vida desde su adicción, convirtiendo hábitos no saludables en rutinas sanas. La ASS se convierte en respuesta adaptada al contexto familiar.

Epidemiología de las ASS

La prevención de adicciones sin sustancia es otro aspecto abordado en esta área, cuya relevancia se evidencia con los datos de la última encuesta ESTUDES (18-19): El 20% de estudiantes de 14 a 18 años, realiza un uso compulsivo de Internet; un 4,6 más que en 2014. Un 6,4% de estudiantes de enseñanza secundaria jugaron dinero online y un 13,6% hicieron apuestas presenciales.

Entre el 0,2 y el 12,3% de los adolescentes cumplen criterios de juego problemático. A este respecto, señala que, hasta la fecha, no se ha recogido información sobre las actuaciones de prevención de adicciones sin sustancia de las CCAA, por lo que no se dispone de una línea base al respecto. El objetivo aquí sería promover la inclusión de las adicciones sin sustancia en la normativa, los planes y programas de prevención, así como elaborar y difundir un protocolo de prevención de las ASS, para su aplicación en los ámbitos escolar, comunitario, sanitario y familiar.

Se incorpora también como acción prioritaria el abordaje de las adicciones sin sustancia, estableciendo como objetivo la elaboración de guías y protocolos de diagnóstico y tratamiento para este tipo de adicciones. Algunas actividades propuestas en este sentido son la formación de un Grupo de Trabajo para definir los criterios y protocolos diagnósticos según DSM-V y OMS (CIE 11) y última evidencia científica, para la ludopatía y trastorno por videojuegos (expertos, investigación, clínicos, servicios asistenciales), la revisión de protocolos existentes, y la elaboración de un protocolo de diagnóstico y de un documento guía de atención a la ludopatía y el trastorno por videojuegos(6).

El Gobierno de España ha aprobado la nueva Estrategia Nacional de Adicciones, una estrategia que pretende proporcionar una atención integral y coordinada, al mismo tiempo que reforzar las estrategias de prevención. Dicha estrategia contempla, por primera vez, tanto las adicciones relacionadas con sustancias como otros comportamientos adictivos, entre los que se encuentran la adicción al juego, al sexo, a las compras o al uso de las nuevas tecnologías(7).

Esta edición de ADOLESCERE se dedica a las ASS, en la idea de que la influencia de los estilos de vida y la presencia de las nuevas tecnologías va a ser determinante en la forma de pensar, de sentir y de actuar, y por tanto, en la salud de los adolescentes.

 

Bibliografía

  1. Rabadán Rituerto, J.L. Adicciones sin sustancia. Unión de Asociaciones y Entidades de Atención a drogodependientes. Madrid 2015. [En línea] Consultado el 20 de mayo de 2020. Disponible en: https://unad.org/ARCHIVO/documentos/adicciones/adicciones-menor-prevalencia.pdf.
  2. Claver Turiégano E. Rasgos de personalidad implicados en el consumo de drogas en adolescentes. Dianova España (Infonova 29 – primer semestre 2016. Universidad de Zaragoza, facultad de Ciencias Humanas y de la Educación. [En línea] Consultado el 2 de mayo de 2020. Disponible en: https://www.dianova.org/wp-content/uploads/2016/04/Dianova-spain-infonova29-20160102.pdf.
  3. Personalidad adictiva. [En línea] Consultado el 12 de mayo de 2020. Disponible en: http://viveadolescente.com/blog/personalidad-adictiva/.
  4. Portero Lazcano G. DSM-5. Trastornos por consumo de sustancias. ¿Son problemáticos los nuevos cambios en el ámbito forense? Cuad. med. forense vol.21 no.3-4 Málaga jul./dic. 2015. [En línea] Consultado el 20 junio 2020. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-76062015000200002.
  5. Carbonell, X. La adicción a los videojuegos en el DSM-5. Adicciones vol 26, nº 2. 2014.
  6. Plan de acción sobre adicciones 2018-2020. Infocop on line 2018. [En línea] Consultado el 20 de mayo de 2020. Disponible en: http:/www.infocop.es/view_article.asp?id=7716.
  7. La Estrategia Nacional de Adicciones 2017-2024 incorpora las adicciones comportamentales. Infocop on line 2018. [En línea] Consultado el 20 de mayo de 2020. Disponible en: http://www.infocop.es/view_article.asp?id=7287.

 

 
 

Las vacunaciones caen durante la pandemia


Las vacunaciones caen durante la pandemia*

 
Fernando A. Moraga Llop
 

Fernando A. Moraga Llop
Pediatra. Vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología. Barcelona.

 

““Y la gente se quedaba en casa
Y leía libros y escuchaba
Y descansó e hizo ejercicios
E hizo arte y jugó…
(«La historia de Iza», Grace Ramsay, 1869)”


En la época en que se escribió este poema, hace más de 150 años, había epidemias de fiebre tifoidea, cólera y disentería. La gente estaba confinada, y la historia se repite…

La pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) declarada el 11 de marzo por la Organización Mundial de la Salud (OMS)(1) y el estado de alarma instaurado el 14 de marzo por el Gobierno de España han originado una grave crisis sanitaria, social y económica que está llevando a importantes cambios, algunos de ellos transitorios hasta que la epidemia esté controlada(2,3).

La emergencia de este nuevo coronavirus epidémico, que se ha designado SARS-CoV-2 (síndrome respiratorio agudo grave-coronavirus-2, por su proximidad genética, del 85-92%, con el coronavirus del SARS de 2002-2003), agente etiológico de la COVID-19(3), es un grave problema de salud poblacional. Esta pandemia está interfiriendo e incluso interrumpiendo el programa básico de salud infantil, retrasando todos sus objetivos que no sean urgentes, y los pacientes se derivan al servicio de urgencias del hospital de referencia tras la clásica consulta telefónica o la moderna telemedicina que han sustituido a la visita presencial.

En relación con el ámbito de la salud hay que señalar que tanto en la atención primaria como en la hospitalaria del niño y del adulto se ha priorizado, como es lógico, la asistencia a los enfermos de COVID-19. La mayoría de los hospitales se han transformado en centros sanitarios monográficos para estos pacientes que también han sido atendidos por médicos de otras especialidades y por pediatras del mismo hospital, cambios que igualmente han sucedido en el personal de enfermería; en conjunto, un verdadero y necesario refuerzo para hacer frente a la pandemia. Además, han cerrado o han disminuido temporalmente su actividad numerosos centros de asistencia primaria, y su personal sanitario se ha incorporado a otras funciones en hospitales, otros centros sanitarios o residencias geriátricas.

La pandemia ha vuelto a poner de relieve y a enfatizar la importancia de las vacunas y el compromiso de los centros públicos y privados de investigación, y de la industria farmacéutica, para el desarrollo y la fabricación de nuevas vacunas. Todo el mundo espera una vacuna frente al nuevo virus que proporcione el verdadero «pasaporte inmunitario» tan debatido hoy en día (el clásico carnet vacunal o inmunitario). Esta esperanza vacunal, de manera paradójica, convive con una alerta vacunal por la disminución de las coberturas de las vacunaciones sistemáticas en el curso de la pandemia, y con una alarma en los países de bajos recursos económicos debido a la suspensión o al aplazamiento de campañas complementarias de vacunación, en especial frente al sarampión y la poliomielitis, y la interferencia con los programas de vacunación nacionales(4). Como aspecto positivo, los padres y los adultos en general están conociendo lo devastadoras que pueden ser las enfermedades infecciosas y el valor que tienen las vacunas.

Diversos organismos y sociedades científicas han advertido sobre el impacto que está teniendo la pandemia en las vacunaciones de los países afectados, debido a la redistribución de los recursos humanos y económicos a causa de esta grave amenaza para la salud pública. La OMS(5,6), la Organización Panamericana de la Salud (OPS)(7), la United Nations Children’s Fund (UNICEF) y Gavi, the Vaccine Alliance(8), los Centers for Disease Control and Prevention (CDC)(9), la Global Polio Eradication Initiative (GPEI)(10), el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España(11), la Asociación Española de Vacunología (AEV)(12), de forma conjunta la Sociedad Española de Inmunología (SEI), la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) y la Asociación Española de Pediatría (AEP)(13), así como las consejerías de algunas comunidades autónomas(14,15), han publicado diversos documentos e informes en los que se advierte de los riesgos que representa el no vacunar o retrasar las vacunaciones. Al mismo tiempo recomiendan continuar los programas de inmunizaciones, pero siempre que el acto vacunal goce de las máximas condiciones de seguridad para los vacunados y los equipos humanos de vacunación, y todo esto sin olvidar el apoyo que se debe prestar a la respuesta a la pandemia.

Este nuevo escenario asistencial y el miedo al contagio por acudir a centros sanitarios está originando que los padres no vayan con sus hijos al pediatra, ni los adultos al médico de familia. Las recomendaciones de distanciamiento social y la evitación de ir a centros sanitarios hechas por el Gobierno no estaban suficientemente claras. Esta situación, unida al estado de confinamiento que obliga a mantener una movilidad restringida y con transportes reducidos, limitada a situaciones muy concretas, así como todas las dudas y problemas que está originando el desconfinamiento, han hecho disminuir las visitas del programa del niño sano y las consultas y los controles al médico de familia por parte de los adultos.

En una encuesta realizada a más de 16.000 personas en tres comunidades autónomas (Comunidad de Madrid, Cantabria e Islas Canarias) entre el 15 y el 25 de abril, el 70% de los participantes han admitido tener miedo de contraer la COVID-19 en su entorno más cercano. Sin embargo, solo el 25% de la población consultada percibe este riesgo de contagio como alto. El estudio, liderado por la doctora Ana María Recio, profesora de la Universidad Europea, cuenta con la aprobación de la Subdirección de Cuidados del Servicio Cántabro de Salud y la colaboración del Gobierno de Cantabria, así como el aval de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica y de la Asociación Internacional de Enfermería(16).

Uno de los aspectos de la salud que se está resintiendo más es el de las vacunaciones. El impacto en los países con recursos medios o bajos es mucho más grave, alarmante y preocupante, y al menos 21 países de baja-media renta ya están reportando situaciones de desabastecimiento como resultado de cierres de fronteras y de disrupciones en el transporte aéreo. Los recursos, el dinero y los profesionales se están derivando a actividades pandémicas para intentar aplanar la curva. En la actualidad, Gavi, the Vaccine Alliance está trabajando para preparar los sistemas sanitarios en esos países y evitar más pérdidas de vidas asegurando el mantenimiento de los programas de vacunación y de las campañas de vacunación masiva. Su Chief Executive Officer, Seth Berkley, ha advertido de que «el legado de la COVID-19 no incluya un resurgimiento de otros asesinos como el sarampión y la poliomielitis». El World Economic Forum estima que más de
13 millones de personas perderán algunas vacunas esenciales por esta pandemia(17-19).

Aunque no se dispone de datos sistematizados, una compañía norteamericana dedicada a registros electrónicos de salud ha recogido información de 1.000 pediatras independientes a escala nacional. Si se considera como basal la semana del 16 de febrero, se observa que durante la semana del 5 de abril la administración de la vacuna triple vírica había experimentado un descenso del 50%, la de difteria-tétanos-tosferina un 42% y la del virus del papiloma humano un 73%(18).

En España se ha constatado en todas las comunidades autónomas una disminución importante y preocupante del número de vacunas administradas durante los meses de marzo y abril de 2020, aunque todavía no hay datos publicados
(comunicaciones personales a fecha 5 de mayo de 2020, Día mundial del lavado de manos). Sin embargo, conocemos resultados de la Comunidad Valenciana, una comunidad pionera en la información vacunal a través del registro informático de las vacunaciones. Eliseo Pastor Villalba, especialista en medicina preventiva y salud pública de la Dirección General de Salud Pública y Adicciones, comunicó en el webinar «Recomendaciones en vacunaciones en tiempos de COVID-19», organizado por la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas el 27 de abril, datos sobre el impacto de la pandemia en los programas de vacunación(20). Las cifras son preocupantes y nos deben alertar para no originar, si no se corrigen, una verdadera alarma. Las coberturas vacunales más afectadas fueron la tercera dosis de vacuna antineumocócica a los 11 meses, que descendió un 32% y un 26,2% en marzo y abril, respectivamente, y la primera dosis de vacuna triple vírica de los 12 meses, que cayó un 30,7% en marzo y un 13,5% en abril. Más importante ha sido el descenso en una vacuna recomendada, pero no financiada: la primera dosis de la antimeningocócica B tuvo un descenso del 35,3% y del 68,4% en marzo y abril, respectivamente. La dosis de vacuna Td en los mayores de 64 años disminuyó un 40,1% en marzo y un 67,5% en abril(20). Otras comunidades autónomas y diversos países están comunicando reducciones importantes de las coberturas vacunales.
Se han suspendido los programas de vacunación en las escuelas. La vacunación de escolares, adolescentes y adultos se ha visto aún más afectada. Sin embargo, en centros privados de pediatría se ha habilitado una consulta exclusivamente de vacunaciones, con lo que se han mantenido las coberturas vacunales.

El descenso de las coberturas vacunales, si se mantiene en el tiempo, podría conducir a la reemergencia de enfermedades infecciosas (sarampión, enfermedad neumocócica y meningocócica, etc.) al aparecer poblaciones susceptibles, y sobre todo cuando se reinicien las guarderías y las escuelas, y no se observe ya el distanciamiento social. Se acaba de publicar el informe anual del sarampión en la Unión Europea correspondiente al año 2019, enfermedad que continúa siendo un problema de salud pública en Europa a pesar de que ha habido una reducción de un 26% de casos en relación a 2018 (13.200 vs.17.822); en España se ha producido un aumento del 22% (292 vs. 226 casos en 2018)(21). Estos datos nos indican que no se puede bajar la guardia y que hay que mantener unas coberturas vacunales elevadas. La situación vacunal en el curso de la pandemia es motivo de preocupación y debe ser una razón de alerta a los pediatras y a los padres para corregirla a corto plazo.

En algunos países, como República Democrática del Congo, ya se había observado una situación similar: la caída de la cobertura vacunal frente al sarampión en el curso de otra epidemia, en este caso el Ébola (además de los problemas de la malaria y el cólera). En 2019 se ha dado la paradoja de que murieron muchas más personas por sarampión (más de 6.000 muertes y más de 310.000 casos) que por el brote de Ébola declarado por la OMS como una Emergencia de Salud Pública Internacional (más de 2.200 muertes y más de 3.400 casos). El Ébola se ha beneficiado de recursos humanos y económicos dedicados a otras enfermedades endémicas, una de las cuales, el sarampión, está matando a miles de niños(22).

El acto vacunal debe realizarlo siempre personal sanitario, y en ninguna circunstancia se delegará en los padres u otras personas. En la actividad vacunal hay que considerar algunas prioridades en el calendario para toda la vida de cada comunidad autónoma, según las indicaciones del pediatra y del médico de familia. Además, en los casos en que se hubieran retrasado algunas dosis, estas se implementarán de forma rápida, es decir, contemplando el intervalo mínimo entre dosis, como se indica en los llamados calendarios acelerados, y teniendo en cuenta las coadministraciones autorizadas.
La reanudación de las vacunaciones debe ser planificada y organizada.

Las prioridades en las vacunaciones, que se realizarán siempre con las adecuadas medidas de seguridad, como el distanciamiento social, la higiene de manos, la higiene respiratoria y la limpieza/desinfección de superficies, previa cita telefónica y en una zona reservada, son:

  1. Vacunación del lactante hasta los 15 meses de edad. Aunque en algún documento(11) se prioriza la primovacunación a los 2 y 4 meses de edad y la primera dosis de triple vírica a los 12 meses, creemos que el resto de las vacunas del calendario común en esta edad, es decir, la vacunación a los 11 meses (hexavalente y neumocócica conjugada), a los 12 meses (meningocócica C/ACWY) y a los 15 meses (varicela), deben estar al mismo nivel de priorización. Además de estas vacunas existen otras dos, la vacuna frente al rotavirus y la antimeningocócica B, no financiadas en el calendario común, aunque sí en alguna comunidad autónoma, y recomendadas por diversas sociedades científicas.

    En estas condiciones se favorecerán todavía más las coadministraciones con la finalidad de disminuir el número de visitas, para lo cual se tendrán en cuenta las especificaciones de las fichas técnicas de los preparados que se utilicen. Es posible que esto conlleve un pequeño aumento del número y de la intensidad de las reacciones adversas, en especial los efectos locales y la aparición de fiebre, para lo cual el fármaco de elección continúa siendo el paracetamol y evitando su alternancia con otros medicamentos. No obstante, la administración simultánea de vacunas tiene más ventajas que inconvenientes.

    Si se prolonga el estado de confinamiento habría que reconsiderar las dosis de recuerdo de las vacunas triple vírica y de la tosferina.

  2. Vacunación de la embarazada: la vacuna de la tosferina en forma de Tdpa durante todo el año y la vacuna antigripal en la época estacional.
  3. Vacunación de los niños y los adultos pertenecientes a grupos de riesgo, valorando el grado de inmunodepresión y la gravedad de las situaciones especiales (enfermedades crónicas), y la relación beneficio-riesgo de acudir al centro sanitario. Se priorizarán los pacientes más vulnerables.
  4. Vacunación en situaciones de profilaxis posexposición (vacunas triple bacteriana, triple vírica, antivaricela, antimeningocócicas, antihepatitis A y B, principalmente).

Dos aspectos que no hay que olvidar durante esta dura etapa de la reanudación progresiva de las vacunaciones, y que también hay que priorizar, son el mantenimiento de todas las actividades de vigilancia epidemiológica y la planificación de cómo hay que hacer la recuperación de las vacunas perdidas o demoradas, para ponerla en marcha lo antes posible priorizando las situaciones referidas anteriormente.

Otras recomendaciones en relación con la COVID-19 se refieren a las personas que la hayan padecido, que se podrán vacunar cuando su situación clínica se haya normalizado. En los contactos con la COVID-19 las vacunas se demorarán hasta que se haya cumplido la cuarentena, es decir, 14 días después de la última exposición.

Como reflexión final, señalar que es urgente la normalización de la actividad vacunal después de esta paralización de los programas de inmunización. Mientras tanto, sigue la investigación en todo el mundo para obtener lo más rápido posible una vacuna frente a la COVID-19: en estos momentos hay más de 100 vacunas potenciales o candidatas en estudio, y ocho ya están en fase clínica I/II de ensayos en humanos.

Hay que permanecer optimistas esperando la vacuna frente a la COVID-19 y continuar vacunando según los calendarios de inmunizaciones sistemáticas. Y sobre todo preparémonos y establezcamos todas las medidas preventivas ante una posible segunda oleada de COVID-19 y para paliar la irremediable segunda crisis social y económica que puede provocar una morbilidad y una mortalidad tan importantes como las originadas por la crisis sanitaria.

*Se publica una nueva versión de este editorial debido a que durante el proceso de edición ha habido cambios en el contenido de la referencia 20, con datos bastante diferentes, a fecha 21 de mayo. Disponible en: https://drive.google.com/file/d/1acRVZOVMT4HSuk6qqiV3MVAMpzXRgQj2/view

 

Bibliografía

  1. World Health Organization. Director-General’s opening remarks at the media briefing on COVID-19 — 11 March 2020. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://www.who.int/dg/speeches/detail/who-director-general-s-opening-remarks-at-the-media-briefing-on-covid-19—11-march-2020.
  2. Hernández Merino A. 2020 debe ser el año para la salud de los niños y adolescentes a pesar de las amenazas emergentes. Rev Pediatr Aten Primaria. 2020;22:11-3.
  3. Campins Martí M, Moraga-Llop FA. COVID-19, una lección de la que hay que aprender. Pediatría Integral. 2020;24:128-31.
  4. Nelson R. COVID-19 disrupts vaccine delivery. Lancet Infect Dis. 2020;20:546.
  5. World Health Organization. Statement – Vaccination must be maintained during COVID-19 pandemic to be effective. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: http://www.euro.who.int/en/health-topics/health-emergencies/coronavirus-covid-19/statements/statement-vaccination-must-be-maintained-during-covid-19-pandemic-to-be-effective.
  6. World Health Organization. Guiding principles for immunization activities during the COVID-19 pandemic. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/331590/WHO-2019-nCoV-immunization_services-2020.1-eng.pdf.
  7. Pan American Health Organization (PAHO). The immunization program in the context of the covid-19 pandemic, 26 march 2020. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://iris.paho.org/handle/10665.2/51992.
  8. UNICEF. Statement by UNICEF Executive Director Henrietta Fore on the disruption of immunization and basic health services due to the COVID-19 pandemic. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://www.unicef.org/press-releases/statement-unicef-executive-director-henrietta-fore-disruption-immunization-and-basic.
  9. Centers for Disease Control and Prevention. Maintaining childhood immunizations during COVID-19 pandemic. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/hcp/pediatric-hcp.html.
  10. Global Polio Eradication Initiative (GPEI). Recommendations. Polio eradication in the context of the covid-19 pandemic. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: http://polioeradication.org/wp-content/uploads/2020/03/GPEI-POB-recommendations-for-countries-on-covid-20200421-ENG.pdf.
  11. Ministerio de Sanidad. Comisión de Salud Pública. Nota informativa 25 de marzo de 2020: Prioridades del programa de vacunación durante el estado de alarma debido a COVID-19. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/docs/COVID-19_Vacunacionprioritaria.pdf.
  12. Asociación Española de Vacunología. La AEV hace un llamamiento a cumplir con la administración de las vacunas consideradas prioritarias durante el estado de alarma debido a la pandemia por COVID-19. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://www.vacunas.org/la-aev-hace-un-llamamiento-a-cumplir-con-la-administracion-de-las-vacunas-consideradas-prioritarias-durante-el-estado-de-alarma-debido-a-la-pandemia-por-covid-19/.
  13. Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría. Otros efectos de la pandemia de COVID-19: caída de las vacunaciones. [Consultado el
    4 de mayo de 2020.] Disponible en:
    https://vacunasaep.org/sites/vacunasaep.org/files/covid-19-caida-de-las-vacunaciones-sei-seip-aep_24abr2020b.pdf.
  14. Agència de Salut Pública de Catalunya. Nota informativa sobre les actuacions de prevenció i promoció de la Salut davant la situació epidemiològica actual en relació al coronavirus SARS-CoV-2. En: Guia d’actuació enfront de casos d’infecció pel nou coronavirus SARS-CoV-2 a l’atenció primària i a la comunitat del Servei Català de la Salut de 20 de març de 2020. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://canalsalut.gencat.cat/web/.content/_A-Z/C/coronavirus-2019-ncov/material-divulgatiu/guia-actuacio-atencio-primaria.pdf.
  15. Junta de Andalucía. Consejería de Salud y Familias. Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica. Instrucción Programa de Vacunaciones durante periodo alarma COVID-19. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/SyF-InstruccionesProgramaVacunacionesEstadoDeAlarmaCovid19.pdf.
  16. Recio AM. ConSalud.es, 2 de mayo de 2020. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://www.consalud.es/pacientes/especial-coronavirus/70-poblacion-miedo-contagiarse-coronavirus-entorno-cercano_78607_102.html.
  17. Asociación Española de Vacunología. ¿COVID-19 conducirá al resurgimiento global de otras enfermedades mortales? [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://www.vacunas.org/covid-19-conducira-al-resurgimiento-global-de-otras-enfermedades-mortales/.
  18. Asociación Española de Vacunología. El Covid-19 y el descenso de las coberturas de vacunación. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://www.vacunas.org/el-covid-19-y-el-descenso-de-las-coberturas-de-vacunacion/.
  19. Fleming S. Will COVID-19 lead to the global resurgence of other deadly diseases? [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://www.weforum.org/agenda/2020/04/will-covid-19-lead-to-the-global-resurgence-of-other-deadly-diseases.
  20. Pastor Villalba E. Impacto del COVID-19 en los programas de vacunación. En: Recomendaciones en vacunaciones en tiempos de COVID-19 (webinar).
    [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en:
    https://www.enfermeriayvacunas.es/.
  21. European Centre for Disease Prevention and Control. Measles. En: ECDC. Annual epidemiological report for 2019. Stockholm: ECDC; 2020.
  22. World Health Organization. Deaths from Democratic Republic of the Congo measles outbreak top 6000. [Consultado el 4 de mayo de 2020.] Disponible en: https://www.afro.who.int/news/deaths-democratic-republic-congo-measles-outbreak-top-6000.

 
 

 
 

Cambios de estilos de vida: influencia en el desarrollo y en la salud mental de la población infantojuvenil


Cambios de estilos de vida: influencia en el desarrollo y en la salud mental de la población infantojuvenil

 
Mª Inés Hidalgo Vicario
 

Mª Inés Hidalgo Vicario
Pediatra. Doctora en Medicina. Acreditada en Medicina de la Adolescencia. Presidente de la SEMA. C.S. Universitario Barrio del Pilar. DAN. Madrid.

 

Durante los últimos años se han producido en la sociedad diversos cambios en los estilos de vida, que repercuten en la salud de la población en general, y en el desarrollo y salud de niños y adolescentes en particular, ya que son la población más vulnerable. Un 10-22 % de la población infantojuvenil sufre trastornos psiquiátricos, de los que sólo una quinta parte se diagnostica y trata adecuadamente. A continuación, se comentan los factores de riesgo y protección, así como los cambios sociales que han sucedido en los últimos tiempos y su influencia en la salud mental.

Factores de riesgo y protección

Factores de riesgo (FR) son aquellos elementos de naturaleza biológica, psicológica o social detectables en un individuo, familia o comunidad, que “señala” una mayor probabilidad de sufrir un daño.

En la aparición de un trastorno psiquiátrico no influye un único factor, sino que la etiología es multifactorial, contribuyendo así diferentes aspectos biopsicosociales. Existen unos FR que pueden contribuir al desarrollo del trastorno; es preciso que el pediatra los conozca para tenerlos en cuenta, poder identificar aquella población en riesgo y como prevenirlos. Los FR por si mismos no determinan que un niño sufra un trastorno psiquiátrico, solo aumenta el riesgo de padecerlo, ya que también están los factores de protección (FP) con los que interactúan. De aquí emana el concepto de vulnerabilidad, un mismo factor estresante puede afectar de diferente manera a cada paciente. Los FP funcionan mitigando los FR y potenciando otros factores protectores, por lo tanto reducen la vulnerabilidad.

Los FR se clasifican en psicobiológicos (sexo, edad, genética, temperamento, cociente intelectual, enfermedad médica o psiquiátrica…) y ambientales (perinatales, educación, acontecimientos estresantes, respuesta al estrés, relaciones familiares y sociales; también las características sociodemográficas como pobreza o marginación).

En cuanto a los factores genéticos, el pediatra debe tener presente que un niño puede tener más probabilidad de presentar un trastorno psiquiátrico si uno de los padres lo presenta, sobre todo si es grave o si comenzó en la infancia; el riesgo aumenta si lo presentan los dos padres o más familiares. Algunos trastornos psiquiátricos se dan asociados, como la ansiedad y la depresión. Un niño pequeño, excesivamente tímido, retraído o hiperexcitable, tiene más riesgo de ansiedad, igualmente si presenta una emocionalidad negativa (“todo lo ve negro”) tiene más riesgo de ansiedad y depresión.

Cambios sociales

Entre los cambios sociales sucedidos en los últimos años hay varios de gran relevancia: En la década de los 60, la aparición de la “píldora” o anticoncepción hormonal, que permitió el control de la natalidad y por ello la participación más activa de la mujer en el mundo del trabajo, obligando a las familias a realizar cambios. La Ley del Divorcio aprobada en nuestro país en 1981, originó también importantes modificaciones sociales. A finales del siglo pasado aumentaron de forma importante las adopciones internacionales y la globalización. También se debe tener en cuenta el aumento de la esperanza de vida, la prolongación de los estudios de los adolescentes que alarga la dependencia económica de los hijos respecto a los padres, la desestabilización de la familia como institución, el aumento del consumismo y finalmente la aparición de las nuevas tecnologías de la información y comunicación; todo ello han ocasionado importantes cambios en la familia, escuela y en toda la sociedad.

Existen diferentes tipos de familias: La tradicional donde se responsabilizaba a la madre del equilibrio emocional y afectivo del niño, y el padre del sustento económico; este modelo está en franca disminución.
Familia nuclear clásica donde ambos padres se responsabilizan de la crianza y el sustento económico, suele haber un retraso en el nacimiento del primer hijo que en muchas ocasiones será único, con un retraso en su emancipación, lo que favorece una educación sobreprotectora. Familia monoparental con un solo progenitor, la ausencia del otro puede ser por diversas situaciones muchas veces problemáticas como: fallecimiento, separación, abandono, embarazo no planificado en mujer soltera o decisión unilateral de la madre. Familia homoparental por dos padres o madres homosexuales. Familias reconstituidas o polinucleares (uno o ambos progenitores tiene la tutela de los hijos de una relación anterior) que pueden representar un coste emocional para todos los miembros. Familias adoptivas con filiación sin vinculo biológico. Familia multicultural con discrepancias educativas. Familia de acogida y los nuevos modelos de familia con la fecundación in vitro y la manipulación genética, donde se debe tener en cuenta la implicación ética y la regulación.

El apego en los primeros meses de vida es fundamental para un correcto desarrollo. El niño que logra un buen apego con su figura vincular desarrollará una buena regulación emocional. Según Bowlby, cuando un niño sabe que su figura de apego es accesible y sensible a sus demandas, tendrá un fuerte sentimiento de seguridad, y cuando las relaciones primarias madre-hijo están perturbadas, será un precursor de desarrollo de trastorno mental. Esto tiene una relevancia universal presente en todos los modos de crianza.

Es en la familia donde se inicia la socialización del niño, con influencia sobre su desarrollo cognitivo, emocional y social. Dentro de los factores protectores del niño están: ofrecerles las necesidades básicas, dedicarles tiempo y hacerles sentir queridos, ofrecer un sistema de valores y modelos, además de un equilibrio entre apoyo, tolerancia y límites. Si hay un adecuado clima emocional, el niño desarrollará una buena autoimagen y confianza en sí mismo. Si además se le proporciona estímulos intelectuales, se potenciará el aprendizaje; más adelante la escuela también tendrá una gran influencia. Toda causa que afecte a la familia y a la interacción de sus miembros, tendrá repercusión sobre el normal desarrollo del niño.

El divorcio y/o la separación de la pareja. Es un proceso traumático para toda la familia. Suele ser un largo proceso que se inicia con desavenencias y conflictos de pareja, aumento del conflicto al iniciarse los trámites legales, y en una tercera etapa, efectos a medio y largo plazo en donde influye la capacidad de los miembros de hacerlo de forma tranquila y sin culpabilizarse mutuamente. Para los hijos va a representar la pérdida total o parcial de uno de los padres, cambios en los cuidados que recibe, descenso en el nivel económico, cambio de colegio y/o de vivienda y, en el futuro, posibles nuevos matrimonios por parte de uno o ambos padres, todo lo cual va a requerir una alta capacidad de adaptación por parte de todos.

Además de las consecuencias socioeconómicas, también las hay psicoemocionales tanto para los padres como para los hijos. El riesgo de sufrir psicopatología en los niños cuyos padres se han separado es doble.
Experimentan sentimientos de abandono, de frustración, de impotencia, de culpabilidad, si no se les explicó claramente la causa de la separación, de rechazo hacia los padres porque les dedican menos tiempo (el ausente porque no está y el presente porque tiene que asumir más obligaciones). Todo ello se manifiesta en el niño a través de problemas emocionales (irritabilidad, ansiedad, tristeza), de comportamiento (agresividad, desobediencia, consumo de tóxicos), trastornos del sueño, problemas académicos por dificultades atencionales. Al margen de los de comportamiento ya referidos, problemas de salud física (gástricos, neurológicos…) generalmente por somatización debido a la ansiedad y el estrés.

La clínica variará según la edad y el sexo. Los pequeños presentan trastornos de eliminación (enuresis, encopresis), alteración del sueño y de la alimentación. Los escolares suelen negar la realidad, fantasean con que sus padres se vuelven a unir, presentan problemas de adaptación y temen perder para siempre al padre que no tiene la custodia, siendo muy vulnerables a las escenas de violencia familiar. En la adolescencia las chicas sufren más problemas de ansiedad y depresión, mientras que los varones suele mostrar problemas de conducta y al haber menor control parental, se pueden implicar en conductas delictivas.

Son factores de protección: una baja conflictividad entre los padres; mínimos cambios en la vida familiar; sentimientos de afecto, seguridad y apoyo por parte de los progenitores o por lo menos de uno de ellos; ausencia de juicios negativos entre los padres; si no hay custodia compartida, mantener la relación con el progenitor ausente; buen apoyo económico y también la ayuda de otros miembros de la familia, de amigos y de los profesores.

La adopción. Los niños adoptados tienen las mismas necesidades y derechos que los demás, junto con otras relacionadas con sus antecedentes (a veces desconocidos, así como el desarrollo desde la concepción), sus vivencias previas (situación de adversidad, negligencias en su cuidado, abuso, maltrato, institucionalización) y adaptación a la nueva familia (alimentación, sueño, dificultades de comunicación, escolarización, otros hermanos, cultura, idioma y aceptar la pérdida de su familia biológica o compañeros de institución). La familia debe aceptar la otra cultura que forma parte de la identidad del niño y ayudarle a conocer sus orígenes.

El hecho de ser adoptado supone un presente más prometedor a costa de perder su conexión con el pasado y sus raíces, lo que puede dificultar la consolidación de su identidad.

Se recomienda el acompañamiento profesional de estos niños, adolescentes y sus familias, para facilitar su adaptación al nuevo entorno familiar. También programas formativos a los padres, en los que se trabaje la relación afectiva padres-hijos, los estilos educativos de comunicación, la aceptación de las diferencias y la evitación de respuestas de rechazo y críticas.

La globalización. Los factores sociales que influyen en la salud mental se han globalizado, condicionando que hayan aumentado la ansiedad y depresión, los suicidios, los trastornos psicosomáticos, los asociados a la violencia y la pobreza, así como a la imagen corporal y a las dietas, o al uso compulsivo de psicofármacos y de las nuevas tecnologías. La publicidad promete ilusiones que nunca se cumplen, se fomenta el consumismo de todo tipo, los mercados venden bienestar que se confunde con felicidad, la búsqueda implacable de mayores ingresos ha conducido a una desigualdad y a una ansiedad sin precedentes, pero no a una mayor felicidad o satisfacción en la vida. La migración es uno de los efectos de la globalización y es una de sus consecuencias más dramáticas con repercusiones psicosociales, económicas y políticas. Emigrar es un proceso que implica altos niveles de estrés que con frecuencia superan la capacidad de adaptación de las personas con importantes efectos en la salud mental. Todos esos factores generan efectos indeseables en la conducta de los individuos y en su interacción con los demás.

Las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TICs). Han revolucionado el mundo actual, están presentes en la mayoría de los hogares/centros escolares y aunque tienen muchos beneficios educativos, comunicativos, o de entretenimiento, también constituyen un peligro para la infancia y adolescencia.
Los niños inician su uso cuando aún no han desarrollado la capacidad de comprender términos, como el respeto a uno mismo y a los demás, la privacidad, o la propiedad intelectual. La información que se cuelgue perdurará para siempre (huella digital) y entre los riesgos destacan: trastornos emocionales, psiquiátricos, fracaso escolar, violencia, pornografía, adicción, suplantación de identidad, además del ciberacoso,
grooming y sexting. Los adultos, en general, desconocen los aspectos técnicos y minusvaloran los posibles riesgos, aunque en los últimos años esto está cambiando.

En el ciberacoso es esencial la detección precoz para realizar un tratamiento adecuado tanto de la víctima y del agresor, coordinada con los diferentes sectores implicados (profesores, padres, fiscalía, policía…).
Es esencial la prevención primaria para evitar su aparición con información y educación a los chicos y las familias sobre un uso seguro y responsable de las TICs, alertándoles sobre los riesgos.

El pediatra es el profesional que mejor conoce el desarrollo de la población infantojuvenil y su situación
familiar y ambiental por lo que debe estar atento para detectar problemas, tanto en los controles periódicos de salud como de forma oportunista en la consulta. Debe informar a las familias de cómo aumentar los factores de protección y disminuir los factores de riesgo. También debe tener una formación básica en salud mental y una actitud de acercamiento hacia los aspectos psicológicos y psicopatológicos.

 

Bibliografía

I Hidalgo Vicario, PJ Rodríguez Hernández. I Curso de Psiquiatría del niño y adolescente para pediatras. Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia. Ed. Mayo. 2019. ISBN 978-84-9905-263-2.

 

 

 
 

CODIPRA


CODIPRA

 
Manuel Pombo
 

Manuel Pombo
Endocrinólogo, Profesor Ad Honorem de Pediatría,
Universidad de Santiago de Compostela.

 

“La adolescencia es una especie de mareo emocional”
Arthur Koestler

 

La Dra. Muñoz Calvo, subdirectora de Adolescere, me ha pedido un Editorial sobre tema “libre”. He aceptado con gusto por dos motivos: por la amistad que me une con la peticionaria –espero que no se arrepienta- y porque no en vano he sido miembro de la Sociedad, de la que un día, coincidiendo con la organización, en la que me involucré creo que de forma decisiva, del X Congreso de la Sociedad Española de Medicina del Adolescente, XI Encuentre del Comité de Adolescencia de la Alape y el I Encuentro Luso Español para la Salud del Adolescente, año 1999, decidí irme inmediatamente después. Me abstendré de comentar las razones, por ser escasamente trascendentes y no venir al caso.

Con uno de los más distinguidos miembros de la Sociedad, expresidente de la misma (1996-2004) y socio de honor, el Dr. Josep Cornellá, llegué a tener una gran afinidad, fue uno de mis grandes amigos catalanes (tenía 40 apellidos de ese origen, confirmados), hombre muy viajado (eso enseña mucho, es una estupenda vacuna contra la estupidez y el aldeanismo) y con el que me unían afanes diversos. Sentí mucho su fallecimiento, año 2014. Se fue muy joven, 63 años. Un día me dijo: “Mi mayor preocupación, Manuel, es que falta cultura, falta conocimiento, tan necesario para no dejarse arrastrar por los mitos, y lo que es peor, falta filosofía (entendida como amor por la sabiduría, por el conocimiento)”. ¡Cuánta razón! Desde luego la suya no fue una existencia insulsa y entre otras cosas por las que luchó y vivió, estuvo el de potenciar “nuestra” –espero que me lo permitan- Sociedad.

En efecto, la capacidad de esfuerzo, la lucha cotidiana por alcanzar el conocimiento, es una de las claves del éxito. Josep fue uno de los mejores, porque quería lo que hacía. Otro amigo, en este caso un endocrinólogo prestigioso, el Dr. Federico Soriguer, me mandó un artículo periodístico de su autoría, en el que pude leer lo siguiente: “Porque no solo de pan vive el hombre, que así, con esta referencia bíblica, comenzaba Federico García Lorca en el año 1931 la conferencia con la que inauguraba la biblioteca de Fuente Vaqueros, la primera de toda la provincia de Granada. En ella Federico cuenta que cuando Fedor Dostoyevsky estaba prisionero en Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita, en las cartas de socorro a su familia sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». «Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón».”
La cultura, y en nuestro caso por supuesto el conocimiento, tal como reclamaba Cornellá, resultan fundamentales. En mi clase a los alumnos de la asignatura de Pediatría les dejo claro que a la medicina, si aspiran a ser buenos profesionales, tienen que llegar de la mano de la ilusión, queriendo lo que hacen, que es lo que les va permitir convertirse en conocedores de verdad, a través de lo que recomendaba Marañón: no cansarse de estudiar. La primera letra de ese conocer, la C, constituye precisamente la inicial de un acrónimo: CODIPRA, con el que pretendo transmitir a mis alumnos cuales son los merecimientos de los que tienen que dotarse si desean alcanzar el grado de excelencia. La letra siguiente del referido término, la O, se correspondería con ser observador, tener lo que se decía antes, “ojo clínico”. Como doy por hecho de que todos disponen de tal capacidad y que, en su gran mayoría, para acudir a la Facultad tienen que pasar por delante del antiguo hospital, hoy famoso Hostal de los Reyes Católicos, asumo- les digo- que se habrán dado cuenta de que hay una ventana en su fachada que mantiene el aspecto primitivo, renacentista, frente al barroco del resto. Ni que decir tiene que no desaprovecho la ocasión para hacerles partícipes de que esa atractiva posibilidad de poder contemplar “el antes y el después” se lo tenemos que agradecer a una mujer, a Lola, la Perillana (los interesados en conocer la historia completa pueden buscarla en la red: La perillana – elcorreogallego.es). La letra siguiente, la D, corresponde a desconfiado, no hay que infravalorar nada, “las madres siempre tienen razón mientras no se demuestre lo contrario” y la I se refiere a los necesarios conocimientos de informática y del idioma inglés. Todavía nos falta casi la mitad de la palabra, todavía nos falta el PRA. Y llegado ese momento es cuando procedo a advertirles: “Señores, nunca vayan a un médico que le falte la mitad de la palabra, nunca vayan a un médico que le falte la práctica, por mucho que sepa”.

Cumpliendo con los requisitos anteriores ya tenemos garantizado un gran profesional, que, en este caso concreto, ha decidido dedicarse a la atención de los adolescentes. Tarea ardua, sin lugar a dudas. Edad difícil, con una muy especial problemática, por más que se nos asegure que debemos descartar que esta etapa de la vida lo sea de conflicto. Lo cierto es que cada adolescente representa una época histórica y una posibilidad de ser dentro de su contexto social. A la patología propia de cada individuo tenemos que sumar, en esta época de la vida, la inherente a ese específico momento, mucha de la cual tiene que ver con las circunstancias: cambios profundos en la vida familiar, en la tecnología, en la cultura y en los valores. La nueva civilización trae consigo nuevos desafíos, situaciones que nos sorprenden y frente a las cuales no siempre se cuenta con la debida preparación. Por ejemplo, en nuestra sociedad ha aparecido un discurso que cuestiona la identidad de los géneros e introduce una nueva dimensión:
la multiplicidad de identidades y el rechazo de la feminidad y de la masculinidad como categorías unívocas e inamovibles. Vemos así como las identidades sexuales en el momento presente trascienden el concepto de género. Y, si me lo permiten, me gustaría recordar en respuesta a los partidarios de permitir la transición a los niños con disforia persistente de género, algo que considero importante, las palabras de la especialista en bioética Allice Domurat Dreger, quien nos advierte de que “la gran mayoría de los niños que afirman que su género no concuerda con su sexo natal olvidan esa discrepancia cuando crecen”. Stephanie Brill señala: “Es importante no sobrediagnosticar a niños transgenéricos”. Tómenlo como un aviso para navegantes, ya me entienden, y comprenderán que no es el momento para más consideraciones.

Por otro lado, con ayuda de la cosmética, la ropa, la medicina, la nutrición y la cirugía estética, sobre todo las mujeres, consideran que pueden construir un cuerpo conforme a los cánones de belleza actuales que le exigen un cuerpo joven, bello, delgado, dinámico, saludable, en definitiva una máquina perfecta. Podemos preguntarnos el porqué de esta disposición femenina a semejante esclavitud, que a veces llega a someterse a costosas y dolorosas operaciones de cirugía estética desde muy tempranas edades, como el hecho cada vez más común de pedir como regalo a los padres un aumento de pecho o una liposucción. Reconozcamos que los modelos de referencia que la sociedad ofrece son, fundamentalmente, aquellos que aparecen en los medios de comunicación de masas. La exigencia es brutal. Enfermedades como la anorexia y la bulimia, que cada vez afectan a más personas de ambos sexos y de menos edad, algo tiene que ver con esta distorsión cultural, que propone modelos tan inalcanzables como antinaturales.

Aparte de lo señalado, súmese el que no hay que olvidarse de la influencia de las nuevas tecnologías y el hecho de que los jóvenes cuelguen cosas en la red que dejan una huella permanente y de lo que muchas veces después se arrepienten, lo que puede suponer un serio problema. El tabaco, el alcohol y la drogadicción, las enfermedades de transmisión sexual y el suicidio se encuentran entre los muchos riesgos sanitarios a los que se enfrentan los adolescentes. No hay que ignorar la creciente presencia de la violencia y sus manifestaciones: acoso –bullying-, violencia de género y violencia filio-parental. Por último, no nos resistimos a dejar pasar por alto un hecho sin precedentes: la aparición de nuevos trastornos. Por ejemplo, el del niño que antes se consideraba muy inquieto en el aula y le costaba prestar atención, y que ahora es susceptible de sospecha de padecer un trastorno de hiperactividad. Y se le receta, faltaría más, en un porcentaje que considero está muy por encima de la frecuencia aceptada, porque el mundo actual tiende a pensar que se puede solucionar todo a base de pastillas. Y cuando así se actúa frente a un proceso banal como si fuera una enfermedad se está restando dignidad a quienes verdaderamente la sufren.

Nuestra sociedad debe de dar respuesta a la compleja realidad de la adolescencia en el momento en que vivimos, a los nuevos retos. Como profesionales en más de una ocasión vamos a encontrarnos caminando al borde del precipicio, enfrentados a situaciones nuevas para las que no hemos recibido la adecuada formación, lo que nos lleva a implorar, llevamos ya mucho tiempo esperando, que se reconozcan de una vez las especialidades pediátricas. Tratemos, en todo caso, mientras tanto, que cualquier desafío, sea como sea –los profesionales de la medicina hemos dado pruebas sobradas de superar cualquier adversidad-, nos encuentre preparados. Los jóvenes muchas veces van a requerir de la ayuda de un profesional para que su vida retorne a ámbitos normales, donde con nuestro apoyo puedan rescatarse a sí mismos y brindarse una nueva opción para trascender el hecho de encontrarse en una situación límite.

 

 
 

La adolescencia y los riesgos sexuales


 

La adolescencia y los riesgos sexuales

 
Luis Rodríguez Molinero
 

Luis Rodríguez Molinero.
Doctor en Medicina. Pediatra acreditado en Medicina de la Adolescencia por la AEP. Consulta en Medicina de la Adolescencia. Hospital Campo Grande. Valladolid.

 

Adolescere 2019; VII (1): 3-4

 

“La adolescencia es edad de riesgos”

Es una frase que se repite hasta la saciedad en todos los coloquios y ensayos sobre esta etapa. Pero es que hay datos epidemiológicos que lo demuestran. Hay consenso en considerar que la adolescencia es una edad crucial para la salud social. Los adolescentes marcan la pauta de modas y costumbres. La adolescencia y la juventud son modelos estéticos en nuestra sociedad, llamada sociedad de consumo, de producción, de mercado e industrial.

Los adolescentes son imagen de portada de revistas, magazines, periódicos, libros y cualquier otro medio de difusión. Hay libros que se titulan “¡Socorro, tengo un hijo adolescente!”… Sobre los adolescentes proyectamos los adultos nuestros deseos y nuestras frustraciones, y también nuestros miedos.

Sin duda, la sexualidad es de las cosas que más nos inquietan: cómo la sienten, cómo la viven, cómo la entienden y cómo la practican. Poco se hace para educar, orientar y dirigir esta sexualidad.
Vemos a los adolescentes entre dos frentes opuestos: la familia y la escuela se comportan como si los jóvenes fueran asexuados (son entornos erotofóbicos) y el ambiente social y los medios de comunicación de masas, por el contrario, convierten el cuerpo en el gancho principal para la publicidad o los escándalos (ambientes erotofílicos). Alguien ha comparado esta actitud tan contradictoria con el disparate de dejar el coche a alguien a quien no se ha enseñado a conducir. Lo más probable es que ocurra un accidente.

Comprender la sexualidad humana no es difícil si se aborda con pedagogía y sin prejuicios ideológicos.
La sexualidad humana, y por tanto la de los adolescentes, tiene una base biológica (el placer), otra antropológica (necesidad de perpetuarse) y otras psicosociales (comunicación, intimidad, contacto, amor).
La bipedestación nos ha permitido el contacto; nos ha dejado las manos libres para el abrazo, la comunicación y la expresión corporal. Por otra parte, tenemos necesidad de establecer vínculos y alianzas, como el apego, la amistad o el enamoramiento.

En la sociedad se manifiesta una contradicción, como la que antes reseñábamos: de cara a la sexualidad se comporta de forma permisiva, y es hiperestimulante. Pero a la vez carece de unos planes educativos y de una asistencia sanitaria que satisfaga las necesidades de los jóvenes. No hace mucho una alumna me escribía esto:

"Soy una chica de 15 años que estoy saliendo con un chico más mayor y quiere hacer el amor, pero yo no estoy preparada todavía.
¿Qué le puedo decir para que lo entienda?
Gracias
"
 

Un claro ejemplo de la diferencia de velocidades entre la permisividad social y la falta de recursos ante la que se encuentran los jóvenes en no pocas ocasiones.

Los comportamientos sexuales han cambiado a lo largo de la Historia de la Humanidad. Han evolucionado las actitudes, se ha modificado el acceso a la actividad sexual y aparecen elementos nuevos en la historia, por ejemplo, la igualdad de género. Entre los cambios en las actitudes, se constata el menor peso moral, menor romanticismo y menor idea de compromiso. El acceso a la actividad sexual es cada vez más temprano; el acceso al coito es más rápido; la frecuencia de las relaciones sexuales es mayor; se establece mayor número de parejas y se experimentan nuevas fuentes de estimulación.

Cuando se practica una sexualidad responsable y educada, se llega a una experiencia vital plena de consecuencias positivas, que fortalecen el sentimiento de satisfacción y realización. Pero ahora, por el contrario, nos queremos referir a una práctica irresponsable y realmente llena de riesgos, una situación que puede marcar la vida del adolescente. Lo primero que nos viene a la cabeza son casos de embarazo no planificado, enfermedades de transmisión sexual o abusos sexuales.

En España, en el año 1014 nacieron mas de ocho mil niños hijos de madres menores de 19 años. Y en el año 2016 la tasa de abortos en menores de 19 años estaba en 8,97 por mil mujeres, a pesar de ir descendiendo, es todavía una cifra considerable para que los planes educativos lo consideraran.

En cuanto a las Infecciones de transmisión sexual (ITS), los sistemas de vigilancia no permiten unos datos fiables, ya que no disponemos de una herramienta sensible en los adolescentes. No obstante, se puede decir que la distribución de las ITS encontradas en los adolescentes es similar a la de los adultos. Pero entre los adolescentes tienen especial incidencia los condilomas (Virus del papiloma humano, VPH), las infecciones por virus del herpes simple y las clamydias.

Pero hay otras consecuencias menos visibles, pero más vivenciadas. Encontramos con frecuencia en la consulta casos de relaciones no deseadas, cuando el adolescente nos permite conocer su vida íntima. Las frustraciones sexuales no son raras en su vida sexual, y en ocasiones determinan comportamientos posteriores, como no querer repetir esta experiencia. Los desengaños amorosos, cuando se producen en un contexto de falsas expectativas son notables también; los sentimientos de culpa subyacen con más frecuencia de lo que nos gustaría en el alma de los adolescentes y a veces los arrastran a lo largo de toda su vida.

¿A qué se deben estos riesgos?

Además de las causas sociales y generacionales que ya se han descrito, hay otras causas educativas, como la información inadecuada o inexacta sobre el condón o el SIDA, el uso y abuso del alcohol en el tiempo de ocio y la práctica de la prostitución como usuario o como “profesional”.

¿Qué hacer?

La prevención primaria se basa en la educación en la familia y las instituciones, así como en los medios de comunicación. El Grupo de Prevención en la Infancia y Adolescencia (Previnfad) de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) recomienda unir la prevención del embarazo no deseado con la de las ITS. Propone aprovechar las revisiones de salud y los programas de vacunación (VPH) para realizar una anamnesis orientada a valorar las actividades sexuales e identificar los conocimientos y actitudes sexuales, con el fin de informar de los recursos locales, o escolares o sanitarios. En el grupo de trabajo de sexualidad y ginecología de la SEMA además consideramos que se debe ofrecer información oral y escrita en un ambiente de confianza, confidencialidad y empatía que den a entender los recursos de anticoncepción en el área de salud.

 

Bibliografía

1.- La sexualidad en la adolescencia. López, F. Pediatr Integral, 2017;XXI (4) 278-285.

2.- J. Colomer Revuelta y Grupo PrevInfad/PAPPS Infancia y Adolescencia. Prevención del embarazo en la adolescencia. RevPediatr Aten Primaria vol.15 no.59 Madrid jul./sep. 2013.

 

 
 


El adolescente con asma

 

 

El adolescente con asma

Mª Inés Hidalgo Vicario

Mª Inés Hidalgo Vicario
Pediatra. Doctora en Medicina. Acreditada en Medicina de la Adolescencia. Directora de Adolescere. Centro de Salud Universitario Barrio del Pilar. DAN. SERMAS. Madrid.

 

El adolescente con asma

El asma es la enfermedad crónica más frecuente en la edad infanto-juvenil con un gran impacto en toda la población. En los países desarrollados constituye un problema de salud pública ya que disminuye la calidad de vida tanto de los pacientes como de sus familias con elevados costes sanitarios y sociales. La adolescencia, debido a sus características peculiares, es una época de riesgo para un buen control del asma.

Diferentes parámetros muestran el importante impacto del asma en la población:

  • La prevalencia: La Encuesta Nacional de Salud(1) publicada en 2014, ofrecía un porcentaje de asma, en los últimos 12 meses por diagnóstico médico en España, del 4,5% para los niños de edades entre 0 y 4 años, del 5,8% en los de cinco a nueve años y del 5,6% si tienen entre 10 y 15 años. En el estudio ISAAC fase III(2) se observaron importantes variaciones geográficas en la población infanto-juvenil, con una alta prevalencia en el área atlántica y otra zona de menor prevalencia en el área mediterránea e interior de la península. Hay grandes diferencias a nivel internacional y nuestro país se encuentra en el área de prevalencia media. En cuanto a la gravedad, el asma episódica es la más frecuente, y solo el 2-4% de los niños y adolescentes presentan asma persistente grave.
  • La morbilidad. Se observan problemas emocionales y de conducta, con una menor adaptación escolar. Discapacidad, ya que uno de cada ocho niños con asma presenta limitación de sus actividades, sobre todo en el caso de los adolescentes con notorio absentismo escolar. Alteración en la dinámica familiar tanto en los aspectos físicos, emocionales y económicos. Igualmente se produce un aumento del uso de los servicios de salud: acuden 1,9 veces más a Atención Primaria, 2,2 veces más a los servicios de urgencias y tienen 3,5 veces más hospitalizaciones.
  • Los factores implicados en la mortalidad del asma son el infratratamiento o el incumplimiento terapéutico, la etiopatogenia alérgica y los factores psicosociales. Según los datos del INE(1) la Tasa total de mortalidad es de 2,04/100.000 habitantes y la tasa pediátrica de 0,7/1.000.000. A nivel mundial según la OMS, la tasa de mortalidad es de 3,73/100. 000 habitantes y la tasa pediátrica de 3,5/1.000.000.
  • La carga económica tanto del asma como de las enfermedades asociadas es elevada, sobre todo en la población infantil y en los países desarrollados representando el 1-2% del gasto sanitario(3).

Son muchos los adolescentes que tienen un mal control del asma, lo cual está directamente relacionado con una peor calidad de vida. El mal control del asma con frecuencia es atribuido a la falta de adherencia al tratamiento que puede explicarse por varias razones como: las características propias de la adolescencia; la falta de confianza del paciente en el tratamiento continuado de base o en establecer una buena relación con el profesional; a una alta tolerancia, durante esta edad, a los síntomas del asma; a la dificultad del adolescente para comprender la cronicidad del asma y a un pobre manejo de la técnica de inhalación.

Durante el desarrollo adolescente se producen cambios físicos, cognitivos y psicosociales, y el tratamiento del asma puede constituir un importante desafío según el estadio de desarrollo en que se encuentre el joven.

La adolescencia media (14-17 años) es un periodo muy vulnerable ya que los jóvenes tienden a separarse de los padres y a incluirse en el grupo de amigos de capital importancia para ellos. No quieren ser diferentes de sus compañeros y pueden negar, ocultar o ignorar los síntomas del asma así como de la necesidad de tomar medicación; este fenómeno es evidente en los adolescentes con enfermedades crónicas que tienen una menor adherencia al tratamiento. Además el pobre desarrollo del pensamiento abstracto, el sentimiento de omnipotencia e invulnerabilidad, la necesidad durante esta época de trasgredir las normas para así reafirmar su autonomía e identidad y la dificultad para considerar las consecuencias futuras, -ya que, a nivel cerebral maduran antes los circuitos de recompensa que los de la corteza prefrontal-, pueden afectar a su capacidad para considerar las consecuencias negativas del infratratamiento del asma.

Por otro lado es conocido que durante esta época, los adolescentes acuden menos a la consulta médica y en el caso del asma, generalmente, suelen acudir solo ante las exacerbaciones (crisis).

En este periodo debe cambiarse el cuidado del asma dirigido hasta entonces por los padres, al cuidado realizado por el propio joven; es preciso para ello que éste adquiera habilidades para su autocuidado, disminuyendo progresivamente el nivel de supervisión de los padres y del médico. En ocasiones se producen problemas entre el joven y sus padres ya que estos tratan de mantener el control y los jóvenes sienten que no les comprenden sus sentimientos. El pediatra de Atención Primaria puede dirigirlo comenzando con las
visitas de padres y adolescente para posteriormente excusar a los padres y estar en la visita más tiempo con el joven. Esta aproximación facilita el traspaso del cuidado de los padres al joven y provee confidencialidad para que el joven pueda consultar y hablar de otras conductas y problemas que tenga como, por ejemplo, el uso de tabaco y otras drogas, revisar la técnica inhalatoria y desarrollar un plan de acción del asma compatible con los objetivos personales diarios del joven.

Además en esta etapa, existe una considerable diferencia entre la percepción del concepto de control de asma por parte del paciente y la definición clínica médica. Algunos pacientes no reconocen la severidad de sus síntomas como la presencia de sibilancias y la obstrucción a la entrada del aire. Los adolescentes parecen tolerar bien los síntomas de asma, cuando un profesional lo encontraría inaceptable y asumen las exacerbaciones leves como algo “normal” o atribuyen, equivocadamente, sus síntomas a otras causas (como obesidad o no estar en forma).

Otros factores que contribuyen durante esta edad, al mal control del asma son: el desconocimiento de otras causas de los síntomas de asma, tales como alergias, desencadenantes (infecciones, irritantes, medicinas, ejercicio…) y un limitado conocimiento de las opciones de tratamiento incluyendo un correcto uso de la medicación, además tienen unas expectativas muy bajas de recibir un tratamiento apropiado o establecer una buena relación con el médico. En aquellos pacientes que no consiguen el control del asma, siempre debe considerarse la posibilidad de una mala técnica inhalatoria. El tratamiento adecuado del asma también compite con otras prioridades de los jóvenes como repartir su tiempo entre la escuela, los amigos, los deberes escolares, el deporte y otras actividades. Por otro lado los adolescentes tienen miedo a una dependencia al tratamiento del asma, y de los posibles efectos adversos que conllevan el uso de corticoides tanto sistémicos como inhalados.

El término calidad de vida, en general, incluye la capacidad del funcionamiento personal, la calidad en las relaciones sociales, y también el bienestar psicológico, la felicidad y la satisfacción en la vida. Más específicamente, la salud relacionada con la calidad de vida incluye la evaluación del nivel de funcionamiento del paciente y su satisfacción con ello. La OMS lo define como un estado de completo bienestar físico, psicológico y social, no solo la ausencia de enfermedad o cualquier dolencia. En la literatura médica se usan indistintamente ambos términos. Es preciso tener en cuenta que los diferentes aspectos que se incluyen en la calidad de vida no pueden separase ya que están relacionados entre sí. Ejemplo: la participación de un paciente asmático en actividades sociales (dominio social) está disminuida debido a su capacidad limitada en completar las actividades físicas (dominio físico), esto incrementa el aislamiento del adolescente lo cual conduce a un aumento del riesgo de depresión, ansiedad y baja autoestima (dominio psicológico).

Estudios realizados sobre calidad de vida en adolescentes(4) revelan que lo más importante para estos es tener muchos amigos, ser populares y pertenecer a un grupo; también se ha observado que una autoimagen positiva y la autoconfianza son factores predictores para tener una buena calidad de vida.

El pediatra de Atención Primaria tiene un papel crucial tanto en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento del adolescente con asma para conseguir un buen control y una buena calidad de vida, es decir, que pueda vivir como si no tuviera asma y con las mínimas limitaciones; para ello es imprescindible una buena educación sobre el asma tanto al paciente como a la familia implicando al ámbito escolar. Educar en asma no es solo dar información, sino aumentar los conocimientos, habilidades así como modificar comportamientos y se debe realizar en cada contacto con el adolescente, tanto en los controles periódicos de salud, como de forma oportunista y en la visitas por enfermedad. Se hará de manera progresiva y adaptada a cada paciente y a su familia.

Los aspectos que se deben abordar son:

  • Informar y educar sobre la enfermedad. El profesional debe aclarar las creencias erróneas de los jóvenes, concienciarles sobre su enfermedad, explicarles las razones de la medicación y eliminar sus preocupaciones.
  • Enseñar cómo detectar precozmente las crisis o exacerbaciones ya que cuanto antes se trate, mejor será el pronóstico. El adolescente debe aprender a reconocer sus síntomas (tos nocturna, menor tolerancia al ejercicio, problemas con el sueño, aumento el uso de medicación de rescate…etc.).
  • Explicar cómo usar las medidas ambientales y a evitar los alérgenos, así como el uso del tabaco.
  • Fomentar hábitos de vida saludables en cuanto a realizar actividad física, una alimentación equilibrada y evitar la obesidad.
  • Adquirir conocimientos y habilidades sobre la Inmunoterapia, el tratamiento preventivo antiinflamatorio y de rescate así como las técnicas correctas de inhalación.
  • Igualmente el autocontrol para el manejo de sus síntomas con un plan de acción personalizado por escrito con revisiones periódicas.

Durante la adolescencia el joven adquiere un mejor conocimiento de su enfermedad y es responsabilidad del profesional identificar y reconocer las aptitudes, dificultades y el potencial de todos los implicados en el tratamiento del asma: el propio adolescente, la familia, los amigos y la escuela/universidad.

Bibliografía

1. Instituto Nacional de Estadística (INE). Estadísticas de salud.: [en línea]. Disponible en: http://www.ine.es/dynt3/inebase/index.htm?type=pcaxis&path=/t15/p419/a2006/p01/&file=pcaxis [consultado el 24/07/2018].

2. The International Study of Asthma and Allergies in Childhood ISAAC [en línea]. Disponible en: http://isaac.auckland.ac.nz/ [consultado el 24/07/2018].

3. Blasco Bravo AJ, Pérez-Yarza EG, Lázaro y de Mercado P, Bonillo Perales A, Díaz Vazquez CA, Moreno Galdó A. Coste del asma en Pediatría en España: un modelo de evaluación de costes basado en la prevalencia. An Pediatr (Barc). 2011;74:145-53.

4. Helseth S, Misvaer N. Adolescents’ perceptions of quality of life: what it is and what matters. J Clin Nurs. 2010 May; 19 (9-10): 1454-1461.

 

 

Primer curso de psiquiatría del niño y del adolescente para pediatras

 

 

Primer curso de psiquiatría del niño y del adolescente para pediatras

Mª Inés Hidalgo Vicario

Mª Inés Hidalgo Vicario
Pediatra. Doctora en Medicina. Acreditada en Medicina de la Adolescencia. Presidente de la SEMA. Madrid.

 

En 2005, la OMS define la salud mental como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”. Trasladado a la edad pediátrica, se podría traducir como el desarrollo de las capacidades sociales y emocionales del niño que le permiten experimentar, regular sus emociones, establecer relaciones próximas y seguras y aprender. La salud mental es un proceso evolutivo y dinámico y en este proceso intervienen múltiples factores: hereditarios, un normal desarrollo neurobiológico, la educación familiar y escolar, el nivel de bienestar social, el grado de realización personal y una relación de equilibrio entre las capacidades del individuo y las demandas sociales.

En los últimos años se han producido en la Sociedad diversos cambios en los estilos de vida: incorporación de la mujer al mundo del trabajo, cambio del concepto de familia, de la educación, incremento del consumismo, las nuevas tecnologías de la información y comunicación…etc. Todo ello repercute en el desarrollo y en la salud física, psicológica y social de la población en general y del niño y adolescente en particular, ya que son la población más vulnerable.

Entre un 10-22% de los niños y adolescentes, según los diferentes estudios, sufren trastornos psiquiátricos y solo una quinta parte son correctamente diagnosticados. Además hay que destacar que existen niños y jóvenes, que tienen problemas que no cumplen los criterios diagnósticos de un trastorno mental, pero que son fuente de gran sufrimiento. Estos niños también deben recibir ayuda con una evaluación y tratamiento apropiados.

Durante mucho tiempo se negó que los niños sufrieran trastornos mentales o se minimizó su importancia.
Hoy se sabe que más de la mitad de las enfermedades mentales de la población, surgen en la infancia y que existe una continuidad entre los trastornos mentales infantiles y los de la vida adulta. Estos trastornos pueden surgir en cualquier momento de la vida y la edad modula sus manifestaciones clínicas.

Los retrasos del desarrollo, el autismo y otros trastornos generalizados del desarrollo se manifiestan desde los primeros meses de vida. Los problemas de comportamiento desde los 2 años, los síntomas de ansiedad desde los 4-5 años o incluso antes, la depresión desde los 5-6 años, el consumo de sustancias desde los 11-12 años y la esquizofrenia con características similares a la del adulto desde los 14-15 años.

También se sabe que la ausencia de un diagnóstico y tratamiento apropiado condiciona seriamente el futuro de la persona, disminuye las oportunidades educativas, vocacionales y profesionales, y supone un coste muy alto para las familias y la sociedad. Estos trastornos pueden prevenirse, tratarse y curarse; una gran mayoría de pacientes puede llevar una vida plenamente satisfactoria.

La atención a la Salud Mental del niño y del adolescente en España es muy deficitaria, faltan profesionales
especialistas, equipos multidisciplinares, hay diferencias en el modelo de atención, así como de las prestaciones y de los tratamientos según las diferentes CC.AA. condicionando una mala evolución y pronóstico del paciente, el sufrimiento familiar y una importante carga social.

El pediatra de Atención primaria, cada vez con más frecuencia, se enfrenta a situaciones y consultas de los padres sobre aspectos psicológicos y sociales de sus hijos de diferente gravedad, en ocasiones desbordado por la demanda asistencial. Teniendo en cuenta que el pediatra es el profesional que mejor conoce el desarrollo del niño y su situación familiar y ambiental, debe estar atento e indagar en todas las revisiones periódicas de salud, así como de forma oportunista en la consulta. Es necesario que sepa identificar los trastornos, orientar el diagnóstico lo más precozmente posible, así como abordarlos dentro de sus posibilidades, conocer cuáles son las repercusiones, conocer los medios disponibles en la comunidad, acompañar al paciente y su familia y saber cuándo derivarlos al especialista.

Consciente de esta necesidad, la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA) en colaboración con la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), han organizado el
Primer Curso de Formación Continuada en Psiquiatría del niño y del adolescente para pediatras, donde se tratarán los temas más habituales en la consulta, de una forma práctica y en cuyo desarrollo participan de manera conjunta especialistas en Psiquiatría, Neurología, Pediatría y profesionales de otras disciplinas.

El Curso dura un año. Se inicia en enero 2018 y se realizará a través de la plataforma online:

https://www.cursopsiquiatriasema.com/ Se entregará documentación física del Curso, y contará con la Acreditación por la Comisión de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias de la Comunidad de Madrid del SNS. Tiene el apoyo de los laboratorios Ordesa, a los cuales quiero expresar desde estas líneas, mi agradecimiento.

Para realizar el curso, es preciso solicitar la clave de acceso al visitador médico de dicho laboratorio.

El Curso consta de 22 temas a los que se ha procurado dar uniformidad, orientados de forma clara y práctica para facilitar la lectura y la comprensión. Se publicará un tema cada 15 días. Colaboran 35 autores de reconocido prestigio, expertos en las diferentes materias que han sabido plasmar sus conocimientos y experiencias del día a día. Cada tema se acompaña de un caso clínico interactivo con 4 preguntas test, así como una evaluación general del mismo con 6 preguntas también tipo test e interactivas; finalmente habrá una evaluación final. Para obtener la acreditación es preciso acertar el 70% de las preguntas. Una vez aprobada la evaluación, el certificado acreditativo podrá ser descargado automáticamente de la plataforma.

Los objetivos del curso son:

  • Conocer las formas de presentación de los trastornos mentales prevalentes en la infancia y la adolescencia.
  • Ser capaz de elaborar activamente una estrategia diagnóstica y de intervención terapéutica teniendo en cuenta las propuestas efectivas según la evidencia científica actual.
  • Consensuar unos mínimos necesarios para poder elaborar un proceso de atención a los trastornos mentales en niños y adolescentes en función de las bases éticas y legales.
  • Llamar la atención sobre las comorbilidades y los riesgos asociados cuando no se realiza un adecuado abordaje de las patologías mentales.
  • Adquirir habilidades para saber cómo interactuar con el paciente y su entorno familiar y social.

Confío que este Curso tenga una buena acogida entre los pediatras y cumpla su objetivo principal que es servir de ayuda para su formación en los trastornos psiquiátricos de la población infantojuvenil ya que el diagnóstico y tratamiento precoz es crucial para minimizar la repercusión negativa de estos trastornos y mejorar la salud tanto en el presente como en el futuro de toda la población.

Bibliografía

1. MI Hidalgo Vicario. El pediatra y la salud mental. Pediatr Integral XVI (9) 2012 pág. 673-675.

2. Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud 2009-2013. Sanidad 2011. Ministerio de Sanidad, Politica Social e Igualdad. [En Linea]. [Fecha de consulta: 22 de enero 2018]. URL Disponible en:

https://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/docs/saludmental/SaludMental2009-2013.pdf

 

 

XXIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA)

 

 

XXIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA)

Mª Inés Hidalgo Vicario

Dr. Cristóbal Coronel Rodríguez
Presidente del Comité Organizador del XXIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA)

 

Queridos amigos y compañeros:

Los profesionales interesados en la Medicina de la Adolescencia tenemos la oportunidad de participar en el XXIV Congreso Nacional organizado por la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia los próximos días 2 y 3 de marzo de 2018.

Nos espera un atractivo y ambicioso programa, consensuado tanto por la Junta Directiva de la Sociedad como por los Comités Científico y Organizador del Congreso. Es un programa amplio, enfocado tanto a problemas cotidianos como a patologías emergentes con las que tendremos que enfrentarnos en tiempos no muy lejanos. Realizaremos múltiples talleres, que intentaremos que sean lo más prácticos e interactivos posibles, para que nos permita desarrollar habilidades y técnicas para afrontar estos problemas.

Todos los que participamos en la organización de este evento deseamos que resulte un congreso moderno, con rigor, huyendo de lecciones magistrales y haciéndolo participativo para todos los asistentes. Los tiempos cambian y necesariamente nuestro modelo de congreso creemos que también debe hacerlo. Esperamos no defraudaros.

Para ello, hemos preparado mesas redondas, múltiples talleres, presentación de casos clínicos y un simposio sobre vacunas y TDAH que esperamos sean de vuestro interés.

Habrá también un espacio para presentación de comunicaciones tipo póster. Las dos mejores, a criterio del comité científico, serán premiadas, dotadas económicamente y serán presentadas de forma oral.

Se ha solicitado la Acreditación del Congreso por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (ACSA), equivalente a la Comisión Nacional de Formación Continuada del Sistema Nacional de Salud, actualmente pendiente de recibir resultados de su evaluación.

Por otro lado, para lograr los objetivos de ciencia y hospitalidad que deseamos como anfitriones, al buscar la sede para nuestro Congreso hemos pensado en la comodidad y servicios para los congresistas. Buena accesibilidad desde el aeropuerto y estación de AVE, fácil aparcamiento, alojamiento en la misma sede, salas próximas entre si (y a la secretaría técnica, a la zona comercial y a las de restauración) para facilitar la asistencia a los múltiples actos programados.

Tras la Conferencia Extraordinaria “Blas Taracena de Piñal” en una sesión plenaria, se dará por finalizada, el sábado a mediodía, la parte científica del congreso. Posteriormente esperamos que los asistentes puedan disfrutar de nuestra ciudad, Sevilla. Estamos seguros que la belleza de sus calles que invitan a pasear, sus monumentos, su gastronomía y su tradicional hospitalidad os va a cautivar, convirtiendo vuestra estancia en un recuerdo imborrable que os hará prometer una próxima visita.

Estáis invitados a venir todos aquellos a quienes os gusta atender a adolescentes: Pediatras, Médicos de Familia, Paidopsiquiatras, Psicólogos, Enfermeros, Trabajadores Sociales, Matronas etc. Esperamos poder saludaros personalmente en Sevilla.

Agradezco sinceramente la oportunidad que la Dirección de la Revista Adolescere me ofrece con esta posibilidad de poder dirigirme a ustedes, a la confianza depositada por parte de la Junta Directiva y Asamblea de la SEMA en nosotros para la organización de este importante evento, e invitaros, en nombre del Comité Organizador y en el mío propio, a asistir y participar en el XXIV Congreso de la SEMA del que tenéis información en la web:
https://www.adolescenciasema.org/xxiv-congreso-la-sociedad-espanola-medicina-la-adolescencia-sema-sevilla-2018/

¡Hasta pronto! El Comité Organizador y Científico.

Os esperamos en Sevilla