Alteraciones del pelo y las uñas en la adolescencia


 

Alteraciones del pelo y las uñas en la adolescencia

J. García Dorado(1), P. Alonso Fraile(2)
(1)Especialista en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venereología. (2)Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Clínica Dermatológica. Salamanca.

 

Fecha de recepción: 07-02-2022
Fecha de publicación: 28-02-2022

 

Adolescere 2022; X (1): 37-52

 

Resumen

La adolescencia es la etapa de transición entre la niñez y la vida adulta. En ella, el adolescente deberá hacer frente a una serie de modificaciones tanto internas o personales como externas o sociales, y todo ello inmerso en un mundo colectivo repleto de información contradictoria y mensajes recurrentes, muchos de ellos relacionados con la imagen. En este contexto, como expresión máxima de la imagen que quiere transmitir a los demás están el cabello y las uñas. Así, toda patología que afecte a ambas partes del cuerpo repercutirá negativamente en la autoestima y la maduración psicológica del adolescente. Y sin llegar a la patología, hemos de saber que existen rituales y hábitos estéticos rutinarios que deterioran el aspecto del cabello y de las uñas. De ahí que resulte prioritario conocer sus alteraciones más frecuentes.

Palabras clave: Alopecia areata; Alopecia androgenética; Tricotilomanía; Retroniquia; Uña encarnada.

Abstract

Adolescence is the transition stage between childhood and adulthood. Throughout this period, adolescents will experience both personal and social changes while being immersed in a globalized world full of contradictory information and recurring messages, most of which are related to their appearance. To fully express the image they hope to project, hair and nails appear to be important factors. As a result, any problems concerning these two parts of the body can have a negative impact on an adolescent’s self-esteem and psychological maturity. Further, without actually referring to medical issues, it should be known that some cosmetic rituals have the potential to deteriorate the health of the hair and nails. For this reason, understanding the most common abnormalities of these body parts is imperative.

Key words: Alopecia areata; Androgenetic alopecia; Trichotillomania; Retronychia; Ingrown nail.

ALOPECIA EN LA ADOLESCENCIA

La caída de pelo en la adolescencia es un fenómeno más común de lo que se suele creer. La importancia que la sociedad actual da la imagen, hacen que el cabello ocupe un lugar primordial en ese aspecto exterior que el adolescente desea mostrar. Por lo tanto el adolescente que está atravesando una época de transición física, emocional y psicológica, queda especialmente vulnerable al impacto de la pérdida del cabello con importante merma en su calidad de vida. Este deterioro de su “imagen capilar” puede ser muy estresante o angustiosa requiriendo atención médica, por lo que el médico ha de estar habilitado para reconocer, evaluar y orientar el estudio y ofrecer el apoyo adecuado tanto médico, como estético y en muchos casos psicológico.

La pérdida de cabello o alopecia en la adolescencia puede obedecer a una causa primariamente cutánea, traducir un problema de salud subyacente o estar facilitada por determinados hábitos higiénicos personales, culturales o dietéticos

La pérdida de cabello o alopecia en la adolescencia(1) puede obedecer a una causa primariamente cutánea, traducir un problema de salud subyacente o estar facilitada por determinados hábitos higiénicos personales, culturales, o dietéticos. Su expresión clínica tendrá una importante influencia pronóstica, en relación con la presencia o no de áreas cicatriciales no recuperables (Tabla I).

Abordaje diagnóstico de la alopecia

En la historia clínica se deberá recoger:

  • El inicio de la alopecia, si es adquirida o congénita y su duración.
  • Si hay pérdida o adelgazamiento de cabellos.
  • Hábitos y “cuidados capilares” (cepillado, moldeadores, planchas, tintes, mechas, alisados o rastas).
  • Cambios en la salud del adolescente, sobre todo en los últimos 3-4 meses, síntomas relacionados con enfermedad tiroidea, acné, dietas y, en el caso de mujeres, hirsutismo y alteraciones menstruales.
  • Medicación actual y la de semanas o meses antes del inicio.

La exploración de la superficie del cuero cabelludo:

  • Escamas, rojeces, inflamación, situación del ostium folicular, si este es visible, si contiene o no cabello, o si por el contrario ha desaparecido el ostium como ocurre con las alopecia cicatriciales.
  • Distribución de la alopecia, buscando las zonas de menor densidad.

Observación minuciosa del cabello: longitud, grosor, calibre, irregularidades en su forma (displasias).

En la actualidad, los estudios tricoscópicos ofrecen de una forma incruenta una información extraordinaria

En la actualidad, los estudios tricoscópicos ofrecen de una forma incruenta una información extraordinaria.

Exámenes complementarios, algunos muy simples como el test de tracción, que orientaría hacia una alopecia en actividad si tras “traccionar” un mechón de cabellos de la zona afectada entre el pulgar y el índice, se desprende un número significativo de unidades.

En ocasiones, estudios analíticos o incluso biopsia de cuero cabelludo.

Principales tipos de alopecia en la adolescencia

Efluvio telogénico

Los cien cabellos que aproximadamente se pierden a diario, obedecen a la sucesión de periodos de crecimiento de 3-4 años (anagen) » transición (catagen) » reposo (telogen) de 3 meses que configuran el ciclo folicular normal.

El efluvio telogénico surge al producirse una excesiva caída de cabellos en telogen debido a la anormalidad de este ciclo folicular(2) (Tabla II). Puede surgir de forma aguda, en cuyo caso, se producirá un trasvase abrupto y síncrono de al menos un 20% de los cabellos en anagen hacia telogen, con la consiguiente caída masiva de estos cabellos 2, 3 o 4 meses después de ocurrir el evento (efluvio telogénico agudo). Hablamos de efluvio telogénico crónico cuando el desencadenante es de menor intensidad, pero repetido o prolongado en el tiempo, y se producirá una caída persistente de más de 6 meses de duración.

El efluvio telogénico representa la causa más común de pérdida de cabello en la adolescencia

Representa la causa más común de pérdida de cabello en la adolescencia. Variable en intensidad, algunas formas pueden pasar desapercibidas mientras que otras requieren una rápida consulta, sobre todo de mujeres que se quejan de la caída de pelo “a puñados”, sin ser inusual que acudan con bolsas repletas de cabellos desprendidos que muestran asustadas a su interlocutor.

En la historia clínica se recogerán situaciones acontecidas en los 2-4 últimos meses. El examen del cuero cabelludo suele ser normal, sin áreas de baja densidad capilar. La documentación del número de cabellos desprendidos y el signo de tracción positivo con más de un 25% de cabellos en telogen puede ser útiles en el diagnóstico.

En la mayoría de ocasiones si el desencadenante no requiere corrección, sería suficiente con transmitir al paciente que el pelo irá recreciendo a lo largo de los siguientes meses. Si no se detecta en la anamnesis el hecho precipitante o se demora la ansiada mejoría, estaría indicado realizar una analítica que incluyera las causas recogidas en la Tabla II, sobre todo anemia ferropénica y enfermedad tiroidea.
La corrección de los déficits si los hubiera, debería llevar aparejado la recuperación de la alopecia.

Alopecia androgénica (AGA)

Para algunos adolescentes la alopecia androgénica se sitúa como una preocupación vital y en algunos casos es un diagnóstico impactante y psicológicamente devastador, ya que suele llevar implícito en todos los que lo padecen un aumento en los niveles de estrés, baja autoestima, disminuye la auto percepción de atractivo físico, se perciben como más envejecidos y menos seductores para el sexo opuesto

Suele iniciarse ya en la adolescencia esta forma de alopecia hereditaria y andrógeno dependiente, que constituye la forma de alopecia más frecuente en los adultos, afectando al 80% de los hombres y al 40% de mujeres en algún momento de su vida(3). Para algunos adolescentes se sitúa como una preocupación vital y en algunos casos es un diagnóstico impactante y psicológicamente devastador, ya que suele llevar implícito en todos los que lo padecen un aumento en los niveles de estrés, baja autoestima, disminuye la auto percepción de atractivo físico, se perciben como más envejecidos y menos seductores para el sexo opuesto(4). Es por ello, por lo que algunas guías de consenso de las AGA específicamente recogen consideraciones para este grupo de edad(5). En adolescentes(6) hay un predominio de varones sobre mujeres (35/8) y la edad media de inicio en ambos sexos es de 14,8 años. La patología dermatológica con la que suele asociarse es dermatitis seborreica y acné.

La AGA en varones se denomina MAGA (male androgenetic alopecia) y suele iniciarse entre los 15 y 25 años. El 15% de los adolescentes varones pueden presentar este proceso(4). Las formas más graves suelen presentar un inicio más precoz. Se han descrito casos de debut muy temprano, inclusive a los 7 años(1). En estas situaciones de inicio tan anticipado se aconseja una valoración por endocrinología pediátrica(5). Excepcionalmente se asocia a hiperplasia suprarrenal congénita(4).

La AGA femenina se denomina FAGA (female androgenetic alopecia) o FPHL (female pattern hair loss). Muestra dos picos de inicio: el que nos interesa entre los 15-25 años, también denominada FAGA pre menopáusica o en mayores de 50-55 denominada FAGA posmenopáusica.

Etiopatogenia

Varios factores implicados:

MAGA

  1. Hormonal. En varones genéticamente predispuestos, los andrógenos producen una miniaturización del cabello y acortamiento del anagen. Está implicada la enzima 5-alfa-reductasa, que transforma la testosterona en dihidrotestosterona que es la que actúa negativamente sobre el folículo piloso. Este hecho tiene implicaciones terapéuticas claves hoy día.
  2. Herencia. Se conocen hasta 200 genes implicados en la MAGA(3). El número de ellos involucrados se correlaciona con los patrones clínicos y la gravedad. Los adolescentes con MAGA muestran unos antecedentes familiares de alopecia en el 72,1%(6), mientras que en adultos oscila entre el 30,9 – 64,5%.
  3. Otros recientemente implicados como son la micro inflamación, alteraciones en las vías de las prostaglandinas o la Wnt-betacatenina(3).

FAGA

  1. Hormonal. Por una mayor sensibilidad en el folículo piloso a los andrógenos circulantes, bien estén normales o se encuentren elevados. En ocasiones es la expresión de un hiperandrogenismo, que en la adolescencia suele estar relacionado con un SOP (síndrome de ovario poliquístico).
  2. Genética, con herencia poligénica (genes del receptor de andrógenos, entre otros).

Clínica

Se expresa como disminución en la densidad de los cabellos, más que por caída incrementada. Ellos se notan “más entradas”. Y ellas puntualizan que “su coleta es mucho más delgada que antes” o que “el pelo les crece más fino a como lo hacía meses atrás”. Suelen encontrarse antecedentes familiares por parte de uno o ambos padres.

MAGA

Los síntomas en los adolescentes son menores que en los adultos. La pérdida de densidad, percibida en zona fronto temporal, coronilla e incluso parietal, tiene su origen en la miniaturización del cabello. Los folículos de zonas occipital y temporal están más respetados al ser menos sensibles al efecto del andrógeno.

Se diferencian determinados patrones clínicos(3):

  1. Patrón mediterráneo, el más frecuente en nuestro medio. Inicialmente se afectan zona frontal y coronilla que van confluyendo hacia área parietal. En algunos pacientes solo se afecta la coronilla.
  2. Patrón semita: participación preferente de región frontal con respeto a la coronilla.
  3. Patrón nórdico o anglosajón: afectación de entradas, parietal y coronillas, pero respeta mechón frontal.
  4. Forma difusa con participación frontal, parietal y coronilla. Y en estos casos, si mantiene la línea de implantación frontal, se denomina MAGA de patrón femenino.

Entre las clasificaciones que cuantifican el alcance de la MAGA se manejan habitualmente la escala de Norwood-Hamilton o la escala de Ebling(2).

En pacientes con inicio muy precoz de MAGA, existe un riesgo más elevado de desarrollar enfermedad coronaria, síndrome metabólico o hiperplasia benigna de próstata

El riesgo de desarrollar enfermedad coronaria, síndrome metabólico o hiperplasia benigna de próstata sería más elevado en pacientes con inicio muy precoz de MAGA(3). La hiperinsulinemia y las patologías insulino-resistentes asociadas como son obesidad, hipertensión y dislipemia podrían estar detrás de este riesgo aumentado(4).

FAGA

Lo habitual es respetar la línea de implantación a nivel de las entradas, refiriendo las pacientes como “que la raya del pelo se ensancha”, lo que ya está traduciendo el descenso de densidad en región fronto parietal. En ocasiones, la pérdida es más intensa en la zona anterior (pérdida de densidad triangular en región frontal o patrón “en árbol de navidad”) o la pérdida es generalizada, incluyendo zona occipital en algunos casos. La gravedad de la FAGE se mide por las escalas de Sinclair, Ebling y Ludwig(3).

Pueden asociarse otros rasgos de hiperandrogenismo como acné, hirsutismo, seborrea o trastornos menstruales, configurando el denominado síndrome SAHA (Seborrea, Acné, Hirsutismo, Alopecia).
En ellas no es infrecuente encontrar obesidad troncal o acantosis nigricans. En estos casos es importante descartar procesos que pueden implicar a largo plazo efectos nocivos para la salud tales como infertilidad y resistencia a la insulina. Y entre ellos se encuentran: síndrome de ovario poliquístico, hiperprolactinemia o hiperplasia suprarrenal congénita.

La alopecia androgénica femenina de patrón masculino, suele asociarse a patología suprarrenal o menopausia precoz. Si la aparición de este proceso es rápida deben descartarse la existencia de tumores productores de andrógenos

Se describe una forma de FAGA –M (alopecia androgénica femenina de patrón masculino) con delimitación precoz de entradas importantes. Su interés radica en la asociación a patología suprarrenal, menopausia precoz y si la aparición es rápida e intensa, a la existencia de tumores productores de andrógenos subyacentes (ováricos o suprarrenales).

La exploración clínica y tricoscópica suele ser suficiente para establecer el diagnóstico. Pero en aquellos casos que asocien síntomas de hiperandrogenismo, estaría indicado realizar estudios analíticos incluyendo determinación de hormonas(3) (testosterona, androstenediona, DHEA-S, LH, FSH, 17 -OH-progesterona y prolactina).

Tratamiento

Dado que la AGA es progresiva, el objetivo es frenar la progresión de la enfermedad y conseguir recuperación de los cabellos afectados. Las terapias deben mantenerse a largo plazo, ya que si no lentamente se iría perdiendo gran parte del efecto positivo conseguido.

Los únicos tratamientos aprobados en la mayoría de países para MAGA serían minoxidil tópico y el inhibidor de la 5 alfa reductasa finasteride 1 mg / día oral. Últimamente está ganando protagonismo el dutasteride 0,5 mg/ día oral dada la mayor efectividad y similar seguridad, aunque finasteride es el de elección en varones menores de 18 años(3). No obstante, su uso en adolescentes es excepcional.

Tanto en MAGA como FAGA adolescente, la base del tratamiento será el minoxidil disponible al 2 y al 5%. Este último con eficacia mayor, por lo que es preferido en varones. En las mujeres tanto al 2 como al 5% son eficaces y bien tolerados, con mayor eficacia al 5%, pero con mayor posibilidad de que cause hipertricosis facial reversible, en cuyo caso se bajaría la concentración. La dosis es de 1 ml, dos veces al día, sobre el cuero cabelludo seco y dejarlo actuar un mínimo de 1 hora. Al menos 12 meses son necesarios para evaluar su eficacia. Y habitualmente, si se suspende, se reactivará la pérdida de cabello.

En amplias series publicadas, incluyendo adolescentes, el uso de minoxidil oral en el control de la alopecia androgénica y otras formas de alopecia, está teniendo muy buenos resultados

En los últimos años está surgiendo con fuerza el uso de minoxidil oral como alternativa segura en el control de la alopecia androgénica y otras formas de alopecia. Amplias series publicadas(7), incluyendo adolescentes, así lo refieren con muy buenos resultados y excelente tolerancia. Como posibles efectos secundarios, siempre leves, se describe hipertricosis (15,1%), mareos (1,7%), edemas en extremidades inferiores (1,3%), taquicardia (0,9%), cefaleas (0,4%), edema periorbitario (0,3%) e insomnio (0,2%).
En el caso de mujeres, asociados a espironolactona(8). Si en la paciente con FAGA se confirma el hiperandrogenismo requerirá los tratamientos oportunos adecuadamente supervisados (pediatría-endocrinología-ginecología). El apoyo psicológico y medidas cosméticas capilares serán de ayuda, sobre todo en las adolescentes.

Alopecia Areata (AA)

Alopecia de base autoinmune, no cicatricial, que frecuentemente afecta a adolescentes. Puede asentar en cualquier área pilosa, pero en el 90% de casos los hace en el cuero cabelludo. Hasta un 30% de casos pueden asociar patología autoinmune. Su marcada visibilidad, conlleva un impacto negativo en la calidad de vida del adolescente que lo padece, por lo que recientemente se intentan establecer procedimientos fiables de medida del grado de afectación, la percepción de la misma por el paciente y sus expectativas frente a los posibles resultados terapéuticos(9).

Etiopatogenia(10)

Factores autoinmunes. El arsenal inflamatorio con linfocitos T CD8+, T CD4+, macrófagos, etc. desatan la cascada inflamatoria que detiene el anagen folicular, pero respetando una zona critica, la región de las células madre de la protuberancia, explicándose de esta forma el carácter no cicatricial de la AA. Parece que la sobreexpresión de la vía JAK-STAT favorecería la pérdida del privilegio autoinmune.

Factores genéticos. Un 10-20% de los pacientes presentan antecedentes familiares de AA.

Factores ambientales. Situaciones de estrés, factores infecciosos, hormonales o dietas actuarían como factores desencadenantes. Se buscan relaciones con la microbiota intestinal(11).

Clínica

La alopecia areata está formada por placas, una o múltiples, de aparición súbita, de bordes nítidos, sin signos inflamatorios, y ante mínimas tracciones los cabellos se desprenden fácilmente

Placas de alopecia, una o múltiples, de aparición súbita, de bordes nítidos, sin signos inflamatorios ni descamación, en cuyos bordes los cabellos aparentemente sanos se desprenden con facilidad ante mínimas tracciones. En los límites de la placa se suelen encontrar los típicos “pelos peládicos” o en “signo de admiración”. Suelen ser asintomáticas, aunque algún paciente podría referir previo a la aparición de las placas, prurito leve, escozor o tricodinia.

Se diferencian diversas formas clínicas según número de placas, localización y extensión (Tabla III).

El curso clínico es variable e impredecible, ya que son formas dinámicas, pudiendo evolucionar de placas únicas a múltiples y/o extensas. Un 5% de los pacientes pueden llegar a formas totales o universales. Pero en el otro extremo, la repoblación espontánea se recoge en el 40% de los casos leves.

Casi un 50% de los adolescentes con AA suelen mostrar repercusión sobre la lámina ungueal, diferente según la intensidad del proceso. Lo más frecuente, el piqueteado de la lámina. En ocasiones se aprecia lúnula eritematosa o moteada. Hasta un 12% pueden presentar traquioniquia que conlleva un aspecto rugoso de la uña causado por multitud de estriaciones longitudinales.

Alrededor del 7% de los pacientes tienen una mayor incidencia de procesos autoinmunes, tanto a nivel personal como familiar (Tabla IV). La AA total y universal son las formas que frecuentemente se han asociado a enfermedad tiroidea y dermatitis atópica. En el síndrome de Down la incidencia de AA es más alta que en la población normal: el 6% de los pacientes con S. Down desarrollarán AA, y de ellos, el 50% formas graves de tipo alopecia total o universal.

Hallazgos de mal pronóstico serían el inicio precoz en la infancia, las formas de AA universal, total y ofiásicas, así como la evolución mayor de 1 año, la presencia de cambios ungueales, las enfermedades tiroideas asociadas y la existencia de antecedentes familiares de AA.

Los estudios complementarios se orientarán según la sintomatología acompañante del paciente, con el fin de descartar enfermedades autoinmunes asociadas. En cualquier caso, incluso en ausencia de sintomatología, sí debería descartarse patología tiroidea mediante estudio analítico.

En relación con la alopecia areata, ningún tratamiento es capaz de alterar el curso natural de la enfermedad, pero sí disponemos de alternativas capaces de obtener en muchos pacientes la repoblación capilar. La dificultad estriba en cómo evitar la recaída una vez se retiren los medicamentos

Tratamiento

Ningún tratamiento es capaz de alterar el curso natural de la enfermedad, pero sí disponemos de alternativas capaces de obtener en muchos pacientes la repoblación capilar. La dificultad estriba en como evitar la recaída una vez se retiren los medicamentos.

Estas pautas se establecen de forma individualizada en cada caso en función de la edad, extensión y evolución de la enfermedad, percepción del paciente sobre su enfermedad y sin olvidar la no infrecuente repoblación espontánea. Es clave considerar las expectativas particulares de cada paciente frente a los distintos procederes terapéuticos(12).

Son diversas las alternativas disponibles(10):

  • Tratamientos tópicos: corticoides, minoxidil, antralina, análogos de las prostaglandinas.
  • Corticoides intralesiones sobre todo acetónido de triamcinolona en diferentes diluciones.
  • Inmunoterapia con sensibilizantes tópicos fundamentalmente con difenciprona.
  • Medicación sistémica: corticoides orales, inmunosupresores (ciclosporina, metotrexato y azatioprina) y la prometedora terapia anti JAK (tofacitinib, ruxolitinib, baricitinib)(13,14).
  • Otros como fotoquimioterapia, crioterapia, láser de excímeros, terapia fotodinámica…
  • Tratamientos cosméticos del tipo micropigmentación, sistemas de integración capilar, sistemas capilares fijos FAS, prótesis capilares.

Parece aceptado que el tratamiento de primera línea para adolescentes con AA en placas múltiples en extensión menor del 30-50% del cuero cabelludo serían las infiltraciones intralesionales de corticoide(1), que se sustituirían por corticoides tópicos de alta potencia, en aquellos que no toleren las inyecciones. En extensiones mayores la inmunoterapia de contacto parece ser la mejor opción.

Alopecias traumáticas

La alopecia por tracción(15) se produce por un daño físico permanente sobre el tallo capilar y tiene gran relación con hábitos estéticos, culturales o religiosos en determinadas etnias (peinados a excesiva tensión, turbantes “compresivos”…). Ciertas técnicas de peluquería puedan dañar el cabello.
Así actuarían la utilización de secadores de calor que hacen literalmente “hervir” el cabello, apareciendo “burbujas de aire” en su interior, y produciendo una inevitable fragilidad; o las técnicas impuestas en cada momento por la moda, el peinado afro, el trenzado completo del cabello, el hábito de peinados tensos, que implican una tracción mantenida durante horas, sobre todo en las zonas marginales del cuero cabelludo, y que a la larga condicionarán un auténtico arrancamiento de los mismos. En todos los casos descritos, se podrán detectar áreas de alopecia difusa, con cabellos troceados, y que suelen mejorar en el momento que damos tiempo a la recuperación capilar. En fases avanzadas, estas formas de alopecia son irreversibles.

El arrancamiento compulsivo del pelo de forma reiterativa o tricotilomanía se puede producir de una forma inconsciente, en forma de tics. Pero muchos de estos pacientes se encuentran sometidos a una tensión emocional, o tienen un estado de agresividad reprimida. En otros ocurre de una forma consciente, utilizando este mecanismo para llamar la atención por algún problema de índole psicológico latente o en el caso de situaciones de tensión emocional extrema

Entendemos por tricotilomanía(16) el arrancamiento compulsivo del pelo de forma reiterativa, habitualmente del localizado en el cuero cabelludo, pero no infrecuentemente en otra localización, que da lugar, con el tiempo, a pérdida perceptible del pelo. Se puede producir de una forma inconsciente, en forma de tics, en el que el adolescente tira del pelo y lo retuerce alrededor del dedo, por ejemplo, en un intento de conciliar el sueño, al ver la televisión o cuando está leyendo. Otros recurren a variados “procederes” tales como torcimientos del pelo, tracción directa, arrugamiento… Muchos de estos pacientes se encuentran sometidos a una tensión emocional, o tienen un estado de agresividad reprimida. Esta tensión suele ser máxima en el momento inmediatamente anterior al arrancamiento y se relaja tras producirse el mismo, hecho que produce sensación de bienestar o gratificación. En otros pacientes ocurre de una forma consciente, utilizando este mecanismo para llamar la atención por algún problema de índole psicológico latente o en el caso de situaciones de tensión emocional extrema, como norma, negando tozudamente que se toquen el cabello. Todo este proceso, por una u otra vía, causa malestar, deterioro social y disturbios en el normal desarrollo de la actividad del adolescente.
A la exploración clínica se aprecian placas de alopecia “antinaturales”, habitualmente localizadas en el cuero cabelludo, sobre todo áreas fronto parietales, mal delimitadas, donde se entremezclan cabellos de diferentes tamaños. La piel subyacente es normal y sin dermatosis aparente. El pelo de repoblación no es tan suave, claro ni lanugoso como en la alopecia areata, sino fuerte, recio, de diferentes longitudes lo que hace que al frotar la placa, esta tenga un aspecto áspero y duro. La morfología de las placa es más artefacta que en las alopecias areatas, con bordes más rectos y formaciones angulosas. Curiosamente, algunas áreas aparecen respetando zonas que pueden “camuflarse” según el paciente lo desee, pudiendo pasar prácticamente desapercibidas. A estas formas tan peculiares en morfología corresponde la llamada “alopecia tonsurante”, en la que queda indemne una hilera de pelos que son los que bordean toda la zona de cuero cabelludo.

Sobre esta exploración tan característica, una anamnesis detallada será fundamental en el diagnóstico del proceso. El reconocimiento del propio paciente o la observación de sus padres será suficiente como para confirmar la sospecha. El enfermo puede repetir en nuestra presencia el mismo “tic” que produce la alopecia y confirmarnos en que momento lo realiza: al conciliar el sueño, al encontrarse nervioso… El pelo suele aparecer suelto en la zona donde se ha producido el arrancamiento, en la cama, en su habitación… En el segundo caso, cuando el paciente realiza la maniobra, pero no acepta “su autoría”, es más complicado el diagnóstico, ya que a su negativa sobre nuestra sospecha, se une el asombro o incredulidad de sus padres ante nuestra aseveración, reacción violenta en ocasiones, a pesar de estar sólidamente justificada.

Otras formas de alopecia en adolescentes

El nevus sebáceo de Jadasshn, se presenta desde el nacimiento como un nódulo amarillento o una pla­ca sin pelo, rugosa, en cuero cabelludo o zonas contiguas tales como frente o cuello

Algunas malformaciones congénitas son capaces de producir alopecia. Tal es el caso del denominado Nevus sebáceo de Jadasshn. Se presenta desde el nacimiento como un nódulo amarillento o una placa sin pelo, rugosa, en cuero cabelludo o zonas contiguas tales como frente o cuello. Se compone de glándulas sebáceas hamartomatosas y folículos pilosos abortivos. A continuación, con la pérdida del efecto de las hormonas maternas durante los primeros meses de la vida, la lesión suele aplanarse rápidamente y perder su color característico. Durante la infancia, es una placa alopécica, redondeada, oval, irregular o lineal, más o menos sinuosa o incluso zoniforme. Alrededor de la pubertad se vuelve papilomatosa, verrugosa y amarillenta (Figura 1). Con el paso de los años, pueden desarrollar en superficie otras lesiones habitualmente de naturaleza benigna (siringocistoadenoma papilifero, siringomas…).
La escisión preventiva a partir de la pubertad, sería lo deseable si la localización y el tamaño del nevus y las características del paciente lo permitieran.

Las alopecias infecciosas en los adolescentes suelen manifestarse como alopecias en placas con signos inflamatorios y posible componente cicatricial. En las piodermitis el folículo piloso puede verse implicado en infecciones producidas por gérmenes piógenos; estafilococo el más frecuente, pero no el único. Si la afectación es superficial, a nivel del ostium folicular –foliculitis superficial-, no repercutirá sobre el crecimiento capilar. No así si la participación, por su virulencia, condiciona una necrosis folicular, que habitualmente afecta simultáneamente a varios folículos –forúnculo o ántrax-. La resolución cicatricial del cuadro conlleva el riesgo implícito de alopecia. El manejo de antisépticos o antibióticos tópicos suele ser suficiente para la resolución de las formas superficiales. En el caso de las profundas, considerar el uso de antibióticos vía oral. En los casos recurrentes o excepcionalmente intensos o graves, descartar la presencia de factores desencadenantes: falta de higiene, diabetes, nutrición inadecuada…

Por su parte en la tinea capitis se produce una parasitación del cuero cabelludo por hongos dermatofitos, con capacidad para digerir la capa córnea, por lo que también pueden afectarse uñas y piel. En general, producidas por dermatofitos pertenecientes a tres géneros: Trychophyton, Microsporum y Epidermophyton. Puede ser consecuencia de contactos interpersonales, contacto con animales y excepcionalmente por contacto a través de hongos geófilos procedentes de la tierra. Las formas animales –dermatofitos zoófilos-, suelen ser las que producen las formas más inflamatorias. Cuando el dermatofito llega al folículo piloso parasita toda su queratina, la digiere, tornándose entonces el pelo notoriamente frágil y quebradizo. Esto conlleva una fácil rotura y la consiguiente alopecia.

 

PATOLOGÍA UNGUEAL EN LA ADOLESCENCIA

Los cambios físicos, psicológicos, sociales o de costumbres que traen aparejados la transición por la adolescencia pueden tener, por sorprendente que parezca, una repercusión marcada a nivel de la unidad ungueal. En muchos casos la actividad física intensa, con deportes que llevan implícitos traumatismos sobre la unidad ungueal de una forma más o menos directa; cuidados cosméticos ungueales compulsivos; uso de calzado que favorece el traumatismo ungueal; situaciones de angustia, estrés, nerviosismo que toman como víctima de “desahogo” la lámina ungueal o los tejidos circundantes. Todo ello configura un variado grupo de onicopatías(17) de las cuales algunas son muy propias de esta etapa vital.

Cambios ungueales relacionados con traumatismos/agresiones externas

Hematoma subungueal

La aparición súbita de una pigmentación intensamente oscura en la lámina ungueal en un adolescente, suele relacionarse con el antecedente de traumatismo que explique la formación de un hematoma subungueal. Rara vez hace pensar en tumoraciones melanocíticas subungueales

La aparición súbita de una pigmentación intensamente oscura en la lámina ungueal en un adolescente, suele relacionarse con el antecedente de traumatismo que explique la formación de un hematoma subungueal. Rara vez hace pensar en tumoraciones melanocíticas subungueales. Si la sospecha clínica es muy clara la conducta expectante suele ser suficiente, comprobando como la pigmentación se va eliminando distalmente (Figura 2). En otros casos, sin dicho antecedente y en un contexto concreto (antecedentes familiares de melanoma, nevus displásicos), puede ser aconsejable adoptar una actitud más intervencionista, pero conservadora, mínimamente invasiva, sin recurrir a extirpaciones innecesarias.

Uña encarnada del primer dedo del pie u onicocriptosis

La lámina ungueal se enclava en los pliegues ungueales laterales, creando una inflamación dolorosa. Son más comunes en los adolescentes varones y son precipitadas por el corte inapropiado de las uñas en los bordes, zapatos muy ajustados, traumatismos, mala higiene y la hiperhidrosis inducida por el calzado deportivo(18). La humedad condicionada por la hiperhidrosis, ablanda la uña, se facilita su rotura y la formación de pequeñas áreas que actúan como lancetas que se clavan en el tejido blando periungeal. Puede aparecer tejido de granulación con exudado, sangrado e infección secundaria. Todo ello condiciona dolor y dificulta alguna de las actividades diarias y participación en actividades recreativas y deportivas.

Retroniquia

En la retroniquia los pacientes se quejan de dolor localizado a nivel ungueal y dificultad al andar, observándose un pliegue ungueal proximal eritematoso, tumefacto y edematoso. Se han descrito como causas: el uso de calzado muy ajustado, práctica de danza o jogging y traumatismo localizado

Los pacientes se quejan de dolor localizado a nivel ungueal y dificultad al andar, observándose un pliegue ungueal proximal eritematoso, tumefacto y edematoso(19). Se aprecia una lámina ungueal proximal decolorada, amarillenta y que característicamente, frena su crecimiento. Puede apreciarse tejido de granulación bajo las cutículas. Se han descrito como causas: el uso de calzado muy ajustado, práctica de danza o jogging y traumatismo localizado. El daño matricial puede acarrear distrofia ungueal permanente. La hipótesis etiopatogénica implica a micro traumatismos repetidos, que interrumpen la continuidad entre matriz ungueal y lámina ungueal, similar a la onicomadesis. La nueva lámina, creciendo desde la matriz, empujaría hacia arriba la antigua, que se enclavaría en el pliegue ungueal produciendo la inflamación e interrumpiendo el crecimiento longitudinal de la lámina (Figura 3).

Tics

Corresponden movimientos compulsivos que son difíciles, sino imposibles de controlar voluntariamente. En la adolescencia son muy frecuentes aquellos que tienen como objeto la compulsión de la unidad ungueal. Entre ellos están la distrofia canalicular media, onicofagia y onicotilomanía.

Distrofia canalicular media

También denominada onicodistrofia canaliforme de Heller o solenoniquia. De forma característica, se observa la aparición progresiva y asintomática, en la línea media ungueal, de un surco que se extiende desde la cutícula hasta el borde libre de la uña. Se observan fisuras oblicuas milimétricas e intermitentes, que se extienden a partir del defecto central, dando una apariencia de abeto, pluma o árbol de navidad y con ángulos hacia atrás. Con los meses o años evoluciona a una depresión canaliforme de tamaño notable, pudiendo recorrer toda la longitud de la uña. Si la alteración es importante, puede llegar a afectar a todo el grosor ungueal, incluso produciendo una fractura ungueal. Con el tiempo adquiere una coloración entre amarillo y marrón claro. Es frecuente que se afecten de forma simétrica los dedos pulgares (Figura 4).

Tiene su origen en micro traumatismos de repetición que pueden acompañarse de inflamaciones e infecciones crónicas en la región de pliegue proximal y consiguientemente área de la matriz. En la adolescencia, pueden ser expresión de situaciones de ansiedad o estrés que se concretan en tics lesivos sobre la zona cuticular y matricial. En jóvenes adolescentes femeninas, el arreglo “compulsivo” de las cutículas empujando las cutículas de los pulgares hacia atrás, puede desencadenar las alteraciones. Si la causa son micro traumatismos de repetición sobre la matriz ungueal, se observará una inflamación subaguda o crónica asintomática, muy característica en los tejidos periungueales, sobre todo en el pliegue proximal (perionixis). La distrofia en sí misma suele ser asintomática, salvo si hay afectación inflamatoria de los pliegues, en cuyo caso podría el paciente referir dolor pulsátil o ardor en la zona. El cuadro es recuperable si se controla el hábito.

Onicofagia

Es una forma de traumatismo ungueal muy frecuente en la adolescencia. Dos picos de incidencia: en la infancia entre los 7 y 10 años (33% de niños en ese grupo de edad) incrementándose de nuevo durante la adolescencia (45% de los adolescentes) y se reduce al 25% en los estudiantes universitarios y más aún en los adultos. En ocasiones no es sino una costumbre o rutina adquirida. Se relaciona con altos niveles de estrés, ansiedad, baja autoestima, y puede asociarse con el trastorno obsesivo compulsivo. Más allá de las consecuencias estéticas, la repetición compulsiva del hábito puede llevar, por daño en la matriz a uñas de crecimiento anómalo, decoloradas, con surcos transversos. Las complicaciones no son infrecuentes, sobre todo si se agrede la cutícula o el repliegue periungueal.

La onicofagia se relaciona con altos niveles de estrés, ansiedad, baja autoestima y puede asociarse a trastorno obsesivo compulsivo. La repetición compulsiva de este hábito produce daño en la matriz de las uñas de crecimiento anómalo, decoloradas con surcos transversos

Onicotilomanía

Al hábito de morder las uñas puede asociarse la costumbre de traumatizar las láminas ungueales o tejidos periungueales, mordiéndolos o raspándolos con diferentes objetos.

Onicolisis. Es la separación de la parte distal de la lámina del lecho ungueal y puede tener múltiples orígenes: traumatismos, inflamaciones (psoriasis, liquen), infecciones (micosis). En adultos se ha relacionado con diversos procesos sistémicos, formas idiopáticas y toma de fármacos, no claramente documentados en la edad pediátrica. En la adolescencia su origen ha de encaminarse más hacia los traumatismos localizados. Las formas de onicolisis de varios dedos de la mano se han descrito asociadas a la frecuente exposición al agua o humedad relacionadas en ocasiones con actividades de recreo.

Onicomadesis. Es el desprendimiento de la lámina ungueal y complicación común de los traumatismos ungueales.

El pulgar de PlayStation 3, también denominado PlayStation thumb o Nintendo thumb, es el resultado del daño por presión repetitiva causado por el juego excesivo con videoconsolas. Algo similar ocurre en el llamado pulgar de teléfono móvil (cell phone thumb), por manejo compulsivo de esa parte de la anatomía en relación con el irrefrenable incremento de escribir textos en el móvil. Los pulgares pueden llegar a doler, pueden aparecer ampollas en los pulpejos, micro hemorragias, hiperqueratosis en los laterales de los dedos y, a nivel ungueal, onicolisis, todo ello como resultado del micro trauma continuo y repetido.

Dermatitis de contacto por esmaltes de uñas

El aumento del uso de esmaltes de uñas semipermanente constituye la primera causa de sensibilización a los acrilatos

Dentro de la cosmética ungueal el aumento del uso de esmaltes de uñas semipermanente ha sido tal, que ya se puede considerar que este tipo de esmaltes constituyen la primera causa de sensibilización a los acrilatos, ya que se encuentran muy representados en este tipo de esmaltes. La dermatitis o eccema alérgico por estos esmaltes suele aparecer en las zonas donde se ha aplicado el esmalte (pulpejo y zona periungueal), pero además, se puede producir en otras localizaciones por la transferencia con los dedos, como son los párpados o la zona dorsal de las manos. Son lesiones exudativas que producen mucho picor y pueden llegar a cronificarse produciendo incluso dolor. Este tipo de síntomas se pueden producir tanto en profesionales sin la formación y protección adecuada, como en las usuarias de este tipo de técnicas de belleza, muchas de ellas jóvenes adolescentes. Para el diagnóstico de este tipo de alergia, habrá que realizar una correcta historia clínica y exploración (Figura 5). Posteriormente, se realizarán pruebas epicutáneas con diferentes acrilatos. Una vez que se desarrollan las lesiones, uno de los pilares principales y fundamentales del tratamiento es la evitación. Según la intensidad de los síntomas, pueden resolverse en unos meses de forma espontánea – si son leves – o precisar tratamientos con corticoides tópicos, entre otras medidas – en los casos moderados y graves -. Habrá que tratar, si las hubiese, las complicaciones asociadas, como pueden ser las infecciones.

Los especialistas alertan de que el aumento de este tipo de técnicas, que contienen acrilatos, está favoreciendo una mayor incidencia de dermatitis y eccemas alérgicos que se espera aumenten más en los próximos años. Las adolescentes usuarias de este tipo de esmaltes, deben conocer que no se debe mantener más de 3-5 meses, con descanso de al menos un mes

Los especialistas alertan de que el aumento de este tipo de técnicas que contienen acrilatos está favoreciendo una mayor incidencia de dermatitis y eccemas alérgicos que se espera aumenten más en los próximos años. El peligro de la sensibilización por este tipo de técnicas no queda ahí ya que existe una reactividad entre algunos acrilatos, habiéndose llegado a describir rechazos de prótesis y dermatitis por empastes en pacientes que se habían sensibilizado a estos materiales tras el uso de técnicas de belleza. Las adolescentes usuarias de estos esmaltes deberían conocer que este tipo de uñas no debería mantenerse más de 3-5 meses con un intervalo de descanso de al menos 1 mes, ya que es común el adelgazamiento de la lámina ungueal y alteraciones en la coloración de la uña como resultado de un mantenimiento incorrecto y el frecuente limado. Debe aplicarse crema protectora en la piel de debajo para que actúe como barrera protectora sin olvidar no tocar nunca el esmalte sin asegurarse el secado del mismo.

Tumores ungueales en la adolescencia

Los fibromas periungueales o subungueales (tumores de Koenen)

Son la manifestación ungueal más importante de la esclerosis tuberosa en la infancia-adolescencia. Constituyen un criterio diagnóstico principal y una preocupación notable para los pacientes como resultado del dolor y de la alteración ungueal que produce. Suelen aparecer en la pubertad y aumentar en número y en tamaño con la edad. Se manifiestan como pequeñas lesiones redondeadas que emergen de los pliegues lateral o proximal y que en los pies tienden a aplanarse por el calzado. De color rosado, consistencia blanca, superficie fina y brillante, aunque el vértice puede ser discretamente queratósico.

Los localizados en el pliegue proximal suelen acompañarse de un surco o depresión longitudinal en la lámina, fruto de la compresión sobre las células matriciales ungueales (Figura 6). Si el fibroma es incipiente, solo puede apreciarse el surco longitudinal que induce por presión. Más raramente se localizan en el lecho ungueal originando el despegamiento de la lámina. Son más frecuentes en los dedos de los pies que en los de las manos. El hallazgo de un fibroma periungueal, obliga a poner en marcha una minuciosa exploración para detectar otras alteraciones cutáneas de esclerosis tuberosa.

El quiste mixoide o mucoide digital

Se presenta como una neoformación pseudo quística (ya que realmente no tiene cápsula), blanda, de superficie brillante, en cuyo interior se deposita un líquido viscoso o gelatinoso de color cristalino (Figura 7), localizada habitualmente en el dorso de los dedos a nivel de la articulación interfalángica distal, con la que suelen mantener comunicación, y en la base de las uñas. Más frecuente en dedos de manos que en pies. Por lo general, tienden a deformar la uña al causar un surco o depresión en la misma, más o menos profundo, según la cantidad del material mucinoso extravasado, y más o menos largo, en base a la duración de la compresión del quiste sobre la matriz ungueal. A veces, estos quistes también pueden desarrollarse dentro del lecho ungueal. Aunque se denominan “quistes”, realmente se podrían catalogar como pseudo quistes ya que no poseen un epitelio que los recubra. Suelen aparecer como lesión aislada, con un diámetro que abarca desde los pocos milímetros hasta superiores al centímetro cuadrado. Habitualmente son asintomáticos, pero ocasionalmente, y en función del tamaño alcanzado, podrían producir molestias locales. Relativamente frecuente en adolescentes, pero en ello casi siempre en dedos de pies y habitualmente ligado al mecanismo traumático local, y con menor frecuencia asociados a patología articular.

El diagnóstico es eminentemente clínico y no existen pruebas particulares para diagnosticar estos quistes. En ocasiones, y si el tamaño de la lesión o la repercusión sobre las estructuras adyacentes así lo aconsejan, se pueden realizar estudios de imágenes en forma de radiología convencional, tomografía computarizada o una resonancia magnética para observar las estructuras adyacentes en busca de cualquier tipo de daño causado por los quistes.

Cambios en la superficie de la lamina ungueal

Los hoyuelos o pits o piqueteado ungueal (pitting)

Los hoyuelos o pits o piqueteado ungueal (pitting) están ocasionados por un defecto de la queratinización. Muy típicos, aunque no patognomónicos de psoriasis ya que se encuentran asociados a alopecia areata, liquen ungueal o formas idiopáticas,
entre otras

Están ocasionados por un defecto de la queratinización. Principalmente los encontramos en uno o más dedos de las manos y es más raro en los dedos de los pies. Aunque su asociación más habitual es con la psoriasis (61,8% de niños-adolescentes con psoriasis lo pueden presentar), no es patognomónico de psoriasis ya que se encuentran asociados a diversas situaciones (alopecia areata, liquen ungueal…), incluyendo de forma excepcional, piqueteado uniforme en la totalidad de todas las láminas ungueales las formas idiopáticas(25).

Se ha querido correlacionar el número de pits con la enfermedad asociada. Así, menos de 20 no sería específico y se apreciaría fundamentalmente en situaciones ajenas a la psoriasis. De 20 a 60 serían muy sugestivos de psoriasis y sería improbable encontrar más de 60 pits en ausencia de psoriasis.

En cuanto a la forma (Figura 8), los irregulares y profundos se asocian a psoriasis, mientras que los más finos y de formas más geométricas (líneas longitudinales o transversas) son más característicos de alopecia areata; el piqueteado más tosco o grosero sería más indicativo de cambios eczematiformes.

El hallazgo más característico de la psoriasis ungueal fuera de edad adulta son los pits ungueales, seguidos en frecuencia por la hiperqueratosis subungueal con onicolisis y ya a mayor distancia, leuconiquia, decoloración en mancha de aceite a nivel del lecho ungueal, surcos de Beau, surcos longitudinales, adelgazamiento de la lámina, hemorragias en astilla y en casos severos, distrofia ungueal.

Los pits de la psoriasis típicamente son amplios y profundos; irregulares en su forma y en su distribución. Cuando se estudian por separado uñas de las manos y de los pies se comprueba como los pits son el rasgo más característico de las uñas de manos, mientras que la onicolisis e hiperqueratosis subungueal (o engrosamiento ungueal) lo son de los dedos de los pies. En cuanto a los dedos afectos, no hay predilección por ningún dedo de la mano, mientras que el primer dedo del pie se afecta el doble que los demás. Quizás se explique por la alta frecuencia de traumatismos repetidos en ese primer dedo.

La mayoría de niños-adolescentes con artritis psoriásica asocian marcado piqueteado, cuya severidad no marca el pronóstico, al contrario de lo que se observa en los adultos. La íntima relación anatómica entre la matriz ungueal y la articulación de la falange distal, explicaría por qué la psoriasis, que al fin y al cabo no es sino una inflamación, podría asentar simultáneamente en ambas estructuras, aunque la presencia de afectación ungueal no es predictiva de futura artritis psoriásica.

Es por todo ello que la evaluación del significado de un piqueteado ungueal debe incluir una minuciosa historia clínica personal y familiar, búsqueda de cualquier signo incipiente de psoriasis, síntomas articulares, historia de atopia, pérdida de pelo, etc.

Cambios en la coloración de la lámina ungueal

La melanoniquia longitudinal o melanoniquia estriada se define como una banda pigmentada negra o marrón que se extiende desde la matriz ungueal a lo largo de toda la lámina. Puede ser solitaria o múltiple. En términos generales, la solitaria es más sospechosa de malignidad

La melanoniquia longitudinal o melanoniquia estriada

Se define como una banda pigmentada negra o marrón que se extiende desde la matriz ungueal a lo largo de toda la lámina (Figura 9).

Puede ser solitaria o múltiple. En términos generales, la solitaria es más sospechosa de malignidad.
El primer dedo de la mano es el más frecuentemente afecto, seguido del índice y del primer dedo del pie. Su color puede variar desde el marrón, gris o negro.

Su origen es la presencia de pigmento melánico, con el consiguiente depósito en la lámina ungueal, producido bien por activación de los melanocitos existentes en la matriz o por hiperplasia melanocitaria. En el primer caso, la activación melanocitaria surge como resultado de una estimulación funcional de los melanocitos existentes, sin incremento en el número de los mismos, facilitada por diferentes desencadenantes. En el segundo caso, lo más habitual en la infancia-adolescencia, el aumento de la población melanocitaria es el responsable de la banda pigmentaria. En el caso de los nevus es habitual asisitir a un progresivo clareamiento de la lesión debido al descenso en la producción de la melanina. Estas alteraciones pigmentarias ungueales en el niño-adolescente conllevan siempre preocupación, con la sombra del melanoma ungueal siempre acechando… quizás injustificadamente si se compara con lo acontecido en la edad adulta.

 

Tablas y figuras

Tabla I. Alopecia en la adolescencia

TIPOS

NO CICATRICIAL

CICATRICIAL

COMUNES

  • Efluvio telogénico
  • Alopecia androgénica

(masculina y femenina)

  • Alopecia areata

POCO FRECUENTES

  • Alopecia por tracción (precoz)
  • Tinea capitis
  • Tricotilomanía
  • Tricorrexis nodosa
  • Alopecia por tracción (avanzada)
  • Tinea capitis (kerion severo)
  • Acné queloideo de la nuca
  • Lupus eritematoso discoide

INFRECUENTES

  • Foliculitis decalvante
  • Celulitis disecante

CAUSAS

GENÉTICAS

  • Displasias pilosas de expresión en la adolescencia
  • Alopecia androgénica

HORMONALES

  • Hiperandrogenismos en la época de la adolescencia
    (“fisiológicos” o patológicos)
  • Alteraciones tiroideas

ENFERMEDADES

  • Infecciosas: tiña capitis, foliculitis
  • Deficitarias: hierro, vitamina B12 y B6, acido fólico…
  • Sistemicas: autoinmunes, inflamatorias, oncológicas

ESTRÉS

  • Alopecia areata

ALIMENTACIÓN

  • Déficit en la dieta de minerales: azufre, cobre, magnesio, vitaminas,
    biotina, proteínas

HÁBITOS DE CUIDADOS DEL CABELLO

  • Excesivo peinado
  • Uso abusivo de planchas, secador
  • Exceso de tintes o productos químicos
  • Peinados “tirantes” con tracción continua

 

Tabla II. Causas de efluvio telogénico en la adolescencia

1. EFLUVIO TELOGÉNICO AGUDO

  • Enfermedad aguda, sobre todo con fiebre alta
  • Grandes traumatismos o cirugías
  • Pos embarazo
  • Dietas
  • Exposición solar

2. EFLUVIO TELOGÉNICO CRÓNICO

  • Anemia ferropénica
  • Enfermedad tiroidea (hiper o hipo)
  • Malnutrición o malabsorción

Trastornos de alimentación

Enfermedad celiaca

  • Enfermedad crónica

LES

Deficiencia de zinc

Sífilis

3. EFLUVIO EN RELACIÓN CON MEDICAMENTOS (al introducirlos o al retirarlos)

  • Anticonceptivos orales
  • Isotretinoína
  • Terbinafina
  • Anticonvulsivantes
  • Litio
  • Cimetidina

 

Tabla III. Formas clínicas de alopecia areata

AA EN PLACA ÚNICA

Placa solitaria. Buen pronóstico

AA EN PLACAS MÚLTIPLES O MULTIFOCAL

Como placas aisladas o placas confluentes

AA TOTAL

Se pierde todo el cabello de cuero cabelludo

Respeta cejas, pestañas y vello corporal

AA UNIVERSAL

Afectación de todo el cabello y vello corporal

AA DE LA BARBA

Forma frecuente de debutar los varones adolescentes

Vigilar sobre todo en los primeros 12 meses su extensión hacia cuero cabelludo

AA DE CEJAS Y/ PESTAÑAS

A veces como afectación exclusiva

AA OFIÁSICA

Afecta la línea de implantación de cabello de regiones occipital y temporal

Asociada a escasa recuperación

AA SISAIFO

Inversa a la ofiásica

Alopecia total excepto en la zona ofiásica

AA INCÓGNITA O DIFUSA

Caída aguda, difusa, sin expresar placas

Predominio femenino y buen pronóstico

AA SELECTIVA DE CABELLO PIGMENTADO

Cae el cabello pigmentado y se mantiene intacto el cabello canoso

 

Tabla IV. Asociaciones en la Alopecia Areata

I. PROCESOS AUTOINMUNES

  • Tiroiditis de Hashimoto
  • Hipertiroidismo
  • Hipotiroidismo
  • Vitíligo
  • Psoriasis
  • Lupus eritematoso sistémico
  • Hipoparatiroidismo
  • Diabetes mellitus
  • Miastenia gravis
  • Timoma
  • Gastritis crónica atrófica
  • Anemia perniciosa
  • Esclerodermia
  • Enfermedad de Addison

II. ALTERACIONES CUTÁNEAS

  • Cambios ungueales
  • Dermatitis atópica

III. ALTERACIONES ANALÍTICAS

  • Anticuerpos antitiroideos
  • Anticuerpos antimicrosomiales
  • Anticuerpos antitiroglobulinas
  • Anticuerpos antimúsculo liso
  • Anticuerpos antiparietales de mucosa gástrica

 

Figura 1. Alopecia por nevus sebáceo de Jadassohn

Figura 2. Hematoma subungueal

Obsérvese el desplazamiento distal con el paso tiempo

 

Figura 3. Retroniquia

Figura 4. Distrofia canalicular media

 

Figura 5. Dermatitis de contacto por esmaltes semipermanentes

Figura 6. Fibroma periungueal (tumores de Koenen)

Obsérvese el surco lineal en la lámina ungueal

 

Figura 7. Quistes mixoide digital

Obsérvese el material mucinoso evacuado tras punción

 

Figura 8. Pits o piqueteado ungueal

Forma y distribución según patologías

 

Figura 9. Melanoniquia longitudinal solitaria

Nevus melanocítico ungueal

 

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Visión, exploración (agudeza visual, miopía, hipermetropía, sistema motor ocular, traumatismos, fondo de ojo). Alteraciones más frecuentes en el adolescente


 

Visión, exploración (agudeza visual, miopía, hipermetropía, sistema motor ocular, traumatismos, fondo de ojo). Alteraciones más frecuentes en el adolescente

M. Puertas Ruiz-Falcó, MD.
Servicio de Oftalmología, Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda. Madrid.

 

Fecha de recepción: 22-09-2021
Fecha de publicación: 31-10-2021

 

Adolescere 2021; IX (3): 84-94

 

Resumen

La adolescencia supone un periodo de transición de vital importancia entre el final de la infancia y el inicio de la edad adulta. En este periodo de la vida es necesario el buen control del desarrollo y el sistema visual no es una excepción, siendo uno de los aspectos fundamentales donde se refleja esta nueva etapa. En muchas ocasiones, los trastornos visuales pueden alterar este proceso madurativo y funcionamiento de los adolescentes, causando una deficiente adaptación tanto social como escolar. Por tanto, es de gran importancia tanto realizar controles oftalmológicos como orientarlos en función de su edad, capacidad cognitiva y de colaboración. Es igual de relevante saber identificar las patologías más frecuentes en los adolescentes como adecuar los métodos exploratorios y el tratamiento en función de estas. Entre ellas, destacar la importancia de: los defectos de refracción; el ojo rojo, siendo uno de los motivos de consulta más frecuentes además de un reto diagnóstico; y los traumatismos.

Palabras clave: Agudeza visual; Conjuntivitis; Traumatismo; Estrabismo; Adolescencia.

Abstract

Adolescence is an important transition period between the end of childhood and the beginning of adulthood. In this period of life, it is necessary to have a good control of the development and the visual system is not an exception, being one of the fundamental aspects where this new stage is reflected. On many occasions, visual disorders can alter this maturation process and functioning of adolescents, causing a poor adaptation both socially and at school. Therefore, the importance of carrying out ophthalmologic controls according to their age, cognitive capacity and collaboration, must be highlighted. It is equally relevant to know how to identify the most frequent pathologies in adolescents and to adapt the examination methods and treatments to them. Among the common conditions, it is important to emphasize the importance of: refractive defects, red eye, which is one of the most frequent reasons for consultation as well as a diagnostic challenge, and trauma.

Key words: Visual Acuity; Conjunctivitis; Trauma; Strabismus; Adolescence.

 

Agudeza visual

En la etapa de la adolescencia se debe de evaluar la posibilidad de aparición o cambios en los defectos de refracción, con la repercusión secundaria que pueden tener en el desarrollo del adolescente

La evaluación de la agudeza visual constituye la primera maniobra exploratoria y más importante en Oftalmología. Entendemos por agudeza visual la capacidad de identificar correctamente una forma y/o su orientación.

La capacidad de refracción de un sistema óptico se expresa en dioptrías (D). El globo ocular dispone de diferentes lentes convergentes: córnea (43 D) y cristalino (17-22 D). En consecuencia, los rayos de luz que penetran en el ojo convergen idealmente en la fóvea retiniana, en forma de imagen invertida, y a través del nervio óptico se transmite la información al córtex visual. Cuando los rayos de luz no forman la imagen en la retina hablamos de ametropías que, a su vez, podremos clasificar en esféricas (miopía o hipermetropía), si la curvatura es uniforme; o anesféricas (astigmatismo), cuando no lo es.

Se debe evaluar de forma indepen-diente la agudeza visual de cada ojo ocluyendo el contralateral. Si los pacientes son ya portadores de lentes correctoras (gafas/lentillas) se valorará la agudeza visual tanto con sus lentes correctoras como sin ellas y con cada ojo individualmente

Para la valoración de la agudeza visual es conveniente disponer de métodos objetivos como los optotipos (E de Snellen, anillos de Landolt…). En el adolescente, la distancia al optotipo adecuada es aproximadamente 6 metros y se debe evaluar de forma independiente, la agudeza visual de cada ojo ocluyendo el contralateral. Si los pacientes son ya portadores de lentes correctoras (gafas/lentillas) se valorará la agudeza visual con cada ojo individualmente tanto con sus lentes de corrección como sin ellas.

Ante una disminución de la agudeza visual, en primer lugar, deberemos descartar un defecto refractivo. Para ello un método sencillo es el “agujero estenopeico”, donde al mirar a través de un pequeño agujero disminuye la dispersión de la imagen, lo que se manifestaría como una mejora en la visión si se posee un defecto en la refracción.

  • Miopía: los rayos de luz convergen delante de la retina ocasionando un defecto para la visión lejana, generalmente debido a un ojo más largo de lo normal en relación con su poder de convergencia (miopía axil). El tratamiento de las mismas se realizará mediante el uso de lentes divergentes o negativas.
  • Hipermetropía: los rayos de luz convergen detrás de la retina. El paciente puede compensar el defecto mediante un esfuerzo de acomodación excesivo constituyendo el cuadro denominado astenopía acomodativa. Pueden presentar sintomatología como cefalea, cansancio en la lecto-escritura, lagrimeo, cuadros inflamatorios frecuentes (blefaritis, orzuelos y conjuntivitis de repetición). En el niño, la hipermetropía puede asociarse a un estrabismo convergente al asociarse los reflejos de acomodación y el de convergencia. Para su tratamiento serán necesarias lentes convergentes o positivas.
  • Astigmatismo: los ejes de la superficie del dioptrio no son uniformes en todos sus planos. Podríamos hacer la comparación de la córnea con un balón, donde en lugar de adoptar forma de balón redondo, adopta forma de balón de rugby; lo que distorsiona la imagen percibida. A su vez, puede coexistir una ametropía esférica (miope o hipermétrope). Para el tratamiento son necesarias lentes cilíndricas que permitan la corrección del eje anómalo.

El tratamiento de las ametropías se realizará mediante lentes de corrección correspondientes a corregir el defecto. Uno de los problemas frecuentes en estas edades supone el uso de las gafas, donde muchos de los adolescentes, aludiendo motivos estéticos, rechazan su uso, siendo esencial la buena relación médico-paciente.

Otra cuestión frecuente es el posible uso de lentes de contacto/lentillas. Las lentes de contacto, a pesar de corregir el defecto refractivo, podrían ocasionar daños secundarios debido al excesivo o mal empleo de las mismas, como daño en las glándulas lacrimales, infecciones, úlceras corneales… Por otro lado, algunos pacientes presentan intolerancia a las lentes de contacto por hipersensibilidad al contacto directo con la córnea. En aquellos pacientes candidatos al empleo de lentes de contacto se debe explicar e incidir en cómo realizar el correcto uso de estas y su esterilización necesaria.

Sistema motor ocular

En condiciones normales, somos capaces de percibir los objetos del espacio con ambos ojos y, a través de las imágenes percibidas por la retina de cada uno de ellos, el sistema sensorial conduce la información hasta el córtex visual, donde el cerebro fusiona las imágenes percibidas por la retina. Para tener visión binocular es necesario que las imágenes percibidas con cada ojo sean semejantes en tamaño, forma, color e intensidad. Cuando no sucede de tal manera se produce un mecanismo de supresión nerviosa por el cerebro del ojo identificado como patológico.

El sistema motor ocular está constituido por los músculos extraoculares y su inervación. Gracias a ello, los ojos pueden realizar varios tipos de movimientos:

  • Las ducciones: son los movimientos que puede realizar cada ojo individualmente.
  • Las versiones: son los movimientos conjugados y simétricos de los dos ojos en la misma dirección de la mirada.
  • Las vergencias: son los movimientos conjugados asimétricos de los dos ojos (convergencia y divergencia).

El estrabismo en la adolescencia plantea diferentes problemas, entre ellos: la pérdida definitiva de la función binocular, la reducción de la visión del ojo desviado (ambliopía u ojo vago), además problemas estéticos y emocionales

El estrabismo supone la pérdida del paralelismo de los ejes visuales con alteración de la visión binocular. Plantea diferentes problemas, entre ellos: la pérdida de la función binocular, la reducción de la visión del ojo desviado (ambliopía u ojo vago) y, además, ser estéticamente poco favorable y conllevar problemas emocionales. La ambliopía es la consecuencia más temible del estrabismo que, básicamente, sucede por un proceso de deprivación causado por desuso del reflejo de fijación de dicho ojo. Durante el periodo sensible o maleable puede llegar a corregirse; pero generalmente en los adolescentes, al haber transcurrido este periodo, no es posible la mejoría de la agudeza visual.

Para valorar un posible estrabismo disponemos de diferentes exploraciones:

  • Test de Hischberg: enfocando con una luz, podemos observar el reflejo de la misma sobre las córneas de ambos ojos, que deberían situarse en el mismo punto central.
  • Cover-test: enfocando mediante una luz a los ojos mientras tapamos y destapamos uno de ellos de forma alterna.
    • Si no se produce movimiento de ningún ojo: se denomina ortoforia, es decir, ambos ojos se encuentran paralelos.
    • Si se produce movimiento del ojo no tapado: estrabismo o tropia pudiendo ser divergente/exotropía o convergente/endotropía en función de la dirección del movimiento.
    • Si se produce movimiento del ojo tapado: foria, muy frecuente en la población general.

Alteración e inervación de los músculos extraoculares

Los trastornos de los movimientos oculares con significación neurooftalmológica en el adolescente engloban las paresias o parálisis de los músculos extraoculares (pares craneales III, IV y VI). Las lesiones más frecuentes son las del VI par craneal, seguido del IV y del III nervio.

Parálisis del VI par craneal

Puede ser congénita o adquirida, uni o bilateral. La parálisis adquirida puede ser debida a múltiples causas como consecuencia del largo recorrido intracraneal de su porción postnuclear.

Típicamente el paciente manifiesta un estrabismo convergente en posición primaria de mirada y suele girar la cabeza hacia el lado ipsilateral del músculo paralizado.

Parálisis del IV par craneal

La etiología adquirida más frecuente es la idiopática, siendo los traumatismos craneales la causa conocida más frecuente.

Clínicamente, el déficit de acción del músculo oblicuo superior, se manifiesta como una limitación para la depresión del ojo afectado cuando se encuentra en aducción; siendo habitual observar una hiperacción de su antagonista, el músculo oblicuo inferior. Al realizar el cover-test observaremos una hipertropía (elevación) del ojo afectado que se hace más evidente al inclinar la cabeza hacia el hombro del ojo parético (test de Bielchowsky). El paciente manifiesta con inclinación de la cabeza hacia el hombro contralateral a la lesión con la barbilla descendida.

Parálisis del III par craneal

La parálisis del III par o motor ocular común tiene un marcado efecto sobre la motilidad ocular al inervar cuatro de los músculos extrínsecos: recto superior, recto medio, recto inferior y oblicuo inferior. Además, inerva el músculo elevador del párpado superior y contiene ramas parasimpáticas que inervan el músculo ciliar y esfínter de iris.

Clínicamente se presentará un estrabismo, típicamente una exotropia e hipotropia, con posible ptosis (lesión del elevador del párpado superior), midriasis y parálisis de la acomodación (lesión del parasimpático).

Ojo rojo

El ojo rojo es un motivo de consulta muy frecuente. Para orientar la etiología, puede ser de ayuda inicial diferenciar entre ojo rojo doloroso y no doloroso y si la hiperemia es de predominio conjuntival o ciliar

El ojo rojo del adolescente es un motivo de consulta muy frecuente en los servicios de Urgencias siendo la manifestación clínica de un amplio grupo de patologías. Para orientar la etiología, puede ser de ayuda inicial diferenciar entre ojo rojo doloroso y no doloroso (Algoritmo 1), y, por otro lado, las características de la hiperemia (predominio conjuntival o ciliar).

Hemorragia subconjuntival/equimosis

Se produce una extravasación hemática subconjuntival de color rojo intenso con límites bien delimitados con la conjuntiva respetada. A pesar de la llamativa exploración, cursa de forma asintomática y resuelve de forma espontánea en 10-15 días.

Puede ser secundaria a traumatismos, vómitos, tos, espontánea… Si se producen equimosis de repetición es conveniente descartar coagulopatías o causas de HTA en el adolescente.

Causas conjuntivales

Conjuntivitis agudas

La participación de la conjuntiva en procesos infecciosos o irritación ocular es prácticamente constante, siendo la región donde asientan fundamentalmente los elementos defensivos frente a los agentes externos.

Los signos clínicos de las conjuntivitis agudas son la hiperemia conjuntival, quemosis (edema conjuntival), secreción y reacción tisular

Se manifiesta clínicamente con sensación de cuerpo extraño, lagrimeo, picor; pero sin disminución de la agudeza visual ni dolor. Por otro lado, los signos clínicos de las conjuntivitis agudas son la hiperemia conjuntival, quemosis (edema conjuntival), secreción y reacción tisular (Figura 1).

El tratamiento dependerá de la etiología, pero independientemente de la misma no se debe ocluir un ojo con secreción activa ya que favorecería el crecimiento de microorganismos. Para orientar la posible etiología de la conjuntivitis (Tabla I) deberemos tener en cuenta diferentes aspectos:

  • Conjuntivitis vírica: Son las más frecuentes. La mayoría están causadas por Adenovirus serotipos 8 y 19 y suele haber antecedentes de infección respiratoria reciente o posible contagio (alta probabilidad los primeros 10-12 días), siendo los adenovirus una causa importante de epidemias, como ocurre en el caso de la fiebre-faringo-conjuntival (serotipo 3).

    Es frecuente el inicio unilateral, afectando posteriormente el contralateral con frecuencia. A la exploración es típica la aparición de folículos en conjuntiva tarsal inferior (elevaciones blanco-grisáceas rodeadas por vasos), hemorragias subconjuntivales y pseudomembranas en tarso. Se podría palpar también una adenopatía preauricular. El curso clínico empeora los primeros días resolviendo en 2-3 semanas.

    Las conjuntivitis por adenovirus pueden complicarse con la aparición de infiltrados corneales subepiteliales autoinmunes, acompañado de una pérdida de agudeza visual

    Las conjuntivitis por adenovirus pueden complicarse con la aparición de infiltrados corneales subepiteliales autoinmunes, acompañado de una pérdida de agudeza visual.

    Tratamiento: Lavados con suero salino, compresas frías, lagrimas artificiales y anti-inflamatorios no esteroideos. Se asociarán corticoides tópicos en los casos de pseudomembranas (retirándolas previamente) y de infiltrados corneales que produzcan una disminución de la visión. No se deben utilizar corticoides sin supervisión oftalmológica. Debido a la alta contagiosidad, se recomienda aislamiento y evitar contacto estrecho hasta desaparición de las secreciones. En caso de los Adenovirus se recomienda aislamiento durante 9 – 10 días.

    La prevención también es fundamental, por ello son aconsejables las medidas higiénicas y el diagnóstico precoz.

  • Conjuntivitis bacteriana: Los gérmenes implicados con mayor frecuencia son Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella catarrhalis. A la exploración se caracterizan por la presencia de legañas muco-purulentas, hiperemia conjuntival y papilas en conjuntiva tarsal (pequeñas elevaciones poligonales rojizas con aspecto en empedrado). Suelen ser autolimitadas en 2-5 días y rara vez producen complicaciones.

    Tratamiento: Aplicar colirio antibiótico (tobramicina, fluorquinolona, neomicina) cada 2-3 horas durante el día y en forma de pomada por la noche durante 5-7 días o hasta 72 horas después de la resolución de la clínica. No se ha demostrado que haya un antibiótico mejor que otro en el caso de las bacterianas, pero sí que acelera la resolución del cuadro, administrado en los 5 primeros días.

  • Conjuntivitis por Chlamydias: La infección por Chlamydias requiere una mención especial en el adolescente, suponiendo una etiología que asciende en frecuencia en el adulto joven. Es considerada una enfermedad de transmisión sexual, aunque en el neonato es la etiología más frecuente de oftalmía neonatorum. Aun siendo de etiología bacteriana, es típico observar una reacción folicular en la conjuntiva (Tabla II).

    Tratamiento: El tratamiento de elección es azitromicina vía oral dosis única, pudiendo repetir pauta a la semana si resolución incompleta.

Conjuntivitis crónicas

  • Conjuntivitis alérgica: Dentro del grupo de las conjuntivitis crónicas, se incluyen las alérgicas, que son muy frecuentes, afectando al 15-40% de la población. Dentro de este grupo, se incluyen: la conjuntivitis estacional, perenne, vernal y la conjuntivitis papilar crónica.

    La inflamación conjuntival se produce por una reacción de hipersensibilidad de tipo I, debido a la sensibilización y reexposición a un alérgeno que provoca la degranulación de mastocitos y eosinófilos. Clínicamente presentan intenso picor y lagrimeo ocular; además de quemosis, hiperemia conjuntival e hipertrofia papilar en la conjuntiva tarsal, siendo características las papilas gigantes y los nódulos de Trantras límbicos en la conjuntivitis vernal.

    La queratoconjuntivitis vernal es una patología crónica que puede presentar exacerbaciones durante los períodos estacionales. Suele ser benigna y autolimitada con resolución después de la pubertad, aunque puede asociarse a alteraciones severas de la visión en 6-55% de los casos, por ello conviene remitir a estos pacientes al oftalmólogo.

    Tratamiento: Eliminar el alérgeno si es posible. Los casos leves mejoran con la aplicación de compresas de agua fría y lavados con abundante suero fisiológico. En los moderados se pueden emplear antihistamínicos tópicos (olopatadina, azelastina colirio) 1-2 gotas cada 12 horas al día, estabilizadores de mastocitos (cromoglicato sódico, ketotifeno). En aquellos casos graves, asociar al inicio del tratamiento un colirio corticoideo de baja potencia (fluorometolona) 1 gota 3 veces al día durante 5-7 días y valorar según gravedad antihistamínicos orales, corticoterapia oral y colirio de ciclosporina.

  • Blefaroconjuntivitis por S. Aureus: Pueden producir una queratopatía y, por lo tanto, requerirán tratamiento tópico prolongado con medidas higiénicas y azitromicina e, incluso, tratamiento sistémico en los casos más graves.
  • Otras causas de conjuntivitis crónicas: Conjuntivitis tóxicas (como por ejemplo las secundarias al uso de tratamientos tópicos prolongados), las conjuntivitis por Molluscum contagiosum, etc.

Causas corneales

Habrá que sospechar una patología corneal ante un ojo rojo cuando se acompaña de: dolor, epífora, fotofobia y en algunos casos de pérdida de agudeza visual. Habrá que sospechar patología corneal si presenta factores de riesgo como: traumatismos previos, enfermedades de la superficie ocular, enfermedades sistémicas (como ictiosis, déficit de vitamina A, síndrome de Stevens Johnson…), cirugías oculares previas y lentes de contacto.

Queratitis/úlcera corneal


Las erosiones corneales suelen estar precedidas por un traumatismo ocular. Puede ser diagnosticada mediante la instilación de fluoresceína y observación con luz azul cobalto tiñendo el defecto epitelial. Si se sospecha etiología traumática o si se hallan erosiones verticales, se recomienda evertir los párpados descartando la presencia de un posible cuerpo extraño

Cursa característicamente con dolor, fotofobia y blefarospasmo; presentando también disminución de la agudeza visual. A diferencia de las conjuntivitis, la hiperemia que encontramos es ciliar/ periquerática. La córnea puede estar blanquecina o grisácea y la tinción corneal con fluoresceína es positiva, permitiendo localizar y determinar la morfología de la lesión. La etiología más frecuente es la traumática, seguida de infecciones y cuerpos extraños.

  • Las erosiones corneales: Es la causa más frecuente de ojo rojo de causa corneal. Suelen estar precedidas por un traumatismo ocular (uña, la rama de un árbol, papel…). Puede ser diagnosticada mediante la instilación de fluoresceína y observación con luz azul cobalto del defecto epitelial. Si se sospecha etiología traumática o si se hallan erosiones verticales, evertir el párpado buscando posible cuerpo extraño. En casos de traumatismos, es relevante descartar la perforación del globo ocular, que es una urgencia quirúrgica, una contusión grave.

    Tratamiento: Se administrará colirio antibiótico (terramicina, eritromicina, tobramicina) y pomada antibiótica por la noche. Si se sospecha complicación deberá acudir al oftalmólogo.

  • Queratitis actínica: Suele existir antecedente de exposición intensa a la luz ultravioleta (playa, nieve…) en las 6-10 horas previas al inicio de la clínica. La superficie corneal muestra una tinción con fluoresceína punteada de predominio en región inferior.

    Tratamiento: Oclusión, pomada antibiótica (tobramicina pomada), ciclopléjico colirio (clorhidrato de ciclopentolato 1%) y analgesia vía oral.

  • Queratitis herpética: El agente causal es el virus del herpes tipo 1, siendo la causa más frecuente de ceguera por afectación infecciosa corneal, aunque es menos común que en adultos. La córnea se afecta con infiltrados marginales y a la exploración en la lámpara de hendidura se puede observar una úlcera dendrítica característica a la tinción con fluoresceína. Esta lesión epitelial dendrítica, típicamente recurrente, podría dejar una cicatriz afectando a la agudeza visual hasta en un 6% de los casos (Figura 2).

    Tratamiento: Estas queratitis se tratan con pomada oftálmica de ganciclovir o aciclovir 5 veces al día durante 7 días. Es relevante ante una queratitis, excluir la posible etiología herpética que contraindicaría la administración de corticoides, siendo conveniente la revisión por parte de un oftalmólogo.

Ante una queratitis, se debe excluir la posible etiología herpética que contraindicaría la administración de corticoides, siendo conveniente la revisión por parte de un oftalmólogo

Lesiones por caústicos

Se presenta tras el contacto con álcalis (cemento, lejía, cal…) o ácidos. Los álcalis, al producir lesiones por licuefacción, provocan lesiones de mayor gravedad profundizando en los tejidos oculares. Sin embargo, los ácidos tienden a producir lesiones por coagulación de las proteínas que limita en medida la penetración tisular.

Las lesiones químicas provocan clínica de ojo rojo doloroso, inflamación conjuntival, lagrimeo y fotofobia. Es conveniente evaluar la afectación corneal (edema, opacificaciones, defectos epiteliales) y la presión intraocular, debido a que la agresión química puede provocar una reacción inflamatoria en cámara anterior e hipertensión ocular.

Tratamiento: Debe ser inmediato mediante irrigación con suero fisiológico durante al menos 30 minutos, evertiendo tanto el párpado inferior como el superior para exponer el fórnix y favorecer su irrigación. Puede ser de utilidad en el momento del lavado el empleo de un anestésico tópico.

No se debe neutralizar el cáustico con soluciones ya que produciría una reacción exotérmica que empeoraría la lesión. Tras la abundante irrigación, aplicar ciclopléjico colirio (clorhidrato de ciclopentolato 1%) 1 gota 8 horas; además de antibiótico tópico en gotas o pomada cada 4-6 horas. Es conveniente que sea valorado con urgencia por un oftalmólogo, para eliminar los restos de residuos químicos y el material necrótico conjuntival.

Causas que asientan en la cámara anterior

Uveítis anterior

Sucede cuando se inflama la capa intermedia del globo ocular (úvea). Pocas veces cursan con el cuadro típico de uveítis anteriores del adulto: ojo rojo, dolor, pérdida de agudeza visual o miosis.

Es característica una reacción inflamatoria en cámara anterior que produce el denominado efecto Tyndall por las células inflamatorias que se encuentran en el humor acuoso provocando, en ocasiones, la presencia de hipopión.

En la infancia suelen ser de origen reumatológico (espondilitis, enfermedades inflamatorias intestinales, artritis idiopática juvenil…). La causa de hasta el 80% de estas uveítis anteriores pediátricas es la artritis idiopática juvenil. Es relevante tener presente la manifestación paucisintomática de la uveítis esta enfermedad, siendo en este caso aún más importante el control oftalmológico periódico.

Además de causas autoinmunes, las uveítis también pueden ser de origen traumático, infeccioso
o tumoral.

Glaucoma

Siendo muy infrecuente en la adolescencia ante un ojo rojo, este puede ser por ángulo cerrado, oclusión del ángulo camerular (oclusión del ángulo camerular) que suele cursar con hiperemia ciliar o periquerática, dolor, edema corneal con consecuente pérdida de visión y presión elevada del globo.

Lo tendremos que sospechar ante adolescentes con antecedentes previos como: enfermedad de Coats, persistencia de vítreo primario, síndrome de Sturge Weber, enfermedad de Marfan…

Causas orbitarias y en anejos

La patología orbitaria y de los anejos también puede asociar ojo rojo como las celulitis, la dacriocistitis aguda, y, aunque en raras ocasiones (siendo aún menos frecuente en el adolescente), la patología tumoral.

Celulitis preseptal

Se debe hacer el diagnóstico diferencial ante una celulitis preseptal con la celulitis orbitaria, siempre que se acompañe de alteración de la visión, movimientos oculares, reflejos oculares; o se presente proptosis

La infección del tejido subcutáneo que rodea la órbita se produce sin alteración de la visión, ni de los movimientos perioculares, ni de los reflejos oculares, ni con proptosis. Es más frecuente que la orbitaria. Su etiología es múltiple: heridas, cuerpos extraños, extensión a partir de otros focos infecciosos (sinusitis, dacriocistitis, orzuelos…). Los gérmenes causantes más frecuentes son estafilococo, estreptococo o H. Influenza.

Debemos hacer un diagnóstico diferencial con la celulitis orbitaria siempre que se acompañe de alteración de la visión, movimientos oculares, reflejos oculares; o se presente proptosis.

En general, se tratan de manera ambulatoria con antibióticos vía oral (amoxicilina-clavulánico). De no encontrarse ninguna causa de celulitis, se debe pedir una TAC para descartar sinusitis.

Inflamación /infección de los párpados

En la parte más externa del margen palpebral encontramos una hilera de pestañas provistas de dos tipos de glándulas, glándulas de Zeiss (sebáceas) y las glándulas de Moll (sudoríparas); y en su parte interna las glándulas de Meibomio (sebáceas). Estas glándulas son las responsables de la producción de la capa lipídica de la secreción lacrimal evitando la evaporización de la lágrima. La película lagrimal protege y lubrica el epitelio corneal y a la conjuntiva, además de contribuir a la defensa, oxigenación corneal y arrastre de partículas extrañas.

  • Blefaritis: Se denomina blefaritis a la inflamación de los párpados, apareciendo el borde de los mismos inflamados y enrojecidos. Cuando las glándulas se obstruyen, sus secreciones se estancan formándose ácidos grasos que irritan la superficie ocular. El depósito de dichos compuestos, proporciona unas condiciones óptimas para el crecimiento de bacterias que a su vez liberan toxinas contribuyendo a una mayor irritación.
  • La blefaritis es generalmente de etiología seborreica (alteración de secreción lipídica por las glándulas de Zeiss y de Meibomio) o estafilocócica (forma escamas amarillentas que al desprenderlas dejan lesiones ulcerativas), pudiendo producir una blefaroconjuntivitis

    La blefaritis es generalmente de etiología seborreica (alteración de secreción lipídica por las glándulas de Zeiss y de Meibomio) o estafilocócica (forma escamas amarillentas que al desprenderlas dejan lesiones ulcerativas), pudiendo producir una blefaroconjuntivitis como se ha mencionado previamente.

    Tratamiento: Higiene palpebral, lágrimas artificiales si inestabilidad de la película lagrimal y si se sospecha etiología estafilocócica pomada antibiótica (gentamicina/eritromicina) durante 7 días.

  • Orzuelo: Es una infección de las glándulas palpebrales internas o externas en función de las glándulas afectadas de etiología, generalmente estafilocócica. Clínicamente se presenta como una sobrelevación palpebral dolorosa, sensible al tacto, donde se puede observar un punto de drenaje centrado en el folículo piloso de una pestaña.

    Tratamiento: Calor local y antibiótico en pomada oftálmica asociado a un corticoide de baja potencia (prednisona neomicina, terracortril pomada oftálmica).

  • Chalazion: Es una inflamación granulomatosa crónica de las glándulas de Meibomio localizado generalmente en el tarso superior. Se manifiesta como una tumoración palpebral indolora sin signos inflamatorios y de crecimiento lento.

    Tratamiento: Basado en la inyección de triamcianolona intranodular o extirpación quirúrgica que generalmente se reserva para los casos que no resuelven de forma conservadora.

Traumatismos del globo ocular

Penetrantes

Suelen estar producidos por objetos alargados y puntiagudos (lápices, bolígrafos…). Los signos que deben alertar de una ruptura del globo ocular son:

  • Limitación de la motilidad ocular
  • Ausencia de tono al presionar sobre el globo ocular
  • Una cámara anterior de menor profundidad que en el ojo contralateral
  • Hipema (sangre en la cámara anterior)

Tratamiento: Tapar el ojo sin realizar presión para protección hasta ser valorado por un oftalmólogo. Frecuentemente precisa reparación quirúrgica, por lo que se mantendrá al paciente en ayunas con una cobertura antibiótica intravenosa de amplio espectro. No se debe utilizar fluoresceína, pomadas ni tratamiento tópico con gotas.

Fracturas en “blow-out”

Se produce cuando, a través de un traumatismo directo, se produce un aumento de presión en la región orbitaria que se transmite a través de las estructuras óseas fracturando el suelo de la órbita, el seno maxilar y/o la pared nasal de la órbita pudiendo llegar hasta el seno etmoidal.

Se manifiesta con dolor y dificultad para la mirada vertical debido al atrapamiento del recto inferior en el seno maxilar. La apertura de los senos maxilar y etmoidal hacia el tejido subcutáneo provoca, en consecuencia, un enfisema subcutáneo en la región orbitaria.

La afectación del nervio infraorbitario (2ª rama del nervio trigémino) produce hipoestesia en la región malar y debido a la herniación de los tejidos orbitarios hacia los senos paranasales podremos encontrar enoftalmos.

La radiografía de los senos paranasales en la proyección de Waters permite visualizar el suelo de la órbita. Sin embargo, en caso de dudas diagnósticas solicitar una tomografía computarizada o una resonancia magnética que proporcionan una mayor precisión anatómica.

Tratamiento: Aplicar frío local los primeros días y administrar antibióticos de amplio espectro por vía oral. El tratamiento quirúrgico está indicado si la fractura lo precisa debido a su extensión, si la diplopía persiste o existe un enoftalmos acusado.

Fondo de ojo

La exploración del fondo de ojo es otra de las exploraciones básicas más importantes en el campo de la Oftalmología.

La oftalmoscopia es un método de exploración objetivo, que permite la visualización y el estudio del fondo de ojo, obteniendo una información relevante permitiendo orientar al diagnóstico de ciertas patologías a nivel ocular

La oftalmoscopia es un método de exploración objetivo, que permite la visualización y el estudio del fondo de ojo, obteniendo una información relevante permitiendo orientar al diagnóstico de ciertas patologías a nivel ocular.

Las posibles alteraciones del fondo de ojo son diversas y, a su vez, pueden ser debidas a diferentes etiologías. Por ello es aconsejado saber identificar un fondo de ojo normal y así orientar la exploración.

Cuando exploramos el fondo de ojo deberemos identificar y valorar (Figura 3):

  • Color.
  • Nervio óptico o papila: unión de fibras nerviosas que transmiten la información percibida por la retina a la corteza visual siendo la salida de la porción distal del nervio óptico. Tiene una forma redondeada, con el eje vertical mayor que el horizontal. Sus límites suelen ser netos y es de color rosado con una zona central blanquecina que corresponde con la excavación fisiológica que dejan las fibras al atravesar el canal escleral.
  • Arterias retinianas.
  • Venas retinianas: mayor calibre que las arterias (relación calibre arteria-vena 2/3) y coloración más oscura.
  • Región macular: parte central del polo posterior, temporal a la papila. Su tamaño es de 1,5 mm, de color más oscuro que el resto de la retina.
    • Fóvea: depresión situada en el centro de la mácula, zona avascular.
    • Foveola: suelo central de la fóvea, formada únicamente por conos. Punto de mayor agudeza visual.

 

Tablas y figuras

Tabla I. Características de las conjuntivitis en función de la etiología

BACTERIANA

VÍRICA

ALÉRGICA

SECRECIÓN

Purulenta

Acuosa

Mucosa

CÉLULAS

PMN

Linfocitos

Eosinófilos

REACCIÓN CONJUNTIVAL

Inespecífica (en ocasiones papilas)

Folículos

Papilas

ADENOPATÍA PREAURICULAR

No

No

Tabla II. Diagnóstico diferencial entre conjuntivitis vírica y por Chlamydias

CHLAMYDIAS

VIRUS

EDAD

Adultos jóvenes

Cualquier edad

SÍNTOMAS SISTÉMICOS

Genitourinarios

Respiratorios

CARÁCTER

Bilateral

Unilateral, pudiendo ser posteriormente bilateral

SECRECIÓN

Mucopurulenta

Acuosa

EVOLUCIÓN

Crónica

Aguda (Autolimitada)

CITOLOGÍA

Cuerpos de inclusión

Linfocitos

TRATAMIENTO

Colirio azitromicina

Sintomático

 

Figura 1.

 

Figura 2.

Figura 3.

 

Algoritmo.

 

 

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Necesidades en la adolescencia


 

Necesidades en la adolescencia

F. López Sánchez.
Catedrático de Psicología de la Sexualidad Universidad de Salamanca

 

Adolescere 2016; IV (2): 81-92

 

Resumen

A partir de una breve caracterización de la adolescencia como etapa con sentido propio, se describen las grandes necesidades fisiológicas, mentales, emocionales, afectivas y de participación en la familia, la escuela y la comunidad de los adolescentes. A continuación se describen los principales problemas provocados por la falta de una adecuada satisfacción de estas necesidades y se sugieren las líneas de intervención para potenciar los factores protectores y evitar los factores de riesgo, incidiendo en el rol de los pediatras.

Palabras clave: Adolescencia; Necesidades; Factores protectores y factores de riesgo; Tipología de Maltrato Infantil

Abstract

A brief characterization of adolescence as a stage with its own meaning is performed, followed by a description of the major physiological, mental, emotional, affective needs of adolescents as well as their participation in family, school and society. The main problems caused by the lack of adequate satisfaction of these needs are described and the lines of intervention are suggested with the aim to enhance protective factors and avoid risk factors, with a focus on the role of pediatricians.

Key words: Adolescents; Needs; Protective factors and risk factors; Type of Child Abuse.

 

Introducción

Lo que la adolescencia no es

La adolescencia no es solo una etapa de transición hacia la juventud y vida adulta, sino un periodo de la vida con sentido propio y crucial para la vida posterior

La adolescencia no es solo una etapa de transición hacia la juventud y vida adulta, sino un periodo de la vida con sentido propio y crucial para la vida posterior. Fisiológica, mental y emocionalmente la adolescencia empieza con la pubertad y acaba en torno a los 16 o 18 años; pero socialmente se prolonga hoy hasta edades avanzadas para buena parte de la población, porque en nuestra sociedad no adquieren una autonomía básica, con relaciones de dependencia de la familia durante la juventud e incluso, en no pocos casos, primera parte de la vida adulta.

Tampoco es para la mayoría de adolescentes un periodo tormentoso y conflictivo. No más del 10% o 15% son adolescentes problemáticos, por lo que no tiene sentido aceptar una visión social negativa de esta etapa.

Lo que la adolescencia es

Esta adolescencia es, pues, no solo una adolescencia biológica, sino también cultural tanto por razones positivas (ofertas de formación muy prolongada sin incorporación al mundo laboral), como negativas (muchos adolescentes no pueden incorporarse al sistema laboral durante años)

La adolescencia es una etapa de la vida con sentido propio, que culmina la infancia en cuanto a las capacidades de desarrollo físico, mental y emocional, prolongada en nuestra cultura durante más años, porque la mayoría no consiguen participar en las decisiones familiares, escolares y sociales, ni se pueden incorporar al mercado laboral, ni están en condiciones de tener autonomía económica. La adolescencia social prolongada durante años, bien porque las sociedad opulentas se lo pueden permitir alargando la escolarización obligatoria o bien porque las sociedades en crisis no pueden ofrecer trabajo a buena parte de los adolescentes y jóvenes, es una creación cultural debida a cambios evolutivos que no son normativos, aunque entre nosotros estén generalizados. Esta adolescencia es, pues, no solo una adolescencia biológica, sino también cultural tanto por razones positivas (ofertas de formación muy prolongada sin incorporación al mundo laboral), como negativas (muchos adolescentes no pueden incorporarse al sistema laboral durante años).

Al final de la primera adolescencia, en torno a los 16 años, desde el punto de vista anatómico y fisiológico, su desarrollo es prácticamente completo, aunque su cerebro aun debe madurar funcionalmente, en paralelo a aprendizajes sociales importantes para evitar riesgos e integrarse de forma plena en la comunidad. La figura corporal empieza a cristalizar lo que será su imagen juvenil y adulta, mientras las capacidades sexuales y reproductivas alcanzan también su desarrollo. De hecho, en nuestra cultura, se da un cierto desequilibrio entre estas capacidades y lo que socialmente se considera maduración social, con frecuentes tensiones entre lo que desean, y de hecho hacen casi la mitad de los adolescentes, y lo que prescriben los padres en materia de sexualidad. La información sexual no es legitimada por los padres, la escuela y los profesionales sanitarios y las conductas sexuales que de hecho tienen son furtivas, por lo que, mientras no cambie esta forma familiar, escolar y profesional de afrontar la sexualidad adolescente, seguirán siendo frecuentes los riesgos asociados a su actividad sexual.

La información sexual no es legitimada por los padres, la escuela y los profesionales sanitarios y las conductas sexuales que de hecho tienen son furtivas, por lo que, mientras no cambie esta forma familiar, escolar y profesional de afrontar la sexualidad adolescente, seguirán siendo frecuentes los riesgos asociados a su actividad sexual

Desde el punto de vista mental, sus capacidades hipotético-deductivas y de pensamiento abstracto, le permiten analizar la realidad familiar, escolar y social; y también diferenciar claramente entre como son y cómo podrían ser estas instituciones, adquiriendo una capacidad crítica que, con frecuencia, les lleva a confrontaciones familiares, escolares y sociales. Es una época de desilusión o de idealismos, según los casos, siempre sustentada por un sentido de la justicia propio de la capacidad humana para hacer una crítica fundada del funcionamiento de la familia, escuela y sociedad; muy lejos de la aceptación acrítica de los años prepuberales.

Los adolescentes consolidan su sentido de la identidad personal, sexual y social, construyendo una teoría positiva o negativa sobre sí mismos que tendrá una importancia decisiva para el resto de su vida, ya que en ella se fundamenta la autoestima y el sentimiento de autoeficacia y de capacidad para gestionar su propia vida de forma autónoma, responsable y eficaz.

Desde el punto de vista emocional y afectivo, es una etapa extremadamente rica que acabará consolidando su seguridad o inseguridad en sí mismo y su confianza o desconfianza en los demás. El humor, las emociones y los sentimientos conforman un mundo emocional muy variable de unos adolescentes a otros, dependiendo de la herencia, la historia afectiva familiar y de relaciones de amistad, así como de los aprendizajes personales y sociales.

Los afectos sociales (Apego, Amistad, Sistema de Cuidados y Altruismo), ya presentes desde la primera infancia se conforman de forma bastante definitiva a los largo de la adolescencia.

Los afectos sociales (Apego, Amistad, Sistema de Cuidados y Altruismo), ya presentes desde la primera infancia se conforman de forma bastante definitiva a los largo de la adolescencia

Los afectos sexuales (Deseo, Atracción y Enamoramiento) se especifican y consolidan, cambiando su manera de sentir y estar en el mundo en relación con los demás y muy especialmente en sus relaciones sexuales y amorosas.

Desde el punto de vista social, la adolescencia debería conllevar un cierto grado de autonomía de la familia en numeroso aspectos de la vida: el vínculo del apego sigue siendo fundamental pero con menor necesidad de proximidad y presencia familiar. Incluso son frecuentes las ambivalencias, especialmente cuando cree no necesitar a los padres o entran en conflicto con ellos., mientras se vuelven muy dependientes si caen enfermos o tienen problemas.

Los amigos y amigas tienen un rol cada vez más importante, tanto para divertirse, jugar, comunicarse, conformar su identidad de adolescentes y explorar el mundo físico y social más allá de la familia. Siguen necesitando los cuidados de los padres y los amigos, a la vez que son capaces de cuidar (Sistema de Cuidados) a los demás, si encuentran motivación para ello y han desarrollado este sistema a lo largo de la infancia.

Las relaciones con los profesores y compañeros, dentro del sistema escolar, refuerzan la importancia que éstas ya tenían en primaria, tanto desde el punto de vista de los conocimientos como de las relaciones. Es el momento de iniciar la primera formación básica para su integración laboral en un campo u otro, siendo el sistema escolar, entre otras cosas, un segundo sistema de selección, después de la clase social a la que pertenecen en razón de su familia.

El Deseo sexual tiene una gran eclosión y normalmente se orienta de forma heterosexual, homosexual o bisexual, aunque puede sufrir cambios en años posteriores

El Deseo sexual tiene una gran eclosión y normalmente se orienta de forma heterosexual, homosexual o bisexual, aunque puede sufrir cambios en años posteriores. La Atracción sexual se convierte en una motivación sexual y social de primer orden, abriéndose un número importante de ellos a la actividad sexual en relaciones de pareja u ocasionales. En no pocos casos tienen lugar fascinaciones amorosas con enamoramientos que les conmocionan mental, sexual y emocionalmente, formando parejas de muy diversa duración.

Necesidades adolescentes y posibles problemas

Cada uno de los aspectos antes señalados suponen una serie de necesidades que deben ser bien resultas para un adecuado desarrollo durante la adolescencia.

1. Desde el punto de vista físico, además de los problemas o enfermedades bien conocidas por los pediatras, destacaríamos aquellos que afectan al funcionamiento saludable de la fisiología y tiene su origen en conductas familiares o personales. Cuidar el sueño, hacer ejercicio físico y comer de manera saludable son los factores protectores fundamentales; mientras el sedentarismo, el dormir poco tiempo o mal y la comida rápida o inadecuada son los mayores factores de riesgo. Estos factores afectan además al Humor, las Emociones y los Sentimientos, ya que el mundo emocional depende también en gran medida del estado del cuerpo. También afectan a otros aspectos de la vida como el rendimiento escolar (dormir mal se asocia a desayunar mal y a un mal rendimiento escolar, por ejemplo) y a la estabilidad o inestabilidad emocional. Las relaciones entre ansiedad y sedentarismo son bien conocidas, por poner un ejemplo más. Algunos investigadores sobre el mundo emocional (Damasio, 2005), llegan a definir el “humor” o “estado de ánimo” como el estado del cuerpo que es registrado y “sentido” por el cerebro, de forma que cuidar el cuerpo es cuidar la base fisiológica de los estados emocionales.

A estos problemas habría que unir el consumo precoz de alcohol u otras drogas y las conductas que puedan conllevar riesgos de un tipo u otro, como es el caso de los riesgos de la actividad sexual sin protección. La asociación cultural entre ocio-diversión y consumo de alcohol o drogas es uno de nuestros problemas de salud más importantes desde la adolescencia.

La asociación cultural entre ocio-diversión y consumo de alcohol o drogas es uno de nuestros problemas de salud más importantes desde la adolescencia

Desde el punto de vista psicológico y social, es especialmente importante el tema de la figura corporal, en esta sociedad de la imagen, que ha convertido la obsesión por una determinada figura corporal en el principal valor de referencia social. Nuestra cultura propone modelos de belleza muy exigentes, que generan incomodidad a la mayoría, problemas significativos a una parte importante de la población y clínicos a una minoría (anorexia bulimia, etc.), modelos que tienen la finalidad de provocar en las personas el deseo de cambiar, consumiendo todo tipo de productos publicitados propuestos por el mercado de la cosmética, la cirugía estética no clínica, la industria de la alimentación, los gimnasios, la industria de la moda, etc. Parecer joven, estar a la moda, tener una figura corporal como los modelos dominantes en los medios de comunicación, la publicidad y los productos culturales, son algunas de las referencias básicas. Tal es así que numerosos adolescentes eligen cambiar una o varias características corporales antes que cualquier otra cosa.

Es especialmente importante el tema de la figura corporal, en esta sociedad de la imagen, que ha convertido la obsesión por una determinada figura corporal en el principal valor de referencia social

Es necesario analizar estos sufrimientos, descubrir los culpables y su valor relativo y cambiante, a la vez que proponer valores de referencia adecuados:

— Un cuerpo saludable, que sabe descansar, en vigoroso, disfruta con el ejercicio y el ocio saludable, se alimenta bien y sigue los consejos de los profesionales sanitarios.

— Un cuerpo que sabe gozar y dar placer en las relaciones interpersonales íntimas.

— Una expresión corporal y emocional que cultiva la gracia interpersonal: capacidad para expresar, entender, compartir y regular emociones, promoción de las habilidades sociales y la ética sexual y amorosa. Aspectos éstos, que, por cierto, son buenos evocadores del Deseo, Atracción y Enamoramiento, además de favorecer los buenos vínculos afectivos y las buenas relaciones sociales.

— Tomar como referencia valores propios de una estética personal, no sujeta a fenómenos de moda, publicidades engañosas, con capacidad crítica frente a esta sociedad de mercado consumista que nos seduce con todo tipo de promesas y engaños.

Algunas preguntas básicas podrían hacer los pediatras sobre estas necesidades, como por ejemplo:

— ¿Cuánto y cómo duermes?, con preguntas concretas sobre el sueño.

¿Cómo te alimentas, en casa y fuera de ella?, con preguntas concretas sobre la comida.

— ¿Haces ejercicio físico?, preguntas concretas sobre la actividad corporal y el sedentarismo, así como las formas de ocio.

— ¿Cómo te relacionas con los demás, con preguntas concretas sobre capacidades emocionales y habilidades sociales?

— ¿Tienes alguna preocupación o malestar con tu figura corporal? ¿Qué criterios de referencia usas sobre tu figura corporal, la manera de vestir, etc?

2. Desde el punto de vista mental, además de las posibles sintomatologías psiquiátricas o los problemas de aprendizaje escolar, destacamos dos problemas frecuentes: el fracaso escolar y la falta de una interpretación positiva del sentido y las posibilidades de la vida.

El fracaso escolar se asocia a peor relación con los compañeros, profesores y padres, porque estamos en una sociedad en la que el “rendimiento académico” es un valor dominante, un criterio de selección social que hace el sistema educativo, porque condiciona la vida profesional posterior. Entre las consecuencias del fracaso escolar, destaca la generalización de la baja autoestima a otros campos, los conflictos con los profesores y padres y el riesgo de absentismo escolar; con el riesgo añadido de acabar teniendo amistades peligrosas e iniciar un camino de marginación. Prevenir el fracaso analizando las capacidades y dificultades de aprendizaje, no generalizar sus efectos (un hijo con bajo rendimiento escolar no es un inútil, no es malo, etc.), aceptando bien a los hijos y alumnos, sea cual sea su rendimiento escolar, y buscando alternativas profesionales, si fuera necesario, es el camino adecuado.

Para prevenir el fracaso escolar es preciso analizar las capacidades y dificultades de aprendizaje, no generalizar sus efectos, aceptar bien a los hijos y alumnos, sea cual sea su rendimiento escolar, y buscar alternativas profesionales

Preguntas básicas que pueden hacerse:

— Las orientadas a conocer el rendimiento: notas, suspensos, repeticiones de curso. etc.

Las orientadas a saber si han sido bien diagnosticadas las causas y ofrecidos los apoyos que pudiera necesitar. Tener en cuenta la existencia de los servicios de orientación escolar.

— Las referidas a los problemas que ello le trae con los padres, profesores y compañeros y las características de sus amistades, justo para detectar las consecuencias indebidas del fracaso. Efectos que es fundamental controlar en la familia y en la escuela, porque los menores no deben ser víctimas de proyectos de los padres o de la sociedad para los que no estén dotados o, por diversas causas, no consigamos motivarlos.

El maltrato familiar o escolar (de los compañeros o de los profesores), la falta de sentido de la vida, la inseguridad en las relaciones de apego, los sentimientos de soledad, la inestabilidad emocional, la desconfianza en los seres humanos y en las relaciones afectivas, etc. pueden provocar sufrimientos emocionales y sociales que favorecen el aislamiento, la depresión e incluso el suicidio, un tema tabú en nuestra sociedad.

Favorecer una construcción mental positiva de las relaciones de apego y amistad, una visión positiva del mundo, de las personas y sus relaciones, favorece un sentido positivo de la vida, la biofilia o sentimiento de entusiasmo por vivir, frente al pesimismo y el sentimiento del absurdo

Favorecer una construcción mental positiva de las relaciones de apego y amistad, una visión positiva del mundo, de las personas y sus relaciones, favorece un sentido positivo de la vida, la biofilia o sentimiento de entusiasmo por vivir, frente al pesimismo y el sentimiento del absurdo. No se puede tener estabilidad emocional si, como consecuencia de las relaciones familiares inadecuadas, lo que oyen y aprende de padres, compañeros o educadores, piensan que los seres humanos no merecen confianza, que todo el mundo es peligroso, que no se puede confiar en nadie, que el mundo está muy mal, que la vida no tiene sentido, que no se puede esperar nada bueno de los demás, etc. Somos seres mentales y nuestras emociones y sentimientos dependen mucho de cómo interpretemos el mundo, la vida, las relaciones con la familia, los iguales, los educadores, etc. Lo que nos sucede condiciona lo que pensamos; pero lo que interpretamos mentalmente condiciona también nuestro mundo emocional. Valorar las vida, saber ver lo que de bueno hay en muchos seres humanos, confiar en las relaciones y vínculos, etc. es fundamental para nuestra salud mental y emocional.

Entre otros riesgos asociados en relación a las necesidades mentales están el fundamentalismo religioso, político o social, el dogmatismo y el racismo, todos ellos fuentes de prejuicios, odios y violencia. Sabernos ciudadanos de un mundo diverso y, por ello, rico, interesante y valioso, fomenta el entendimiento, la tolerancia y la aceptación positiva de las diversidades.

Preguntas:

— ¿Cómo valoras la relación con tus padres –adaptando la pregunta al tipo de familia- y cómo crees que te valoran ellos? Un estudio más amplio de las relaciones de apego y las relaciones de familia puede ser necesario en algunos casos.

— ¿Cómo valoras a los profesores y qué grado de confianza te merecen?

— ¿Qué opinión te merecen los seres humanos, las vida, tus compañeros, etc.?

— Preguntas sobre posibles fundamentalismos, minorías raciales o sexuales, pertenecía a grupos sectarios de uno u otro signo, etc.

3. Desde el punto de vista emocional y afectivo (Humor, Emociones, Sentimientos, Afectos sexuales -Deseo, Atracción y Enamoramiento- y Afectos sociales -Apego, Amistad, Sistema de Cuidados y Altruismo-) somos seres para el contacto y la vinculación.

Estas necesidades emocionales y afectivas son centrales a lo largo de toda la vida y un factor determinante de nuestro bienestar o malestar.

Entre ellos destacamos, desde el punto de vista sexual, las dificultades para vivir determinadas diversidades de la orientación sexual (como la homosexual), la no aceptación de las diversidades de identidad sexual (como la transexualidad), los riesgos asociados a la actividad sexual (embarazo no deseado, enfermedades de transmisión sexual, abusos sexuales a menores, acoso sexual, violación sexual, frustración sexual y desengaños amorosos, el sexismo y el maltrato de género, entre otros).

Especialmente importante es, desde le punto de vista sexual y amoroso, cambiar la tipología de maltrato, haciendo una clasificación menos sexofóbica y más completa de las formas de Maltrato Sexual que incluyan además de los Abusos sexuales a menores, las Prostitución infantil, la Pornografía infantil, las Mutilaciones sexuales, los Matrimonios de menores forzados, el rechazo de la Homosexualidad y Bisexualidad, la no aceptación de la Transexualidad, la Violación de la Intimidad sexual de los menores en Internet, etc. (López, 2014). Estas y otras posibles formas de maltrato sexual son tan graves y especificas como los abusos sexuales a menores y deben figurar específicamente como subtipos de maltrato sexual. Prevenir, Detectar y Denunciar estas formas de maltrato es un deber también de los pediatras y sanitarios. El hecho de que en las tipologías solo sean reconocidos específicamente los abusos sexuales a menores refleja la sexofobia del mundo anglosajón y de varias religiones, empeñadas en reprimir y uniformar la sexualidad infantil y adolescente.

Cambiar la tipología de maltrato, haciendo una clasificación menos sexofóbica y más completa de las formas de Maltrato Sexual que incluyan además de los Abusos sexuales a menores, las Prostitución infantil, la Pornografía infantil, las Mutilaciones sexuales, los Matrimonios de menores forzados, el rechazo de la Homosexualidad y Bisexualidad, la no aceptación de la Transexualidad, la Violación de la Intimidad sexual de los menores en Internet, etc. (López, 2014)

Desde el punto de vista emocional el “mal estado de ánimo” o Humor negativo, las dificultades para expresar, comprender, compartir, regular y usar socialmente bien las emociones son las deficiencias de inteligencia emocional más frecuentes. Dificultades para expresar y comprender emociones genera problemas de comunicación, no compartir las emociones imposibilita la empatía, emoción social básica para las relaciones de intimidad y no saber regular las emociones se asocia con problemas en las relaciones sociales y laborales, incluso con la mayor posibilidad de tener conductas violentas.

Desde el punto de vista afectivo y social los sufrimientos de soledad, frustración, inseguridad emocional e interpersonal (caso de los estilos de apego inseguros) son los más frecuentes. La necesidad de contacto y vinculación afectiva con cuidadores que se saben, sienten y experimentan como incondicionales, cálidos y eficaces es lo más esencial desde el punto de vista emocional y social. Es esta incondicionalidad la que permite construir una adecuada autoestima y sentimiento de valía personal, establecer relaciones íntimas y amorosos en la adolescencia y vida adulta y saberse siempre acompañado, justo para no sufrir de soledad emocional, sentirse atado a la vida, emocionalmente estable y con sentimientos preponderantes de bienestar subjetivo. El apego seguro es el mejor protector ante el riesgo de suicidio y otros muchos problemas.

El apego seguro es el mejor protector ante el riesgo de suicidio y otros muchos problemas

El aislamiento social, los sentimientos de aburrimiento y marginación, la falta de una red social más allá de la familia son los principales problemas de la falta de amistades estables y saludables. Cuidar la formación y mantenimiento de los amigos y amigas, relacionarse con padres y niños de otras familias, facilitar las relaciones entre iguales en la escuela y fuera de ella, participar en asociaciones infantiles y actividades de grupo es muy importante para que no sufran de soledad social o no acaben buscando relaciones con iguales que les involucren en actividades de riesgo.

Desde el punto de vista del Sistema de Cuidados y el Altruismo, el egoísmo, la desconsideración, la mala educación, la incapacidad para mantener conductas de reciprocidad, cooperar y ayudar solidariamente en la familia, los iguales y en la comunidad están entre los problemas mayores. No ser capaz de cuidar y tener conductas de cooperación y ayuda altruista dificulta las relaciones familiares y hace imposible las amistades y las relaciones amorosas, condenando a quienes tienen esta carencia a la soledad o a tener relaciones sociales basadas en un sistema de contraprestaciones egoístas.

Uno de los errores más frecuentes de las actuales generaciones de padres, compartido desde la generación de los ahora abuelos, es darse por satisfechos con los hijos si éstos van bien en la escuela y no tienen conductas problemáticas, olvidando que la cooperación y las ayudas de los hijos en la familia son la mejor escuela para aprender a cuidar

Uno de los errores más frecuentes de las actuales generaciones de padres, compartido desde la generación de los ahora abuelos, es darse por satisfechos con los hijos si éstos van bien en la escuela y no tienen conductas problemáticas, olvidando que la cooperación y las ayudas de los hijos en la familia son la mejor escuela para aprender a cuidar. Exigirles colaboraciones y responsabilidades adaptadas a su edad es necesario para aprender a cuidar, evitar la tan frecuente esclavitud de las madres y los hábitos egoístas Trabajar la importancia de la cooperación y la solidaridad en la escuela y la comunidad es también central si queremos tener ciudadanos responsables y solidarios que, además, por cierto, serán más felices.

Otro aspecto importante de la educación familiar y escolar es la necesidad de aprender a resolver los conflictos entre padres e hijos, educadores y educandos con un sistema de disciplina inductiva (López, 2008) en el que la formación para la autonomía sea un fin, pero sin renuncia a la asimetría educativa, a la autoridad de padre y educadores.

Las posibles preguntas sobre estas necesidades son numerosas. Pero pueden reducirse de entrada a algunas fundamentales:

— ¿Cómo es tu relación con los padres o cuidadores?, ¿Te son incondicionales?, ¿Te valoran?, ¿Te cuidan?, ¿Te entiendes bien con ellos?

— ¿Tienes amigos y amigas?, ¿Cómo te relaciones con ellos?

— ¿Tienes alguna duda en relación con la sexualidad?, ¿Te sientes bien?, ¿Estás informado por los padres, los profesores u otras personas?, ¿Sabes cuidarte para no tener riesgos? ¿Quieres preguntarme algo sobre estos temas?

— ¿Te sientes en general bien o sufres de soledad, tristeza o cualquier otro sentimiento negativo?

— ¿Hay alguna persona que te haya hecho o te esté haciendo daño?, ¿Algún familiar, algún amigo o amiga, algún desconocido? Puedes hablar en confianza, te vamos a creer y ayudar.

La necesidad de participación

Un problema social muy relevante en nuestras sociedades es la falta de participación de los adolescentes en las decisiones que les conciernen dentro de la familia, la escuela y la sociedad

Un problema social muy relevante en nuestras sociedades es la falta de participación de los adolescentes en las decisiones que les conciernen dentro de la familia, la escuela y la sociedad.

La obsesión de los padres porque no les falte de nada, esclavos de las leyes del mercado, va asociada, con frecuencia, al hecho de que nada deciden sobre su vida, salvo lo que quieren consumir. Finalmente toda su vida está regulada por la familia hasta que conquistan para sí el tiempo de ocio, convertido, tantas veces, en tiempo de locura.

La escuela con leyes sobre la participación define los objetivos, los contenidos y las actividades, pero sin una verdadera participación de los alumnos, salvo centros muy específicos.

La comunidad, salvo excepciones puntuales, trata a los adolescentes como consumidores de espacios y actividades, sin ninguna capacidad de gestión. Solo llegados los 18 años, cuando adquieren la posibilidad de votar, son convocados (demasiado tarde y demasiado mal) con políticas de propaganda electoral, para que voten a los adultos que les van a gobernar. Y todo ello sucede hoy en una sociedad que es incapaz de ofrecer salidas laborales a la mitad de los jóvenes, a pesar del descenso de natalidad. Es decir, generaciones de jóvenes formados, pensando casi exclusivamente en el sistema de producción, resulta que ni siquiera pueden trabajar.

Generaciones de jóvenes formados, pensando casi exclusivamente en el sistema de producción, resulta que ni siquiera pueden trabajar

Es así como este mundo gobernado por adultos divide la vida de los adolescentes en dos tiempos, tiempo de comodidad (en la familia que todo lo da) tiempo de sufrimiento (deberes y evaluaciones escolares) y tiempo de ocio, conquistado, éste sí, por los adolescente y jóvenes, convirtiéndolo con frecuencia en tiempo de locura, desahogo y conductas de riesgo.

Este mundo gobernado por adultos divide la vida de los adolescentes en dos tiempos, tiempo de comodidad (en la familia que todo lo da) tiempo de sufrimiento (deberes y evaluaciones escolares) y tiempo de ocio, conquistado, éste sí, por los adolescente y jóvenes, convirtiéndolo con frecuencia en tiempo de locura, desahogo y conductas de riesgo

Es verdad que no son pocas las familias que lo hacen bien y que hay escuelas diferentes, asociaciones de adolescentes y jóvenes excelentes, y que la mayoría de adolescentes no son problemáticos ni tienen sufrimientos graves, pero hemos puesto el acento en los problemas y en el reconocimiento de la falta de proyecto social para las generaciones de jóvenes, justo para que todos contribuyamos a cambiar lo que hacemos mal en la familia, la escuela y la sociedad.

La adolescencia es precisamente un periodo de la vida del que podemos y debemos esperar lo mejor, porque en sentido de la justicia puede alcanzar su cumbre con la capacidad para razonar postconvencionalmente y exigir llenos de ilusión un mundo mejor, más justo, más igualitario y más fraterno. Escuchar este clamor y aprovechar su energía es un deber de padres, educadores, profesionales de la salud y adultos en general.

Algunas preguntas básicas sobre la necesidad de participación podrían ser:

— ¿Sientes que te tienen en cuenta en la familia?, ¿Qué puedes opinar con libertad, participar en las decisiones que te afectan, organizar tu tiempo, tener tu espacio de privacidad?, etc. ¿Participas colaborando en algunas tareas domésticas o de otro tipo?

— ¿Puedes opinar con libertad en la escuela, hacer propuestas sobre contenidos y actividades? ¿Es tu escuela un lugar donde los alumnos participáis?

— ¿Estas involucrado en alguna asociación o actividad comunitaria? ¿Tenéis opciones culturales, deportivas, sociales, etc. y participas en ellas? ¿Os tiene el ayuntamiento o la asociación de vecinos de tu barrio en cuenta?

— ¿Qué perspectivas realistas o sueños tienes sobre tu futuro profesional o laboral?

Algunas implicaciones prácticas para la intervención pediátrica

a. Aunque es evidente que las personas somos una unidad biopsicosocial y que toda dimensión o problema debe verse de forma global, tiene sentido usar taxonomías elaboradas desde diferentes puntos de vista, como las propuestas, justo para no olvidar aspectos fundamentales de la vida. Desde hace años la clasificación de necesidades básicas nos está sirviendo para comprender y afrontar mejor las intervenciones profesionales, en cuanto somos un organismo biológico, un ser con capacidad mental de interpretar la realidad, un especie emocional preprogramada para el contacto y la vinculación afectiva, sexual y amorosa y, por fin, una especie social que debe integrarse en la comunidad de forma activa. Preguntarse en el caso de los adolescentes sobre estas cuatro dimensiones, su importancia y sus posibles problemas, nos ayuda precisamente a tener en cuenta la globalidad de la persona (López, 2006, 2009).

La forma de valorar las necesidades, posibles insatisfacciones y problemas debe basarse en los conceptos hoy bien conocidos de bienestar objetivo (basado en criterios científicos, en este caso en los conocimientos de pediatría) y bienestar subjetivo (valoración que la propia persona hace). En los adolescentes es muy importante conocer su propia valoración en entrevistas en profundidad, porque no hay salud contra el criterio y la interpretación del sujeto. El bienestar subjetivo es una condición sine qua non para la salud.

b. Los profesionales de la pediatría deben incorporar a sus revisiones y entrevistas clínicas estas cuatro dimensiones, ubicando preguntas abiertas en referencia a estos campos, abriendo la puerta a una consideración de la salud que no se limite al concepto tradicional de enfermedades. Estas entrevistas deben ser “sin la presencia de un familiar”, confidenciales y específicamente centradas en aquellos temas que requieren mayor intimidad. Comprendemos las dificultades de tiempo de los pediatras para hacer este tipo de entrevistas, pero son esenciales si queremos tener una visión de la salud amplia, la única verdaderamente científica.

c. En este sentido, hemos propuesto una serie de preguntas indicativas sobre cada necesidad básica, que den la oportunidad a los adolescentes de abrirse y comentar sus posibles problemas. Sugerimos, para acabar, entre otros temas, bien conocidos por los profesionales de la pediatría, que no deben olvidarse los siguientes:

— En cuanto somos corporales: la importancia de aceptar bien la figura corporal en un cultura de la imagen, la moda, la cosmética y el consumo que presiona a los adolescentes con un modelo de belleza que provoca en la mayoría malestar, sufrimientos en diferentes grados y, en una minoría significativa, síntomas clínicos. El bienestar subjetivo requiere la aceptación de la propia figura corporal, un elemento hoy decisivo en la construcción de la autoestima.

El bienestar subjetivo requiere la aceptación de la propia figura corporal, un elemento hoy decisivo en la construcción de la autoestima

— En cuanto somos mentales: la salud mental y emocional depende en buena medida de la interpretación que hacen los adolescentes del mundo, los seres humanos, las relaciones afectivas y sociales y el sentido de la vida. Tener una visión no acogedora del mundo, desconfiada de los seres humanos, destructiva de las relaciones afectivas y negativa del sentido de la vida es incompatible con el bienestar subjetivo. El fundamentalismo, el racismo, el nazismo y los prejuicios contra las diversidades humanas son indicadores de una salud mental perturbada y un predictor de riesgos de conducta antisocial. Percibir el mundo como acogedor, los seres humanos como confiables, las relaciones afectivas y sociales como positivas y la vida con sentido son indicadores de salud mental y bienestar subjetivo.

Percibir el mundo como acogedor, los seres humanos como confiables, las relaciones afectivas y sociales como positivas y la vida con sentido son indicadores de salud mental y bienestar subjetivo

— En cuanto somos emocionales, afectivos y sexuales. El eco emocional de lo que sucede, los afectos vividos con la familia y los amigos, así como las experiencias sexuales y amorosas son probablemente la dimensión más importante para el bienestar subjetivo de los adolescentes. La historia de apego, de amistad y la biografía sexual son tres aspectos centrales de la salud.

Abrir la puerta en la entrevistas a estos temas es fundamental en el caso de los adolescentes. Las preguntas pueden plantearse de muchas formas, lo importante es conseguir que puedan hablar confiadamente de estos temas.

Por poner solo el ejemplo de uno de los aspectos que no pueden olvidarse: Los sufrimientos causados por otras personas en forma de maltrato (maltrato físico, emocional, negligencia y maltratos sexuales, como los citados en el artículo) podrían facilitarse con preguntas como la siguiente: Te voy a hacer una pregunta muy personal, quiero que sepas que solo te la hago para que puedas decirme lo que quieras, yo estoy para escucharte y ayudarte: ¿Hay alguna persona, en la familia, entre los compañeros, los conocidos o desconocidos, adulta o de tu edad, que te haya hecho o te esté haciendo daño, que te haga sufrir, te diga que no lo digas a nadie o te amenace de alguna forma? Te vamos a creer, evitar que siga sucediendo y ayudar. Si la respuesta es negativa, se puede continuar diciendo algo así: mejor, me alegro; pero que sepas que siempre puedes confiar en mí, soy tu médico y estoy para ayudarte, siempre puedes recurrir a nosotros si alguien te hace daño o te hace sufrir.

— En cuanto miembros de la familia, la escuela y ciudadanos es importante tener en cuenta el grado de participación y autonomía que tienen los adolescentes, hoy marginados generacionalmente. Es un aspecto que es necesario cambiar en la familia y escuela con una mayor participación y formas de disciplina inductivas (López, 2006) y la sociedad con una presencia mayor como ciudadanos que participan en la comunidad. Es un aspecto que desborda la consulta pediátrica pero esencial en las intervenciones preventivas con la familia, los deudores y el trabajo en salud comunitaria.

 

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4. Godeau, E., Nic, S., Vignes, C., Ross, J., Boyce, W. y Todd, J. Contraceptive use by 15-year-old student at their last sexual intercourse: results from 24 countries. Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine. 2008; 162: 66-73.

5. López, F., Carcedo, R.., Fernández, N., Blazquez, M.I. y Kolami, A. Diferencias sexuales en la sexualidad adolescente: afectos y conductas. Anales De Psicología. 2011; 27 (3): 791-799.

6. López, F.. Necesidades en la infancia y adolescencia, Respuesta familiar, escolar y social. Madrid: Pirámide. 2006.

7. López, F., Carpintero, Del Campo, A., E., Lázaro, S., Soriano, S. Promoción del bienestar personal y social. La prevención de la violencia y del malestar. Madrid. Pirámide. 2008.

8. López, F., Carpintero, Del Campo, A., E., Lázaro, S., Soriano, S Menores infractores. Programas educativos y terapéuticos. Madrid. Pirámide. 2011.

9. López, F. Amores y desamores. Madrid: Biblioteca Nueva. 2009

10. López, F. Abusos sexuales y otras formas de maltrato sexual. Madrid: Editorial Síntesis.2014.

11. Ministerio de Sanidad y Política Social. Encuesta Nacional de Salud Sexual (España). Ministerio de Sanidad. 2009.

12. Royuela, P.. Comportamientos sexuales de los adolescentes de Castilla y León. Tesis doctoral. Universidad Valladolid: Departamento de Pediatría.2013.

 

 

 


Tema actual. Adolescencia. Perspectivas asistenciales


 

Adolescencia. Perspectivas asistenciales

M.I.Hidalgo Vicario. Pediatra. Doctora en Medicina. Acreditada en Medicina de la Adolescencia. Coordinadora del grupo de formación y acreditación de la SEMA. Centro de Salud “Barrio del Pilar”. Madrid

 

Adolescere 2014;II (2): 130-136

 

Resumen

El adolescente no es un niño grande o un adulto pequeño, sino una persona con características y necesidades propias que requiere una atención diferente para atender su salud integral. En este artículo se expone qué profesional debe atender al adolescente, los aspectos a tener en cuenta para su atención, cual es la situación epidemiológica de la adolescencia en nuestro país, el pasado y presente de la medicina de la adolescencia tanto a nivel internacional como nacional y las perspectivas asistenciales futuras.

Palabras clave: Adolescencia, Salud integral, Medicina del adolescente, Atención médica.

Abstract

The adolescent is not a big child or a small adult, but a person with specific characteristics and needs that will therefore, require a different care to cover his/her overall health aspects. This article will discuss which professionals should take care of him, the particular considerations for his care, the epidemiological situation of adolescents in Spain, past and present of international and national adolescent medicine, and future prospects in their health care.

Key words: Adolescence, Comprehensive health, Adolescent medicine, Medical care.

 

Concepto de adolescencia

La adolescencia es el periodo de tránsito entre la infancia y la edad adulta. Es un período de importantes cambios que afectan a las dimensiones biológicas, psicológicas y sociales de la persona. Es preciso tener en cuenta que el adolescente no es “un niño grande o un adulto pequeño” sino un persona que tiene características y necesidades propias y que requiere un enfoque de atención diferente.

La OMS considera adolescencia entre los 10 y 19 años y juventud al periodo entre los 19 y 25 años de edad. La AAP (American Academy of Pediatrics) ya en 1977 y 1988 recomendaba seguir a los pacientes hasta el final de su maduración, los 21 años y la SAHM (Sociedad Americana de Salud y Medicina de la Adolescencia) la sitúa entre los 10-21 años. Se suele esquematizar la adolescencia en tres etapas que pueden solaparse entre sí: inicial, media y tardía.

La adolescencia es el periodo más sano de la vida desde el punto de vista orgánico, pero es un período muy problemático y de alto riesgo; la mayoría de sus problemas de salud son consecuencia de sus comportamientos y hábitos iniciados en esta edad y con efectos potencialmente graves para su vida actual y futura: lesiones, accidentes, violencia, delincuencia, consumo de tabaco, alcohol, drogas, conductas sexuales de riesgo que conducen a embarazos no deseados e infecciones, problemas de salud mental (de la conducta, del aprendizaje y familiares), entre otras.

La mayoría de estas conductas son prevenibles. Se sabe que prevenir las conductas no saludables es más fácil que modificar las conductas una vez que ya se han instaurado. Es preciso el desarrollo de habilidades para la vida y promocionar la resiliencia o factores protectores (1).

¿Qué es la salud?

El concepto de salud ha ido evolucionando en los últimos años, así la OMS en 1946 la definía como la ausencia de enfermedad contemplando solo el aspecto biológico. En 1976 como un estado de completo bienestar físico, mental y social que apuntaba ya hacia una salud integral, y en 1985 como “la capacidad de desarrollar el propio potencial personal y responder de forma positiva a los retos del ambiente”.

Por ello, la acción sanitaria debe ir más allá de las nuevas tecnologías diagnósticas y terapéuticas e incorporar la educación para mejorar y mantener la salud.

Según Simón Barack (2), consejero ejecutivo y director del grupo de trabajo estratégico de la Confederación Europea de Pediatras de Atención Primaria, “si queremos una población saludable, debemos formar una atención médica basada en una tecnología práctica, científica, adecuada e igualitaria, de métodos accesibles y aceptables, practicada con plena participación y cooperación de la comunidad en la cual se ejerce, y realizada dentro de un presupuesto permisible y a un coste posible”

En el cuidado de la salud, además de todos los profesionales sanitarios que deben abarcar la promoción, prevención, curación y rehabilitación, actualizando periódicamente esos conocimientos, intervienen otros muchos estamentos como educadores, productores de alimentos, industrias, ingenieros…, pero el protagonista principal en el médico

¿Quién debe atender al adolescente?

Este tema ha sido objeto de polémica. Muchos pediatras están de acuerdo con el Prof. Vallbona (3) en que el pediatra, por sus características, sigue siendo el especialista idóneo para atender adolescentes, pero en realidad ¿están todos los pediatras motivados y preparados para atenderles?

La atención del adolescente pertenece a todos aquellos profesionales que se interesan por él, y más importante que la titulación es el querer hacerlo, la motivación y predisposición para abordar sus problemas de salud (4-6).

Para atender adolescentes y establecer una buena relación se necesita: interés, sentirse a gusto con el joven, tiempo, conocimientos y experiencia profesional en el trato con los jóvenes; adquiriéndose ésta última con la práctica. Igualmente serán imprescindibles: privacidad, confidencialidad, realizar educación para la salud, contar con la familia y el entorno, así como tener presente los aspectos éticos y legales. Todo acto médico necesita el consentimiento del paciente, y para que este consentimiento sea válido el individuo que lo otorga ha de tener la capacidad de obrar con madurez suficiente.

Legalmente no hay límites definidos sobre cuando se alcanza la madurez. Desde los trabajos de Piaget (7) sabemos que a los 12-13 años se pasa del pensamiento concreto al abstracto con proyección de futuro, característico de la madurez.

Giedd en 2004, demostró que hasta los 25-30 años no se alcanza el desarrollo completo de los mecanismos neurofisiológicos de la corteza prefrontal, gracias a lo cual se adquiere la capacidad para discernir lo que conviene hacer: la maduración definitiva (8). Esto puede ayudar a explicar por qué los adolescentes son más propensos a conductas de riesgo como el abuso de alcohol y otras drogas o consentir relaciones sexuales arriesgadas. A diferencia del adulto, que tiene el lóbulo frontal totalmente desarrollado, un adolescente puede dejarse llevar por el primer impulso emocional de ira (amígdala) ante un compañero que le insulta y empezar una pelea, o adoptar diferentes conductas de riesgo.

Situación epidemiológica de los adolescentes en nuestro país

En cuanto a la situación epidemiológica en nuestro país, el número de adolescentes entre los 10 y 21 años según el Instituto Nacional de Estadística a fecha de octubre 2012 era de 5.286.706 (11,5% de la población total).

En los últimos 50 años ha disminuido la mortalidad en todas las franjas de edad, excepto en la adolescencia y juventud, siendo prevenibles un alto porcentaje de ellas. En el año 2011 fallecieron en nuestro país 732 jóvenes entre los 10 y 19 años (227 entre 10-14 años y 505 entre los 15-19 años) lo que representaba el 0,3 de la mortalidad de la población total. Los accidentes y actos violentos constituyen la principal causa de muerte; seguidos de los tumores, enfermedades del aparato circulatorio, respiratorio y del sistema nervioso.

Respecto a la morbilidad, los problemas de los adolescentes son consecuencia de su desarrollo psicológico y social (conductas de riesgo), de su desarrollo biológico (escoliosis, acné, dismenorrea), enfermedades infecciosas, patologías del adulto que pueden ser detectadas de forma asintomática durante esta etapa (hipertensión, hiperlipemia, obesidad, diabetes) y enfermedades crónicas, de las cuales en el pasado se fallecía antes de llegar a la adolescencia como cánceres, cardiopatías congénitas o fibrosis quística del páncreas (9).

A pesar de que los problemas socio-sanitarios de los jóvenes son muy importantes, apenas acuden a consultarlos. En la Encuesta Nacional de Salud 2011-2012, se observó que la asistencia sanitaria al pediatra o médico de familia de varones y mujeres de 15-25 años era del 17,10% y 23% respectivamente en el último mes. Se produce una importante disminución desde los 0-2 años donde acude el 95% de los pacientes a entre los 2-4 años donde acude el 50%. La atención a los adolescentes no está adecuadamente organizada en nuestro país lo que nos ha situado a la cola en la atención a esta población en comparación a la prestada en EE.UU., Sudamérica y Europa.

Historia de la medicina de la adolescencia

Fue a mediados del siglo XIX cuando se desarrolló el concepto moderno de adolescencia. Los primeros servicios de salud dedicados especialmente al cuidado de los adolescentes se organizaron en las escuelas de varones de Gran Bretaña. En 1884 se fundó allí la Asociación de Médicos Escolares.

Progresivamente se fue desarrollando a nivel internacional y a mediados del siglo XX se produjeron una serie de cambios que estimularon un mayor interés por la medicina del adolescente (MA):

1. Los cambios demográficos y sociales dieron lugar a que el adolescente se hiciera visible y se transformase en objeto de interés

2. Los cambios en salud pública permitieron la transformación desde la medicina curativa hacia la medicina preventiva y rehabilitadora

3. La investigación científica, produjo importante información acerca de la biología de la pubertad y de la adolescencia

De esta forma, en 1951 el Dr. Roswel Gallagher estableció el primer Programa de Medicina de la Adolescencia en Boston. En la misma década se establecieron centros en Argentina, Chile, Brasil, y México. Estos programas desarrollaron un modelo llamado de “clínicas etarias”. En la década de los 90 la Medicina de la Adolescencia estaba firmemente establecida en los Estados Unidos, donde en 1995 se otorgó ya el título de subespecialidad. En el pasado año 2013 solo en EEUU había 26 programas de formación en MA.

En España, en 1985 se fundó la Unidad de Medicina del Adolescente en el Hospital Infantil Universitario del Niño Jesús, en Madrid, que en la actualidad continúa desarrollándose sobre todo en el área de la psiquiatría infantil y con la Unidad de Trastornos del Comportamiento Alimentario.

La SEMA (Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia) se fundó en 1987. En mayo de 1999, en el X Congreso de la SEMA realizado conjuntamente con la ALAPE (Asociación Latino Americana de Pediatría), se emitió la declaración de Santiago de Compostela, en la que estas Sociedades Científicas se ofrecían a colaborar en el desarrollo y proyectos relacionados con la adolescencia y juventud.

En el año 2000 se estructuró la Unidad de Medicina del Adolescente del Hospital Gregorio Marañón, centrada en psiquiatría. En Atención Primaria (AP), los pediatras atienden oficialmente adolescentes hasta los 14‐16 años según las diferentes CCAA; así en Cataluña y Navarra se atiende hasta los 15 y en Cantabria hasta los 16. En algunas comunidades se atiende, de forma totalmente voluntaria por parte del profesional, incluso hasta los 18‐20 años. La AP constituye un pilar fundamental debido a su fácil acceso y al haber establecido una buena relación de confianza entre el joven y su pediatra desde la infancia, que se va adaptando con la edad.

La atención médica al adolescente no está adecuadamente estructurada en España

En la actualidad, la atención a los adolescentes en nuestro país no está adecuadamente organizada. Esto se debe a varias causas:

1. Hasta hace pocos años, el adolescente ha sido el “gran ausente” en la cartera de servicios de los centros de AP. Actualmente está incluida pero muchos profesionales no están adecuadamente preparados para atenderles. La mayoría de las actividades preventivas del adulto se aplican a partir de los 18 años.

2. Respecto a la atención en los hospitales, existe evidencia de que los jóvenes que son atendidos en unidades específicas para adolescentes manifiestan una mayor satisfacción con el cuidado recibido que los que ingresan en unidades pediátricas o de adultos (10,11). La consideración actual de los adolescentes dentro del sistema hospitalario español presenta muchas carencias (12): No tienen garantizado el apoyo educativo durante su estancia en el hospital y las alternativas de ocio y de ocupación del tiempo de hospitalización a que pueden acceder son las mismas que para los adultos.

3. No se atiende a su salud integral (aspectos físicos, psicológicos, emocionales y sociales). A partir de los 14-16 años, según las diferentes CCAA, los adolescentes son atendidos en AP por médicos de familia, y en los hospitales en los servicios de medicina interna o diferentes especialidades. Se ofrece una asistencia aislada según las diferentes disciplinas.

4. No existe una formación adecuada en MA. En Pediatría no hay un programa docente integral ni en el pregrado, ni en el postgrado ni en el sistema MIR. Tampoco en Medicina de familia ya que no consta como objetivo en su programa de formación. Al no disponer de facultativos formados, la atención a este colectivo cada vez es más deficitaria.

5. Los pediatras están disminuyendo de forma importante sobre todo en AP. Esto es debido a la excesiva demanda, a tener el salario más bajo dentro del sistema de salud y a que los propios compañeros les reconocen menos, se les ve como médicos de segunda clase (menos publicaciones frente a las subespecialidades). Los jóvenes residentes prefieren la complejidad tecnológica y la medicina hospitalaria y de especialidades.

6. La mayoría de los profesionales rechazan la atención a los adolescentes pues no se sienten seguros y capacitados para manejar sus diferentes problemas de salud

7. Existen además una serie de barreras para el acceso del joven a los servicios sanitarios. Unas burocráticas, pues para acudir a la consulta hay que citarse e identificarse y muchas veces desconoce quién es su médico o qué centro le corresponde; y otras relacionales por la escasa confianza para contar sus problemas.

Recientemente, a primeros de 2013, se ha aprobado el Plan de Infancia y Adolescencia 2013‐2016 que amplía la edad en que los niños puede ser atendidos en las unidades pediátricas de los hospitales hasta los 18 años. Sería deseable que progresivamente se vaya incorporando esta misma edad en la asistencia en AP. Esta medida que ha adoptado el Gobierno obedece a una demanda de muchos pediatras y sobre todo de las familias de los niños con enfermedades crónicas.

Esta opinión coincide con lo que dicen desde hace años organizaciones internacionales como UNICEF, Naciones Unidas, OMS, y como sucede en países de nuestro entorno, EE.UU. y Sudamérica. De esta forma se cumple con la Carta Europea de los Derechos del Niño (considera niño a toda persona menor de 18 años) y con la Orden Ministerial SCO/3148/2006, del 20 de septiembre, por la que se aprueba y publica el programa formativo de la especialidad de Pediatría y sus Áreas Específicas. “Pediatría es la medicina integral del periodo evolutivo de la existencia humana desde la concepción hasta el fin de la adolescencia, época cuya singularidad reside en el fenómeno del crecimiento, maduración y desarrollo biológico, fisiológico y social que, en cada momento, se liga a la íntima interdependencia entre el patrimonio heredado y el medio ambiente en el que el niño y el adolescente se desenvuelven.”

Perspectivas futuras

Por todo lo anterior, es imprescindible que en España se empiecen a formar en el futuro especialistas en Medicina de la Adolescencia para mejorar la calidad asistencial, desarrollar la investigación y garantizar la formación de futuros profesionales. La SEMA ha realizado recientemente un Programa de Formación para los profesionales pediatras y residentes de pediatría.

Es preciso el reconocimiento de la subespecialidad y actualmente se está trabajando en este sentido a nivel del Ministerio y en colaboración con la AEP, al igual que para otras subespecialidades pediátricas.

Con la consolidación de la MA como nueva subespecialidad es predecible que en el futuro, la meta sea el trabajo interdisciplinario en asistencia, investigación y docencia.

Respecto al Modelo asistencial, son necesarias unidades hospitalarias multidisciplinares y a nivel de AP se estructurará según la disponibilidad y circunstancias. El Dr. Raiola (13) propone en Italia una asistencia estructurada en dos niveles:

  • Primer nivel que corresponde a Atención Primaria con tareas de educación sanitaria, prevención, detección, filtro y tratamiento cuando sea posible y que implica adquirir una competencia en MA.
  • Segundo nivel situado en áreas pediátricas multidisciplinares, especializadas, tanto a nivel ambulatorio como hospitalario, con camas para adolescentes que no estarán en servicios de adultos. Será dirigido por un pediatra de reconocida competencia en la materia.

Esta organización supone también la existencia de modalidades programadas para la transición entre los servicios pediátricos y los de adultos que permiten al nuevo médico recibir toda la información sobre el adolescente que pasa a su jurisdicción.

Son necesarios Programas Preventivos, Asistenciales y Planes de Acción de acuerdo a sus necesidades y contando con la opinión de los jóvenes.

Igualmente será preciso reorganizar los recursos disponibles, estar a la altura de los complejos desafíos futuros y la colaboración entre los diferentes estamentos: familias, sanitarios, docentes, y autoridades sanitarias.

 

Bibliografía

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3. Vallbona C. El Pediatra, especialista idóneo para el adolescente. An Esp Pediatr 1987; 27 (s27): 87-92

4. El Adolescente. Dulanto E (ed) McGraw-Hill Interamericana México; 2000. p 143-164

5. Silber TJ, Munist MM, Maddaleno M, Suárez Ojeda EN (eds): Manual de Medicina de la Adolescencia. Washington, Organización Panamericana de la Salud, 1992 p 1-46

6. Hidalgo Vicario MI, Redondo Romero AM, G Castellano Barca, eds. Medicina de la Adolescencia. Atención Integral. 2ª Ed. Majadahonda- Madrid: Ergon, 2012 p 11-19

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8. Giedd. J. N.. Structural magnetic resonance imaging of the adolescent brain. Annals of the New York Academy of Sciences, 2004, 1021, 77-85

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12. Ullán AM, Gonzalez-Celador R, Manzanera P. El cuidado de los adolescentes en los hospitales españoles: los pacientes invisibles. Rev Calid Asist. 2010. doi:10.1016/j.cali.2009.12.006

13. Atención Sanitaria al adolescente en Italia. Adolescencia: distintos países, distintas experiencias BOL PEDIATR 2007; 47 (SUPL. 1): 60-64